Artículo que Cristina Soto
En cuanto a visibilidad se refiere, la versión española de Skam está rompiendo muchos tabúes. Más allá de dignificar el mundo adolescente y acercarse a sus dramas de una manera más honesta, ha conseguido posicionarse como una de las mejores series españolas en cuanto a la visibilidad bisexual. Pero además de eso, la inclusión del personaje de Joana, interpretado por Tamara Ronchese, reconociendo su TLP (Trastorno límite de la personalidad) ha abierto un nuevo debate: ¿Se representan correctamente las enfermedades mentales en la pantalla?
La serie ha hecho historia en cuanto a la representación de estas enfermedades y lo ha hecho con un proyecto propio que surge en el contexto de la ficción. El personaje de Joana, se enfrenta a su enfermedad y la comparte con los demás en el proyecto Minuto a Minuto (@_minutoaminuto_), una cuenta real donde participa la organización AMAI TLP para visibilizar y ayudar con el trastorno.
Para descubrirlo, en Más de Cultura nos adentramos más de lleno en este trastorno y en su aplicación en la serie Skam. No lo hacemos solas, puesto que se trata de un terreno peliagudo con demasiados tecnicismos que nos ayuda a resolver Belinda Gutiérrez, psicóloga que trabaja en PAUTA, una asociación promovida por familiares de personas con Trastorno del Espectro del Autismo afincada en Madrid desde 1993. Su objetivo es ofrecer apoyo, acompañamiento y oportunidades, desde un enfoque ético, para que las personas con TEA y sus familias puedan tener una buena calidad de vida.
Al igual que sus usuarios utilizar elementos como el arte para hacer frente a su situación, le preguntamos por la implicación de la serie en su reflejo de una enfermedad tan desconocida. Que, por cierto, ¿Cómo se podría definir de manera sencilla?
«En el DSM-V (Manual diagnóstico de los trastornos mentales), el TLP (Trastorno límite de la personalidad) se categoriza como trastorno de personalidad y se podría decir que tiene que ver con el concepto que una persona tiene de sí misma, siendo éste muy frágil y fácilmente alterado, sobre todo en las situaciones que se viven como estresantes. Esto va a traer como consecuencia dificultades en el manejo de las propias emociones y en las relaciones con las demás personas». Algo, que según nos explica, se puede deducir perfectamente en el personaje de Joana en relación a como se comporta con el personaje principal de la serie.
Lo que nos lleva a preguntarnos si quizá dentro del TLP existen diferentes matices: «existen tantos matices como personas haya con dicho trastorno. Esto ocurre tanto con el TLP como con cualquier otro trastorno mental. Esto es porque un mismo síntoma puede presentarse de manera diferente en dos personas. Además, también habría que tener en cuenta la comorbilidad con otros trastornos en caso de que el TLP no fuera el único trastorno que tiene la persona».
Lo mismo ocurre con las diferentes categorías o criterios diagnósticos «entre los cuales es fácil encontrar semejanzas. El TLP, por ejemplo, forma parte de la categoría de los trastornos de personalidad, por lo que éste y otros trastornos van a ser similares en cuanto al desarrollo no adaptativo de la propia identidad y de las relaciones interpersonales. La labor del profesional de la salud será realizar un correcto diagnóstico diferencial».
«El fuerte estigma que aún existe asociado a los trastornos mentales dificulta su detección»
La versión española es la única que, a priori, se aleja del concepto de Bipolaridad que introdujeron los creadores de la versión original para el personaje de Joana, un trastorno completamente distinto aunque con ciertas similitudes, que obliga a variar partes de la trama para la correcta representación: «el trastorno bipolar forma parte de la categoría de trastornos del estado de ánimo y combina episodios depresivos con otros maníacos. Los episodios maníacos, que pueden ser más desconocidos para las personas legas en la materia, se caracterizan entre otras cosas por un estado de ánimo anormalmente elevado y un aumento de la actividad o energía. Además, comienza a manifestarse ya en la edad adulta. Aun así, sí que podemos encontrar ciertas similitudes entre ambos trastornos, principalmente en lo que tiene que ver con la inestabilidad emocional».
Cuando le preguntamos a Belinda sobre el diagnóstico del TLP entendemos, una vez más, el proceso de documentación de la serie y su acierto en cambiar el tipo de trastorno, puesto que el TLP comienza a manifestarse en la adolescencia: «periodo de importantes cambios en el desarrollo evolutivo de la persona. Está claro que esto va a dificultar su detección, siendo además importante tener precaución a la hora de diagnosticarlo en las personas menores de edad, sobre todo por el fuerte estigma que aún existe asociado a los trastornos mentales».
«Encontrar personajes de ficción que presenten trastornos mentales es muy importante para visibilizarlos»
Por eso, quizá sea tan importante visibilizar que el estigma existe únicamente con estas enfermedades y no con otras, como bien argumenta el personaje de Viri, u otros personajes en las versiones originales de Skam:
Por lo tanto, le preguntamos a Belinda si un adolescente que esté viendo la serie lo padece o tiene a alguien a su alrededor que lo padece, cuál sería la manera de llegar hasta él o ella.
«Creo que aún es grande el desconocimiento que hay acerca de los trastornos mentales, existiendo así un gran número de mitos acerca de ellos. Encontrar personajes de ficción, tanto en el mundo del cine como de la televisión, que presenten trastornos mentales es muy importante para visibilizarlos y acercarlos al día a día de la sociedad en general. De esta manera, será más fácil romper los estigmas, normalizar este tipo de situaciones y favorecer la inclusión de las personas con cualquier tipo de trastorno mental».
El que recibe, el que padece la enfermedad sin tenerla y a menudo se informa en Internet de manera errónea ante el miedo al desconocimiento, ¿Hace falta más ayuda también para ellos?: «Si los trastornos mentales no se conocen, creo que las primeras reacciones normales que pueden aparecer van a tener que ver con el miedo a lo desconocido. Por tanto, una mayor visibilidad de este tipo de trastornos va a ayudar a las personas que tengan que lidiar con ellos más de cerca. Aun así, no hay que olvidarse del apoyo a los familiares o personas más cercanas, ya que va a ser fundamental sobre todo en los primeros momentos del diagnóstico».
La psicóloga reconoce que aunque actualmente existe la «necesidad imperiosa de etiquetarlo todo», es necesario un diagnóstico fiable para ponerle nombre y apellidos a la enfermedad: «en el ámbito de la salud, creo que esa etiqueta (el diagnóstico) va a ser útil para poder llevar a cabo un tratamiento adecuado».
Como broche final, le preguntamos lo que se pregunta todo el mundo que esté sufriendo por la salud de este personaje: Una persona con TLP ¿puede hacer una vida normal? Ante lo que nos advierte que «aunque cada persona con TLP es única, el plan de tratamiento va a ser individual, dependiendo de las necesidades y síntomas que tenga dicha persona».
Habrá que esperar entonces a la resolución que los guionistas quieran darle a este personaje tan importante para otro de los colectivos invisibilizados en el audiovisual. Por el momento, la conclusión está clara, para todo, es importante una buena información.
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