Los Pirineos es la cadena montañosa que separa la Península Ibérica del resto de Europa. Puede que la mayoría de nosotras asociemos estos montes a exámenes de geografía o, con suerte, a alguna excursión por sus sendas. Pero estas montañas del norte de España están íntimamente relacionadas con ninfas, gigantes furiosos y otros seres mágicos que habitaban hace años el lugar y que dieron origen a lo que hoy conocemos como el Pirineo.
La mitología del Pirineo
El cine y la literatura más mainstream nos hacen relacionar las grandes historias mitológicas con lugares lejanos. Nada más lejos de la realidad, infinitos rincones por los que paseamos día a día esconden historias fantásticas de su pasado. El Pirineo debe su nombre a una leyenda que une a una ninfa del bosque, a un gigante furioso y a Hércules.
Vamos por puntos. Lo primero es analizar etimológicamente el nombre para entender su significado. Aquí va la primera sorpresa. Pirineo viene del griego Pyros, que significa fuego, y neo, nuevo. ¿Qué tiene que ver un incendio con la cadena montañosa?
Según cuenta la leyenda, antes de que existiese la montaña que conocemos hoy como Pirineo, una llanura cubría la zona. En ese valle convivían diferentes criaturas mágicas, todas ellas gobernadas por el rey Tubal, quien controlaba gran parte de la Península Ibérica. La hija del rey Tubal era una de las ninfas de esos bosques, su nombre era Pirene.
La vida de Pirene da un giro cuando el famoso guerrero Hércules (o Heracles, según la historia griega o romana) para en las tierras del rey Tubal a la vuelta de uno de sus viajes. Hércules decide quedarse un tiempo en la zona, allí conoce a Pirene y ambos se enamoran.
Un mausoleo para Pirene
Mientras tanto, al sur de la Península vivía uno de los mayores enemigos del rey Tubal, el gigante Gerión. Un monstruo representado con tres cuerpos y tres cabezas que quería conquistar las tierras de su contrincante. Además, Gerión quería someter a Pirene. El gigante sube al norte con la intención de acercarse a la ninfa del bosque pero Pirene le rechaza y escapa. Asustada por su furia, huye al bosque para esconderse del gigante. Gerión, ofendido y herido por el rechazo de ella (ya en la mitología había problemas de masculinidad tóxica), decide perseguirla. Como no la encuentra en el bosque, empieza un incendio con la intención de que el fuego encierre a Pirene en el bosque.
Cuando Hércules se entera de lo sucedido, corre a ayudar a su amada. Sin embargo, no consigue llegar a tiempo y encuentra a Pirene muerta en el bosque. Ante la pena, empieza a acumular piedras encima del cuerpo de la ninfa para construir un mausoleo tan grande que su padre Zeus consiga ver desde el mismo monte Olimpo.
Ese mausoleo que describe la leyenda, es lo que hoy en día conocemos como Pirineo.
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