Las etiquetas están pasadas de moda. Delimitar y clasificar ya no se lleva. Pero no todo es malo en el nombramiento. El lenguaje nos sirve como herramienta para conceptualizar las ideas y entender el mundo. Por eso, lo hemos trasladado a un tema sobre el que hablamos largo y tendido en esta revista. Las relaciones, las redes sociales, el amor y el sexo. Hay vida más allá del ghosting.
Hemos hecho un diccionario para identificar comportamientos abusivos y tóxicos que te puede ayudar a descubrir si una relación es tóxica. Si te identificas con alguno, huye.
Por favor, los más puristas del lenguaje que no nos acribillen con esto, la mayoría son anglicismos adaptados al castellano. Prometemos atenderos con una call si queréis añadir alguno.
Ghosting: quizás es el término más conocido de este diccionario. La palabra ghosting ya se usa en las conversaciones diarias y por desgracia, el comportamiento que designa, es más común de lo que nos gustaría. El ghosting (del inglés ghost, fantasma) describe la práctica de cesar cualquier comunicación con un amigo o pareja sin ninguna explicación previa. Desaparecer sin avisar y no volver a dar señal. Un paso más allá del ghosting sería el cloaking. No basta solo con desaparecer, sino que se bloquean los canales de comunicación (instagram, whatsapp…).. Hay gente que tiene la cara muy dura.
Banskysing: la originalidad de la primera persona a la que se le ocurrió el término se merece un premio. En una subasta de obras del artista Bansky, una de sus piezas, Niña con globo, se autodestruyó ante el público justo cuando fue comprada. Trasladado a una relación, el banskysing ocurre cuando una de las partes de la pareja es consciente de que la relación se está acabando y puede pasar meses planeando esta ruptura. Como hizo el artista Bansky planeando destruir su obra.
Benching: en inglés bench es banco y el benching nos lleva al banquillo. Es decir, mantener a alguien a la espera mientras piensa que en algún momento saldrá a jugar. Manipulación en toda regla porque solo una de las partes decide cuando quiere quedar. Ya sea por aburrimiento, porque mantiene a alguien con esperanza mientras pasa por varias relaciones o porque es una persona con cero gestión emocional.
Catfishing: consiste en engañar a otra persona creando una identidad falsa. Una película documental y una serie posterior expusieron esta tendencia que empezó a extenderse en redes sociales. Una persona se creaba un perfil falso y fingía ser alguien que no existía. Después iniciaba una relación online con alguien. Hoy en día ya está considerado delito.
Cuffing: ay los meses de invierno pueden ser duros y siempre se quieren más mimos. Después, con la llegada de la primavera la sangre se altera. El problema es cuando este tipo de comportamiento se vuelve ya sistemático. El cuffing describe la actitud de estar emparejado los meses de frío e invierno y dejarlo en cuanto llega el sol. Ese famoso «en verano nos damos un tiempo».
Gaslighting: «estás exagerando», «eso no fue así», «pareces locx». Vaya, vaya, si alguien se excusa con este tipo de frases cuando estás exponiendo tus sentimientos estás ante un claro caso de luz de gas. Una persona manipula la realidad y te hace creer que tu percepción siempre es errónea.
Gatsbying: Si antes mencionábamos a Bansky, ahora nos vamos al personaje del Gran Gatsby. Si Gatsby buscaba llamar la atención de Daisy, el gatsbying consiste en usar todos los trucos posibles de instagram para llamar la atención de tu interés amoroso. Que si un stories sobre algo que le gusta para asegurar una reacción, una foto subida en el momento justo. Vamos, faltaría hacer una hoguera y señales de humo porque por el resto de canales lo has dejado bien claro.
Kittenfishing: este concepto también está relacionado con fingir ser otra persona. Fingir que te has leído un libro que no, que has visto una película que no… Lo peor es que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo y los coloretes de la vergüenza son difíciles de disimular. Huye de hacerte el listx y asume que es imposible saber de todo.
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