Paloma Mariscal es natural de Málaga, pero lleva años viajando por el mundo para dedicarse a la interpretación, la hemos podido ver en teatro, televisión y cortometrajes. Actualmente también forma parte de la vuelta a los teatros tras la cuarentena Será en la Sala Nueve Norte los domingos de julio con la obra Dime que todo está bien.
Aprovechamos el estreno para hablar con la actriz de cómo se empieza a reactivar la cultura. En la comedia Dime que todo está bien encontramos varias historias: Una directora de casting en crisis, un actor en paro, un gigoló en horas bajas, dos amigas que no se entienden… Y entretanto un descanso de media mañana, varios corazones no tan rotos, un taxi a ninguna parte, un calzoncillo en una ventana, una prueba de selección para un café y un pájaro cantante. Todo ello en 24 horas. Algo menos, dura la entrevista con Paloma Mariscal.
La vuelta a los teatros tiene que dar subidón. ¿Hay ganas de volver?
Sí, da mucho subidón. Aparte que es un buen momento para volver a los teatros. Me parece bastante imprescindible volver ahora. El teatro lleva muchos siglos viviendo y tiene que perdurar.
Yo creo que sí hay ganas. Mucha gente cercana quiere venir. En general sí. Sobretodo en nuestro caso, que es una comedia, creo que la gente tiene muchas ganas de evadirse. Que necesita el teatro para evadirse.
Es una obra muy coral pero ¿Quién es tu personaje?
Es una chica de veintitantos que no para de trabajar y, de pronto, se junta con una amiga a la que hacía mucho que no veía y eso la revuelve y le hace replantearse su vida. Deja a su novio… está en un momento de replantearse quién es.
Es una obra que va de eso. De que todos los personajes buscan su identidad y, de pronto, cambian el rumbo. Todo en un tono cómico.
La comedia tiene mucha exigencia en cuanto a ritmo ¿Cómo lo habéis trabajado vosotros?
Es muy frenético, sí. Pero a eso nos ayuda Marcos Fernández, el director, que siempre está pendiente del ritmo y de que no decaiga. Que si uno baja una frase el otro la suba, que haya mucho ritmo todo el rato. Nos lo recuerda. A veces también hay silencios, pero en comedia es fácil acelerarse. Por eso él también nos indica dónde mantener el ritmo, las técnicas necesarias de la comedia.
¿Cambia algo de la Paloma Mariscal que se enfrenta a una obra de teatro a la que hace televisión o cine?
Bueno, en mi caso si que cambia bastante, principalmente por un tema de voz. En el audiovisual la voz es más pequeñita y la dicción no es tan buena. Por ejemplo, yo soy andaluza y en general mi dicción en teatro intento trabajarla más. Sí que cambia. A nivel actoral si que siento que cambia bastante. Noto mucha diferencia.
Dentro de que la actuación es lo mismo, porque es desde tu verdad, pero son medios distintos. Una cámara es más los ojos, tu mirada, tus silencios, la escucha todo el rato… Y el teatro es más el texto.
Es importante lo de la dicción. ¿El teatro ayuda a mejorar eso?
Sí. La dicción es algo que se valora muchísimo en audiovisual porque claro, se nos tiene que entender. Sino no se puede. Si que es algo que es de lo primero que se mira en cualquier trabajo.
¿Tendrías en la cabeza el primer recuerdo relacionado con la interpretación?
Pues yo creo que sí, fíjate. Yo estaba en la ESO y siempre había sido una chica bastante tímida. Tenía una profesora que me decía que me veía muy expresiva y me propuso hacer teatro para ser más abierta.
Recuerdo que me apunté a una clase y ahí me di cuenta de que me gustaba mucho. Pero era tímida y tardé tiempo en soltarme.
Cuando te enfrentas, como es tu caso, al Teatro Clásico. La responsabilidad será mayor ¿no?
Es un caso de dicción muy clara, también. Y luego, por supuesto, el contexto. Para mí eso es muy importante, la época en la que estamos. Cuando hice una obra de mitos griegos estábamos en la Antigua Grecia y había que estudiarse en qué momento del tiempo estábamos. Esa fue la clave.
¿Te sientes más cómoda en la comedia o en el drama?
Hasta hace poco todo lo que había hecho era drama, por mis rasgos, que son muy de drama. Pero a mi lo que me flipa es la comedia. Es una fiesta. Aparte, esta obra es una fiesta. Te lo pasas muy bien. Es todo diversión, risas desde el primer momento…
¿Más de cultura y menos de qué?
Más de cultura, más arte, más pasión, más trabajo… y menos tontería.
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