«Un malagueño que hace una fusión de flamenco maravillosa», nos decia El Kanka sobre Alberto Alcalá. El niño de la hipoteca hablaba claro sobre él: «Le está costando mucho levantar su proyecto porque muchas veces el caviar no está hecho para todo el mundo y la verdad es que hace unas canciones preciosas, las interpreta maravillosamente y es arte mayor lo que hace».

Les hemos hecho caso, a ellos y a Mr Kilombo, que nos recomendaban al cantautor Alberto Alcalá. Hablamos con él de sus letras, y quedamos encantadas con sus reflexiones. Sobre todo sobre asuntos como los grandes temas a la hora de escribir: ¿grandes temas dichos de manera cotidiana o las cosas cotidianas dichas de manera grandilocuente? Sobre lo del flamenco en el mundo mainstream, es una cosa que le parece justicia poética.

Eres el entrevistado más recomendado entre nuestra cadena de talento. ¿Todo un honor no?

Además son colegas, compartimos hace muchos años el mismo sitio y las mismas ganas. Nos tenemos muy vistos (risas). Es una alegría que ellos me recomienden. Supongo que como a ellos les va muy bien la vida se acuerdan de los amigos.

Te iniciaste en el mundo de la música con 11 años. ¿Qué recuerdas de aquello?

Me llamaba muchísimo la atención la música. Ahora lo puedo analizar. En el momento no lo analizaba. Me llamaba muchísimo la atención la música y la guitarra me parecía una cosa marciana. Parecía como magia que aquello sonara tan bonito. Eso me fascinaba y me obsesioné con eso cuatro o cinco años. Sin que entrara mucho el mundo de la canción en ese momento.

Aprendía de la guitarra flamenca, de cómo cantaban los cantaores que venían a la escuela donde iba y escuchaba en cante, aprendía acordes encima de eso, para mí era un misterio. Hasta que encontré cuatro mecanismos para funcionar. Eso fue toda una obsesión para mi.

Después se recondujo por si solo. Me encontré con las canciones pero ya el instrumento en sí me acuerdo que era una cosa misteriosa que no sabía por qué mecanismo eso sonaba así de bonito.

En tus canciones escuchamos flamenco, bossa nova, copla o tango pero las letras son muy importantes.¿Partes siempre de ahí?

Últimamente por ejemplo me surge desde la melodía casi todo lo que hago. Me ha pasado que también he escrito la canción desde la letra. Una cadencia que más o menos tuviera un ritmo, de repente encontraba la musicalidad en eso y empezaba a trabajarla. Siempre con la guitarra, pero casi siempre desde la melodía. Desde ahí empiezan a aparecer los demás elementos.

Con respecto a los géneros, supongo que es la música que me gusta y escucho y se traduce en lo que hago. Hay algunas trampas, la bossa nova es un territorio que me gusta mucho pero que no domino. Tienes una rumba y como está en cuatro tiempos si quieres te lo puedes llevar a una samba brasileña, si tienes poca vergüenza, como es mi caso.

Alberto Alcalá. Fotografía Ana Rubio.

Alberto Alcalá. Fotografía Ana Rubio.

Reflexionas mucho sobre la verdad y la mentira en tus canciones. ¿Lo habías pensado?

Cuando lo escribo no, pero como tengo amigos bastante cabroncetes sí que me lo han dicho ellos. Eso y lo del tiempo, como si fuera un viejo ya que está todo el rato pensando en la muerte. Pero por los amigos que vienen con un poco de maldad. Y la verdad también, parezco Manu Chao.

Pero esto es como la poesía, que uno refleja sus obsesiones.

Claro, supongo que hay cosas esenciales que todo hijo de vecino se cuestiona. Después, si estás trabajándolo en un lenguaje que sea más o menos poético te sale esa búsqueda siempre y yo trato de que no tenga mucha solemnidad pero no se si el resultado acaba siendo de esa manera.

A veces me lo planteo. Los grandes temas, en relación a la poesía, dichos de manera cotidiana o las cosas cotidianas dichas de manera grandilocuente. Dónde está la medida para que sea un mensaje y que tenga oyente. Eso también es algo que me cuestiono mucho, últimamente.

Todas las canciones son especiales pero ¿Alguna a la que le tengas especial cariño por algo en concreto? 

Una que se llama Graná. Es seguramente a la que más cariño le tengo. Y es una canción que habla desde un lugar agridulce porque estoy jugando con que la ciudad de Granada tiene la palabra «nada» dentro y yo me estaba yendo de Granada donde había vivido diez años.

Es una canción que juega todo el rato con eso. Con la nada. Es curioso porque siendo una canción agridulce siempre que la estoy cantando en algún lugar, no se lo que estoy transmitiéndole al otro pero lo que a mi me viene son imágenes super felices de lo que he vivido en esa ciudad y esa canción veo que conecta con mucha gente de la que a mi me puede llegar a escuchar. No entiendo ese canal. Le tengo mucho cariño por eso.

¿Un cantautor es un cantante o es otra cosa?

Cantante supongo que se puede entender de muchas maneras. Un cantante a día de hoy tal y como funciona la industria musical sería algo un poco más prefabricado. Un cantante como tal sería la técnica sumada a que se parezca muchísimo a otro cantante, que tenga un timbre reconocible con el que tu puedes vender discos, vender entradas y un cantautor, alguien que tenga, a pesar de ser solamente intérprete, una búsqueda más original, supongo que la gracia está ahí. En el timbre propio en la búsqueda de la originalidad.

Yo entiendo que en el mundo de la canción de autor la búsqueda estaría un poco en la originalidad. Después yo veo mogollón de proyectos que son calcados a otra cosa que ya funciona y estamos hablando de un submundo, ni siquiera hablamos de industria musical.

Incluso en el circuito de garitos hay un montón de proyectos que se parecen. Por ejemplo, El kanka, que es mi amigo desde hace muchos años, es un tipo super original, honesto, que ha tenido su búsqueda y su camino para llegar a hacer esas canciones que aparentemente son sencillas pero que esa sencillez lleva un trabajo y un recorrido, llegar hasta ahí. Es como lo de Picasso y lo de que lleva toda la vida intentando pintar como un niño, sí, garabatos podemos hacer todos pero después hay muchos «kankitas».

En el mundo de la música de ahora, de los garitos, hay muchos chavales que han escuchado a Kanka hasta la saciedad y están influenciados pero no están haciendo una búsqueda tan personal de encontrar su voz. Se quedan ahí en el cliché. Es lo que yo observo, lo que valoro de la canción es eso, encontrar un Bob Dylan o un Leonard Cohen que te hablen como solo ellos te pueden hablar, desde su búsqueda, esa cosa que te hace único, esa voz, a mi no me interesa tanto el cantante, me interesa más la verdad de eso. La originalidad o el sello que todos tenemos y que nos distingue. Al final es lo que yo busco, tampoco se si lo consigo o no pero esa sería mi diferenciación.

¿Manuel y Lola somos todos?

Era un guiño a Lole y Manuel que me gustan mucho. El dúo. Manuel ya murió Lole sigue cantando. Quería hablar sobre las vocaciones pero me parecía auto-flagelante ponerlo todo en primera persona. Es una cosa que a veces me pasa, el cantautor triste.

Para contar eso que a mi me preocupaba mucho sobre la temática de las vocaciones. Yo cantaba en la calle en ese momento. Toda esa controversia que sigo teniendo en vez de ponerla en primera persona me inventé a los dos personajes que sin existir ni nada iban a hablar de ese tema en vez de que hablara yo.

Desde hace unos años, el flamenco ocupa más lugar en el mundo mainstream, ¿Cómo lo ves tú?

Yo en los circuitos que me muevo como profesional no entra mucho pero como público voy a ver flamenco y es un género que ha tenido un reconocimiento brutal y que se lo merece porque hay una cantidad de gente en ese mundo interesantísima: cantaores, bailaores, gente tocando y que se inventan una cosa nueva a pesar de que ya ha habido un Paco de Lucía.

Me parece una justicia poética que algo que ha sido marginal hasta no hace tanto, de repente tenga ese reconocimiento porque la gente que se cría en eso tiene mucho que contar. Es un pozo de sabiduría que a veces es bastante inconsciente.

Y después acercamientos de Rosalía, por ejemplo, por lo que me cuenta gente más o menos cercana es una chica que conoce perfectamente los cantes y que se ha empapado de todo eso para hacer esta otra historia.

Los acercamientos desde ese lugar son una alegría. Que alguien lo tenga en cuenta desde una música más mayoritaria. Supongo que si Rosalía en una entrevista habla de La Niña de los Peines igual hay una muchacha de Albacete que de repente se interesa por La niña de los Peines. O no, pero me parece que está sembrando algo interesante. A mi por ejemplo lo de Rosalía me gusta mucho. No lo escucho un montón pero lo que he escuchado me parece que el acercamiento tiene un montón de respeto al flamenco.

¿Seguimos con la cadena? ¿Nos recomiendas a alguien?

He leído a una poeta que se llama Chantal Maillard tiene un libro de poemas que se llama Matar a Platón. Te lo recomiendo. Me parece de lo mejor que se ha escrito en este siglo de poesía. Es una mujer que creo que es profesora de filosofía en la universidad y tampoco es que sea super conocida.

Ella y una poeta de valencia que se llama Berta García Faet que también me ha parecido muy interesante su escritura.

¿Más de Cultura y menos de qué?

Y menos de Vox.