Este artículo está entre la biología y el viaje, entre el toc y los headhunters, entre la curiosidad y el drama.
Todo tiene que ver con el gen DRD4-7R que parece, habita sólo en el ADN del 20% de la población mundial, pero suficiente para que provoque overbooking, colapsos en venta de billetes online o desbordamiento en pernoctas. Parece que esta configuración genética lleva, a quien la «padece» a viajar sin descanso y a precipitarse al ordenador a la búsqueda de la siguiente oferta sin haber deshecho la maleta del viaje anterior. Esto es lo que se denomina Dromomanía…
Si usted es uno/a de los afectados/as debemos decirle que su perfil es uno de los más demandados en cualquier empresa. Así que le invitamos a que saque partido de este hecho científicamente probado. ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Fácil. El viajero/ la viajera es la persona que mejor se adapta a los cambios y ésto en una compañía es un requisito altamente valioso. Pero ésta es sólo una de las ventajas.
Una persona viajera está acostumbrada a tomar decisiones valorando la situación de la que parte y el impacto que puede generar. Puede trabajar perfectamente en solitario o en equipo. Son puntuales y optimizan el tiempo propio, y el de los demás, de manera casi maniática. Manejan los contratiempos y ofrecen soluciones prácticas y creativas. Son capaces de trabajar con recursos mínimos y cumplir ampliamente con el objetivo. Sin dejar de lado la viveza y alegría, que proporcionan en el entorno, por un background rico en experiencias por su andanzas por el mundo.
Si se ha reconocido en este perfil, ya puede suspirar, no es tan bicho raro como pensaba. Al menos un 20% más camina por el mundo con su misma pasión. Si por el contrario, reconoce esta personalidad en alguien que le rodea o con quien trabaja, ahora puede entenderle un poco mejor.
Y si es usted empresario/a y busca personal, pida un/a dromómono/a. El único riesgo que parece correr es que se le escape al otro lado del mundo cuando menos se lo espere. Pero si le compensa…
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