Tingel Tangel Kabarett presenta durante estas semanas su espectáculo en Madrid. En Más de Cultura hablamos con Laura Rodriguez de Tingel Tangel Kabarett sobre su propuesta, el cabaret, la política y hasta de pezoneras (más o menos). Aquí os lo dejamos.
Empezamos por el principio, ¿qué tal estáis?
Pues, principalmente, feliz de que os hayáis interesado por nuestro proyecto, e ilusionados por lo todo lo bueno que pueda traer Tingel Tangel Kabarett, tanto a la compañía, como a cada persona que forme parte de él, incluyendo en éstas al espectador.
¿Cómo surge Tingel Tangel Kabarett?
Tingel Tangel lleva en mi cabeza mucho tiempo, desde la primera vez que hice cabaret hace unos 12 años con las compañías La Petite y Dánzate en Granada, supe que era el género artístico al que quería dedicarme. Así que después de muchas vueltas, trabajos, miedos, lesiones y pandemias, me puse a crear por fin lo que siempre había estado dejando para el “momento perfecto”.
¿Con qué tres palabras definiríais Tingel Tangel Kabarett?
Color: porque así lo imagina mi cabeza, como una explosión de colores. Profundidad: porque creo que es muy importante no quedarse en la superficie, en el mero entretenimiento. Creo que el arte tiene la capacidad de transformar al ser humano y a la sociedad, y para mí es fundamental trabajar desde lo que de verdad me importa, el disfraz que le pongamos es otro asunto. Diferencia: sin animo de parecer pretenciosos, creo que hacemos un espectáculo algo distinto a lo que hay ahora mismo en cabaret y teatro, con sus ventajas y desventajas claro, pero creemos fuertemente en el potencial de esa diferencia para remarcar quienes somos y que ofrecemos.
¿Cómo llegáis los integrantes de la compañía a formarla?
Bueno, con cada uno fue distinto, con el maestro de ceremonias, Vogel Von Strudel, Miguel Ángel Calvo en la absurda vida real, siempre lo tuve clarísimo, nos conocimos hace ya muchos años porque él venía a mis clases de danza, y desde el minuto uno dejó claro su potencial para hacer reír y llevarse al público de calle. Después hicimos algunos trabajos juntos y confirmé lo que siempre supe, que sería el Konferencier del cabaret que crearía en un futuro. Con Javier Muñoz (Vermú) fue un golazo, ya trabajamos juntos en una versión cabaretera de Rocky Horror Picture Show y me enamoré de su talento y carisma en escena. Le llamé con pocas esperanzas porque estaba más centrado ahora en el diseño de moda, y para mi sorpresa me dio un “sí, quiero”, así que feliz porque me parece un artista super completo y muy creativo, de hecho, es el encargado del vestuario de nuestros personajes. Y por último los jovencitos de la casa, Mariam Campos (Missmissi) y Jorge Vidal (Pomodoro), compañeros de carrera en Interpretación, Jorge, actor impecable tanto en lo artístico como en la forma de llevar la profesión y sus funciones, además con una energía y disponibilidad que son un regalo. Y Mariam, que llegó la última porque vino a cubrir a otra chica que no podía continuar y en seguida se subió al carro, también un enorme acierto, con preciosa expresión y gracia natural con la que defiende su personaje, y esa voz que da un plus al espectáculo. No podría estar más contenta con el elenco.
Color, profundidad y diferencia: Tingel Tangel Kabarett
Hace algunos días se os pudo ver por el centro de Madrid animando a la gente a asistir a vuestro espectáculo en La Imaginaría, ¿qué nos podemos encontrar en este espectáculo? ¿Cuáles son las próximas citas?
Os vais a encontrar color, mucho color, en el sentido abstracto y literal de la palabra, humor para desencajar la mandíbula, momentos emotivos con los que conectar, crítica social para repensar y cuestionarnos las normas sociales preestablecidas… Dos horas de espectáculo con artistas invitados en cada representación, y un maestro de ceremonias que os enamorará e inquietará a la par. Pero, sobre todo, un espectáculo sorprendente, distinto, en un espacio precioso y acogedor, La Imaginaria, que hará que te olvides un poco de toda esta etapa turbulenta que estamos viviendo. Estaremos en La Imaginaria, calle Rodas 8, con dos fechas más, 18 y 19 de junio, a las 21h.
¿Quién os gustaría que asistiera a vuestro espectáculo?
Todo el mundo es bienvenido a Tingel Tangel Kabarett, aunque nuestro ojito derecho es ese público fresco, con ganas de pasarlo bien, que conecta con el mensaje sin miedo a ofenderse y valora la cultura y el trabajo que ésta requiere, pero… ¿Quién no quiere un público así?
Entendemos que en vuestras funciones puede ocurrir de todo y que cada una es diferente a la anterior, ¿qué es lo más surrealista que os ha pasado durante alguna representación?
Bueno son solo tres funciones las que llevamos en escena, así que casi agradezco que aun no nos haya pasado nada demasiado surrealista que nos descoloque demasiado jajaja. Pero situaciones graciosas por supuesto, de hecho, esta última función. Uno de nuestros personajes, no diré cual para que no me demande por daños morales, se quedó en blanco con su texto durante un largo tiempo, yo entre patas le susurraba la palabra siguiente, pero no me oía, así que se vino hacia el extremo del escenario apoyándose dramáticamente en la pared para poder oírme, y enganchó de una forma excelente. Después le felicitaron por ese momento tan… “dramático”, así que decidimos fijarlo. De hecho, esto pasa muy común, nosotros hemos incorporado muchos fallos o meteduras de pata que ocurrían en los ensayos, porque hacían crecer el espectáculo. Es la magia del teatro.
¿Creéis que todo lo relacionado con el cabaret en España se ha subestimado? ¿Por qué?
Si, por supuesto. Tuvo su momento, pero en general siempre se ha catalogado como género chico, ínfimo incluso, visto como algo banal. De hecho, si no me equivoco, en la SGAE ni siquiera existe un apartado con este nombre. La mayoría de gente nunca ha visto un cabaret o sabe lo que es, sin ir más lejos, el otro día en la calle nos lo peguntaron, o cuando piensan en él solo imaginan plumas y pezoneras, y el cabaret es mucho más que eso (sin desprestigiar las plumas y las pezoneras, que me encantan) pero quiero decir, para mí el cabaret tiene una capacidad transformadora social y personal impresionante, porque toca temas tabú, porque se muestran formas de ser que no son el modelo de sociedad perfecto, porque trabaja para todos los públicos, se baja del elitismo y lo snob, se hace en un ambiente distendido, relajado, donde la gente puede hablar y beber mientras mira, eso ya es un acercamiento a la cultura a un grupo de gente que jamás pensarían sentarse en una butaca de terciopelo rojo, y por último, se juega con un lenguaje llano donde se puede decir de todo, esa capacidad de lanzar un mensaje potente envuelto en burla y humor me fascina, ese es el poder del cabaret, y por supuesto su propio detractor, pues en ese ambiente y lenguajes se le baja de escalón por no ser “serio”. No creo que sea imprescindible el terciopelo rojo o ciertas estructuras dramáticas para tratar temas importantes o crear algo bueno a nivel artístico. Por eso creo que también es importante cuidar y mostrar este género, desde el respeto a su historia, que es fascinante, y al arte en general. Hay una frase que siempre ronda mi cabeza: “el cabaret es evolución social y personal escondida en entretenimiento”.
En estos momentos convulsos en los que vivimos, ¿es el cabaret una opción política?
Por supuesto. El arte en sí es una forma de expresar y reivindicar los sentimientos, pensamientos y necesidades de la sociedad, y el cabaret, tal y como es, no iba a quedarse fuera. Cuando hablamos entre cabareteras y burlesqueteras sobre noticias que vemos, problemas sociales o cosas que pasan en la política, siempre acabamos diciendo: “Por eso ahora más que nunca tenemos que hacer lo que hacemos”.
¿Podéis adelantarnos algunos planes de futuro que tengáis?
Buah, en nuestra cabeza pasan tantas cosas bonitas que estamos deseando hacer realidad… tenemos miles de ideas y planes, posibles fechas en preciosos teatros y muchas, muchas ganas de dar que hablar, y aun os espera un vestuario y puesta en escena mayor que se está produciendo para mayores espacios escénicos. Pero acabamos de nacer, y por lo pronto estamos dando nuestros primeros pasos, observando con atención e ilusión qué posibilidades nos ofrece este Ser. Confío mucho en la vida propia de un espectáculo, en cómo coge rumbo y dirección de forma natural, porque al final son un montón de factores lo que hace que una obra vaya a un sitio u otro, siempre por supuesto guiándola y cuidándola con amor para elevarla al máximo.
¿Qué referentes tenéis tanto en profesional como en lo personal?
En lo profesional, siempre he admirado mucho la historia y personajes de Kabarett alemán, Karl Valentin, por ejemplo, su vida y obra fue uno de los primeros libros que leí sobre cabaret (y el primer personaje en presentar en mi perfil de Instagram “Le Monde Du Cabaret”, en el que cuento historia y anécdotas sobre el mundo del cabaret). Cada célula de su cuerpo respiraba creatividad y esa crítica irónica característica de este género. De hecho, Tingel Tangel fue así bautizado como homenaje a su espectáculo con este nombre, (que era así como se denominaban los espectáculos y artistas de baja reputación) y en nuestro espectáculo usamos un texto suyo. Mujeres también como Josephine Baker, que además de gran diva cabaretera fue espía contra los nazis y activista contra el racismo.
En la actualidad, a mis primeros profesores de cabaret, Miguel Ángel y Silvia López, con los que me inicié y son creadores natos, les debo mucho de lo aprendido y mi espectáculo al final, incluso sin pretenderlo, me doy cuenta de que tiene mucho de ellos. También de Myriam Carrascosa, aprendí mucho. Siempre tengo muy presentes los inicios, son la base de todo, y la etapa más bonita.
Después hay mucha gente a la que admiro y que me ayudan a marcarme retos y objetivos, muchos ni son conocidos, al elenco de Tingel Tangel por ejemplo, la mayoría son compañeros de los que observo su trayectoria y talento, tomándolos como referentes para aprender, sobre todo, en la actitud y pasos para afrontar esta profesión, que es lo que más difícil me parece. En lo personal, a amigas y amigos, a mujeres guerreras y poderosas que me rodean y me enseñan cada día, y a mi santa madre, jajaja, de la que admiro su paciencia, capacidad de adaptación, aprendizaje y superación.
¿Nos podrías recomendar el último libro, canción, película, obra de teatro, o cualquier expresión artística que os haya emocionado?
Pues un último no, porque soy bastante mala para hacer memoria cronológica, pero me viene a la mente la película Noviembre, maravillosa, con una banda sonora de pelos de punta, me inspiró bastante en la construcción del tipo de espectáculo que quería crear. También la escena de “No se puede vivir con un franco” de Pájaros de Papel, de Emilio Aragón, ¡es puro cabaret! En la música, la versión de Silvia Pérez Cruz de Gallo rojo, gallo negro automáticamente me hace bailar internamente esté donde esté. Pero es que la capacidad para emocionar de esa mujer no tiene palabras. Podría seguir, pero solo me pediste uno.
Nuestra revista se llama Más de Cultura, así que la pregunta es, ¿Más de Cultura y menos de…?
¡Me encanta! Jajaja, ¡más de cultura y menos de postureo, por favor! Y con esto hablo de toda esta tendencia a estar para fuera, a querer ser famoso gratuitamente en videos, perfiles o programas sin nada que decir, que lo único que hacen es embobar a la sociedad, convirtiéndose en un modelo de referencia a seguir, creando modelos y patrones de comportamiento de jóvenes que miran al foco que más ilumina, distrayendo la dirección de lo que de verdad importa, de lo que nos nutre, llevándonos a ser cada vez más superficiales y consumistas, y donde pagamos para ver a un cachas que salió una vez en Telecinco, pero una entrada al teatro nos parece cara. Mi gran Amigo Alberto Ysasi me mandó una vez una postal del patio de los Leones de La Alhambra en la que me escribió “O el arte se defiende como un patio con leones, o solo quedará lo que nos dejen las hienas”. Pues eso.
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