No se ustedes, pero nosotros nos lo estamos pasando pipa asistiendo incrédulos al cambio espectacular que acaba de sufrir el gobierno de este bendito país en apenas unos días. Y aunque lo que están esperando es el veredicto de esta redacción acerca del nuevo Ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta, les vamos a hacer sufrir unas cuantas lineas todavía. Porque el verdadero tema de esta semana es otro, mucho más importante, y que esperamos que marque tendencia en el mundo: habemus consejo de ministras.
Y cuidado, la cosa no es para tomársela a cachondeo como estamos viendo en algunos medios, es algo único en el mundo ahora mismo. Hay, o ha habido, gobiernos extranjeros con mayoría de mujeres, pero ninguno tiene a tantas al cargo de sus ministerios, y menos a cargo de los tradicionalmente más relevantes.
Estamos hablando además de mujeres muy preparadas, con talento, con amplia experiencia, y dueñas del respeto unánime de los que han trabajado con ellas. Esperamos que sean conscientes desde ya de la importancia de sus nombramientos, pues son las primeras beneficiadas de esta ola de feminismo que recurre el mundo, y que parece que puede llegar a cambiarlo. Que estén ahí, hagan lo que hagan los próximos meses, ya nos parece fabuloso.
Consejo de Ministras
Así que desde MDC, uniéndonos a la polémica lingüística, optamos por hablar de «Consejo de Ministras«. Por primera vez en la historia de España, en la foto salen más mujeres que hombres, y que nosotros sepamos nunca nadie se había planteado que igual «Consejo de Ministros» estaba mal dicho, sobre todo teniendo en cuenta que hay mujeres ministras desde hace muchas legislaturas ya. Curioso que parte de los medios y periodistas influyentes de este país se planteen ahora estas cosas, nunca lo habían hecho, y además lo hagan sugiriendo el cambio a «Consejo de Gobierno».
¿Mayoría de ministras? pues «Consejo de Ministras«, ha sido la lógica aplicada con mayoría de hombres, a cuento de qué hay que cambiarlo ahora. Por supuesto pueden estar ustedes en desacuerdo y usar el término que mejor les parezca, faltaría más. Pero recuerden entonces lo que es un «coñazo«, y lo que es «la polla» en lenguaje coloquial, y a lo mejor se dan cuenta de que un poco de feminismo lingüístico no nos viene del todo mal.
Por todo esto, y por todo lo que está por venir, queremos dar la enhorabuena a Carmen Calvo, (vicepresidenta y ministra de Igualdad), Nadia Calviño (ministra de Economía), Margarita Robles (ministra de Defensa), María Jesús Montero (ministra de Hacienda), Reyes Maroto (ministra de Industria), Magdalena Valerio (Trabajo y Seguridad Social), Isabel Celaá (ministra de Educación), Dolores Delgado (ministra de Justicia), Teresa Ribera (ministra para la Transición Ecológica), Meritxel Batet (ministra de Política Territorial), Carmen Montón (ministra de Sanidad), y Adriana Lastra (portavoz en el Congreso).
Màxim Huerta, ministro de Cultura y Deporte
Tenemos que ser sinceros con ustedes: aún andamos en estado de shock ante este sorprendente nombramiento. Nos ha dejado totalmente descolocados. Esperábamos un gestor, algo parecido al resto de carteras, y nos encontramos a un escritor y periodista mediático, y sin experiencia ninguna en gestión cultural (en el tema del deporte ya ni entramos, que no es nuestro negociado).
Son muchos los nombres que han salido a la luz como primeras opciones al cargo, en realidad tantos que en la redacción empezamos a pensar que a nadie le interesa hacer algo por la cultura en este país, y ya anda todo el mundo comentando que había mejores opciones que Màxim Huerta. Nombres como Antonio Muñoz Molina, Isabel Coixet, David Trueba, Antonio Banderas, Elvira Lindo, Serrat…, en fin, artistas maravillosos de los que somos admiradores, pero que tampoco son gestores ni tienen experiencia real gestionando proyectos que no sean propios. Grandes referentes en esto de lo cultural, al parecer son también personas con un gran sentido común capaces de decir no cuando toca, y es que hay que estar muy seguro de tus capacidades (y tus tragaderas) para acabar diciendo que sí a ser ministro de cultura.
Por eso desde MDC queremos darle un voto de confianza al ministro Màxim Huerta. Si él cree que puede, el presidente Sánchez cree que puede, quienes somos nosotros para decir lo contrario, simples amantes de la cultura y el arte. Son ya muchas las voces del mundo de la cultura y la intelectualidad las que prometen que va a ser toda una sorpresa, que se trata de un hombre con capacidad suficiente para el cargo. Ojalá sea así, porque buena falta nos hace.
Lo que nos preocupa, y mucho, es que el señor ministro sea tan seguidor como nosotros de los Javis y de La Llamada, obra culmen de la «new way of life» millenial española. Ya saben, la única filosofía de vida que practicamos a diario en esta caótica redacción: lo hacemos y ya vemos.
Le seguiremos de cerca señor ministro. Mucha mierda, Màxim.
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