Alex Ferreira es uno de esos artistas que no consigue dejar de crear. Acaba de publicar Tanda, su último disco, y en plena promoción nos adelanta que ya está en marcha su siguiente trabajo. Nominado al Latin Grammy en 2018 como «Mejor Nuevo Artista», este dominicano afincado en México lleva la música en la sangre. Compone, toca, escribe y gestiona sus proyectos de manera independiente.

En Tanda, su último trabajo, trabaja con las raíces de la música latinoamericana y añade ingredientes especiales, como la receta de lentejas de su madre, para sacar un disco que mezcla sensaciones, querencias musicales, viajes y sabores. Hablamos con Alex Ferreira para conocer mejor al artista.

¿Cómo estás viviendo estas semanas tras la publicación de Tanda?

Pues muy bien dentro de lo que cabe en estos tiempos raros. Contento de presentar el disco. La verdad es que recibiendo muy buenos comentarios. El disco se retrasó un poco así que imagínate, cuando uno lo publica se queda contento.

¿Cómo surge la idea de Tanda?

Siempre estoy haciendo discos y canciones y es parte de mi vida. De hecho ahora estoy grabando otro, siempre estoy probando cosas. En este caso quisimos acercarnos a la música latinoamericana. Yo soy dominicano, vivo en México y entre los productores hay un venezolano, un argentino… Quisimos grabar el disco en directo como se grababa en los sesenta y setenta. Grabando en vivo se consiguen cosas que no se pueden conseguir de otra manera y eso de alguna manera separa Tanda de mis discos anteriores, que fueron hechos por capas y producidos de otra manera.

En este caso fue una gozada hacer un disco con otra manera de trabajar y por ahí salió la cosa.

El disco estaba pensado para ser presentado en directo y debido a la pandemia os tuvisteis que adaptar y plantearlo de manera diferente. ¿Cómo vives esto?

La vida pasa y uno tiene que adaptarse. La verdad es que no se pensó para que fuese así. El otro día pensaba lo difícil que es. Ya sé que en España se están dando conciertos con cierto protocolo pero aquí en México no. Tanda se pensó para ser presentado y defendido en un escenario pero esas cosas no las controlo yo. Más bien no podía seguir teniendo el disco guardado y salió así. ¿Qué afectó? Pues que simplemente no lo puedo presentar en vivo. En España o Argentina se están dando conciertos con cierto protocolo y hay una luz al final del túnel, hay una esperanza.

¿Qué aprendizaje sacas de esto?

Personal desde luego. Se ponen todas las cosas otra vez en orden. No todo es el trabajo. También es que yo no hago otra cosa. Llevo los últimos 15 años dedicados 100% a la música. Obviamente no quiero compararme con alguien que trabaja en primera línea, pero nosotros, los músicos, somos los últimos que vamos a regresar, la cultura va a ser la última. Los eventos en vivo son lo menos importante en este sentido.

Yo tengo que canalizar mi energía en una dirección positiva, no puedo pasarme todo el rato pensando en esto. Mejorar con músicos, con productores, hacer canciones… Hay cosas que uno no puede controlar y es mejor no rallarse.

«Tiene mucho que ver con el folklore pero también es una propuesta de empujar la canción hacia un terreno nuevo y diferente»

Hablamos hacer poco con los mexicanos Zuaraz sobre el resurgimiento de la canción popular, ¿tú crees que estamos viviendo una nueva ola en la producción folklórica?

Creo que sí, que hay una nueva ola. Tampoco diría que en ningún momento murió, siempre ha estado ahí. Sí te puedo decir que la música latina se está escuchando hoy en día más que nunca. Seguramente gracias a la música urbana que es una cosa mundial. De alguna manera eso trae a flote otros valores de la música latina que también existen como el folklore.

Tanda tiene mucho que ver con el folklore pero también es una propuesta de empujar la canción hacia un terreno nuevo y diferente. Mezclamos sonidos que no sabíamos que se podían mezclar o que se sentían como una aberración desde el punto de vista purista, de la materia. La tambora dominicana, que es un instrumento que se usa para el merengue por ejemplo, es un tambor que se pone en la pierna y se toca con una mano y el palo, nosotros usamos ese instrumento con un melotrón. Y eso pues un purista te diría que eso no se hace.

Sí hay un uso del folklore en el disco pero también mezclado con otras cosas. Eso lo hace mucha gente hoy en día.

«Tanda para mí es de alguna manera regresar a casa»

En el disco incorporas un audio de tu madre en el que te desvela el secreto de sus lentejas y de su salsa de tomate. ¿Es un acto de generosidad para que todo el mundo pueda saborear ese plato? ¿Ya te has aprendido la receta?

Sí, por un lado ya la gente tiene la receta de mi madre y por otro estoy inmortalizando a mi madre en una canción. Ella siempre me manda notas de voz, desde que me fui jovencito a España. Me manda recetas y su voz me parecía bonita como para musicalizarla. Tanda para mí es de alguna manera regresar a casa. Muchas de las influencias del disco tienen que ver con la música que yo escuchaba de pequeño, dominicana.

Mi madre es eso, es como regresar a casa. Ella me recomienda en una receta no usar conservantes ni aditivos y creo que Tanda es un poco así, un disco más orgánico.

En 2018 estuviste nominado a un Latin Grammy como Mejor Nuevo Artista, ¿notas un cambio en tu carrera musical desde entonces?

La Academia, la gente que vota, los músicos… es una manera que tienen de reconocerte y por ese lado se agradece pero yo no hago música pensando en eso. Me encantó la experiencia. En algunos casos me sentí raro, sobre todo en la alfombra roja y ese tipo de cosas, ahí no me identifico tanto con ese lado de la industria, pero me lo pasé muy bien. Me encontré con un montón de amigos, celebramos la música, por todo lo alto, es una maravilla. Pero yo no pienso en este tipo de cosas. Lo agradezco y lo disfruto en su momento pero no cambió realmente mi manera de trabajar. Yo soy independiente y que nominen a un artista independiente que hizo ese disco ya es increíble.

¿Más de cultura y menos de qué?

Más de cultura y menos de política.