El papel de la mujer en el mundo del arte es, como mínimo, tema de estudio. En primer lugar, siempre se ha asociado a la mujer como musa y no como artista. Como musa, se la ha sexualizado y objetivizado y como artista se la ha ninguneado. El museo del Prado, en su exposición Invitadas, hace un recorrido sobre el modo en el que los poderes establecidos defendieron y propagaron el papel de la mujer en la sociedad a través de las artes visuales.

En todos estos espacios las mujeres que aparecen son pocas veces protagonistas por voluntad propia y rara vez están en los lugares que desean; sólo fueron invitadas incómodas en la escena artística de su tiempo. Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideologías y artes plásticas en España (1833-1931) propone hacer una reflexión sobre ello a través de los escenarios que recrea.

Un recorrido por el peso de la mujer en el arte

Comisariada por Carlos G. Navarro., Invitadas recoge desde el reinado de Isabel II hasta el de su nieto Alfonso XIII (silo XIX y principios del siglo XX). La exposición está dividida en diecisiete secciones: reinas intrusas, el molde patriarcal, el arte de adoctrinar, brújula para extraviadas, madres a juicio, desnudas, censuradas, la reconstrucción de la mujer castiza, maniquíes de lujo, náufragas, modelos en el atelier, pintoras en miniatura, las primeras fotógrafas, señoras «copiantas», reinas y pintoras, las viejas maestras y las verdaderas pintoras, señoras antes que pintoras y anfitrionas de sí mismas.

Algunas secciones muestran a la mujer en situaciones cotidianas de la época. En estas partes, destacan que las situaciones reflejan como se delegaba a la mujer a un segundo plano como el cuadro Castigo, de Tomás Muñoz Lucena. En otras, se ve como se representa el peso de la moralidad cristiana y de la culpa sobre el cuerpo de las mujeres como el Último sueño de una virgen, de Manuel Villegas Brieva. También en algunas obras podemos apreciar cómo se marcaban las diferencias entre clases o etnias como en La rebelde, de Antonio Fillol.

Quizá una de las secciones que más impresiona es la de desnudos. El desnudo en el arte no es algo novedosos y el cuerpo humano siempre ha sido retratado por infinidad de artistas. Algunas de las obras más famosas del mundo incluyen desnudos, ya sea en pintura, como en El nacimiento de Venus, de Boticcelli, en escultura, como el David de Miguel Ángel o en otra de las representaciones artísticas. Sin embargo, lo que sorprende y hasta incomoda en esta parte de la exposición es ver que los desnudos de las artes plásticas, más allá de centrarse casi exclusivamente en mujeres, también retratan a niñas. Los cuadros que exponen a menores posando con actitud sexual son algunas de las obras más polémicas de la exposición.

La mujer como artista

Invitadas también repara en el papel de la mujer como artista y en la percepción que la sociedad tenía de ella. Cuando una mujer daba el paso y accedía a ser la protagonista y creadora de su obra, ésta se descalificaba. Se tachaba de «arte femenino» aquello sutil, con poco valor. Se asociaban los bodegones y, en raras ocasiones los retratos, a las únicas piezas que podían ser realizadas por una mujer.

Cuando la artista daba un paso más allá y se salía de lo socialmente establecido, se juzgaba y menospreciaba. Invitadas se acuerda de todas estas mujeres y decide dar visibilidad a obras que normalmente no llegan al gran público.

Si te interesa la exposición, la puedes ver en el Museo del Prado hasta el 14 de marzo de 2021.