Beatriz Achaques y Álex Barros han buscado de la pandemia una oportunidad para su estudio de arte. Nos presentan Recuerdos en Blanco, una exposición planteada para grupos pequeños donde los asistentes pueden mantener una conversación directamente con el artista.
Beatriz trabaja actualmente como Business Developer en una empresa internacional. Al definirse a sí misma, destaca su placer por ayudar a las personas e impulsar proyectos que «generan un bien en el individuo y en definitiva en la sociedad». Por eso, cuando surge la oportunidad, colabora ayudando a estos proyectos, como es el caso de Recuerdos en blanco.
El artista es Álex Barros, que después de unos años viviendo fuera de Madrid ha regresado para abrir el estudio Arte Para Todos. Así, desde hace algo más de dos años su actividad se genera y se enseña desde este espacio. Además, nos comenta que su manera personal de entender la pintura «se ha convertido ya en una pequeña escuela que concibe «pintar» como un fluir de color y forma, cuerpo y mente».
Estudiante de Bellas Artes en la Universidad Complutense, su obra forma parte de varias colecciones privadas y sus exposiciones colectivas e individuales se extienden por el territorio nacional: Madrid, A Coruña, León, Ourense, Segovia, San Lorenzo del Escorial, Ceuta, Reinosa, Cedeira… Desde su primera exposición en 2014 en el Hairpin Arts Center de Chicago.
Charlamos con los impulsores de esta iniciativa que ya se puede disfrutar en la capital.
¿Recuerdos en Blanco surge de la crisis del covid-19 o era una idea que ya os rondaba la cabeza?
A: Justo antes de que llegara el confinamiento tenía todo preparado para comenzar a producir esta serie de pinturas. Es seguro que el aislamiento y todo lo sucedido me ha hecho abordarlos de una manera diferente, más íntima.
Hacía tiempo que no me encontraba completamente sólo durante el proceso de creación. Con el estudio cerrado al público, ese tiempo y ese espacio han sido exclusivamente dedicados a mis obras y a mi pensamiento.
Creo que de alguna forma las reflexiones acerca de la situación que vivíamos se han trasladado a la pintura. Aun cuando mi intención al principio fue no vincular para nada esta crisis con esta serie pictórica, creo que ha sido algo inevitable.
B: A nivel de difusión, la desescalada nos dio más tiempo para pensar. Lo que era una limitación al inicio, el aforo, nos ha hecho proponer un encuentro con el arte diferente.
Además, pensamos que después de tanto tiempo de confinamiento, reabrir los planes de ocio dando a la población la oportunidad de ver arte de una forma íntima y especial, podía ser un motivo de ilusión para acudir a la muestra.
¿Cómo y dónde puede acceder la gente a esta galería?
B: Para esta exposición hemos diseñado unas “inauguraciones por pases”. A través de un formulario (link) el público elige la sesión a la que quiere asistir.
Durante una hora (y con un aforo máx de 7 personas) podrán visitar la exposición, hablar con el artista y tomarse una cerveza. El estudio se encuentra en el Barrio de Prosperidad, cerca del Auditorio Nacional.
¿Qué van a encontrar en ella?
A: La gente que venga a visitar la expo se encontrará con un espacio singular, no es habitual ver un estudio de un artista a pie de calle.
La muestra se compone de imágenes que pertenecen a un pasado no recordado por mí. Un pasado que, sin embargo, pasa a formar parte de mi memoria al incluir esas imágenes a través de un proceso pictórico.
La base no es un lienzo en blanco sino una plancha de acero, y es el propio blanco matérico en forma de pintura el que rehace estas imágenes como nuevos recuerdos.
Lo planteáis con una visita pero también con la participación del artista. ¿Es importante en el mundo del arte implicar también al artista y dejarle explicar el por qué de su obra o eso en parte también va en contra de la libre interpretación de la obra? ¿Cómo lo veis vosotros?
B: En muchos casos el arte ha perdido accesibilidad y naturalidad. Creo que la oportunidad de hablar con el artista es un acto generoso, de apertura al diálogo y la conversación que por desgracia se está perdiendo.
Poder preguntar al creador por el proceso, sus obras, sus inquietudes… me parece enriquecedor. Álex siempre apuesta por estar cerca de su público, el primer paso fue tener un estudio a pie de calle donde los ciudadanos son partícipes de su proceso de creación. La gente lo valora mucho y acaba generando un interés y conexión humana y personal.
A: Creo que la participación del artista es algo muy personal. En mi caso disfruto de compartir los detalles con el público, aún más cuando tengo la producción de la obra reciente en mi pensamiento.
Es por eso también que decidí que este estudio estuviese abierto al público. Desde la calle puedes ver si estoy trabajando en algo nuevo, dando clase o preparando una exposición. Para mí se ha convertido en una manera propia de generar un acercamiento natural del público al arte.
¿Cómo está siendo la acogida? ¿Os planteáis nuevos proyectos relacionados con esto?
B: A nivel de visitantes está yendo muy bien. Este finde sólo quedan 4 pases el viernes a las 19:00, el resto están llenos.
A: Yo estoy muy contento con la acogida. La previsión de asistencia es mayor en comparación con otras inauguraciones. Como las visitas tienen un número tan reducido de personas creo que se van contentos de haber vivido una exposición de arte de una manera especial.
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