-¡Qué lejos estamos!- suspiró.
-¿De qué?
-De nosotros mismos».
Gabriel García Marquez. Del amor y otros demononios
Conocí a Marijose como artista con la compañía Casual de Juan Gómez, en las obras de teatro Ni idea y Aburrimiento Cher. La primera obra exploraba todo el proceso de la creatividad desde el principio, en el que nace de un conflicto. En la segunda la actriz principal se transforma en público y nos hace ver la obra desde nuestro propio punto de vista como espectadores.
Me llamaron la atención dos cosas: en primer lugar el derroche de creatividad en cada una de las obras, de las más originales y diferentes que he visto, recuerdo que pensé: “Este tío es un genio”. (Actualmente se puede seguir disfrutando de este creador en Lajuangallery, en la calle Juanelo de Madrid).
Lo segundo que me llamó la atención fue el gran talento interpretativo de Marijose, protagonista de las dos obras, la última llevada casi por ella en su totalidad.
Descubrió el teatro en el instituto y decidió dedicarse a ello con todo su cuerpo (que trabajó muchísimo) y toda su alma. “Era algo que me gustaba y se me daba bien”, dice con su humildad a prueba de bombas.
Dedicó sus energías y el tiempo de su juventud a contribuir a crear El curro D.T, una compañía de teatro que actualmente tiene su sede en la Calle La Reina, 9 en Madrid.
«Estar allí me ha dado mucho: seguridad en mí misma, que no me importe lo que piensen ni digan de mí. Una gran autoestima y un gran sentimiento de responsabilidad. Al contrario de lo que mucha gente piensa, en el teatro hay que tener mucha disciplina para llegar a tener calidad, para desarrollar el talento. Disciplina y respeto a las personas, una gran dosis de respeto».
«No hay papeles grandes y papeles pequeños, todos ellos tienen su importancia. Un papel de sólo un minuto, bien hecho, incluso uno en el que no se hable, sólo con la presencia escénica, puede tener una gran importancia en el espectador”.
Marijose ahora, al igual que muchos de nosotros, ha tenido que dejar de ocuparse de su carrera artística. “Era difícil compaginar la familia con la inestabilidad laboral. Yo vivo en el presente”.
Aún así, al igual que muchos de nosotros también, una vez satisfechas las necesidades de supervivencia, se dedica a su pasión siempre que puede. Participó en obras de teatro en la calle, en Los Molinos-Madrid, tanto en el Don Juan como en Sueño de una noche de verano y actualmente ensaya como una aprendiz más en el grupo de teatro aficionado de Cercedilla. En breve, para las fiestas de San Sebastián, realizarán una representación de su trabajo.
“No puedo ser sólo madre, esposa y amiga. Quiero tener contacto con el teatro, obligarme a tener algo para mí misma. Tener tu espacio y respetarlo, eso es respetarte a ti misma. Si no, entras rápidamente en la dinámica de servir, servir a la familia, al hijo, a la casa. Es fundamental estar realmente a gusto contigo misma. Estás mejor, te relacionas mejor con tu marido, con tu hijo.”
Esperemos que David Julián, de Le corps d´Ulan, compañía de teatro que ha rehabilitado el Teatro Montalvo de Cercedilla, sepa sacar partido del potente recurso que tiene tan cerca y pueda dar una nueva oportunidad a María José Utrera de demostrar su inmenso talento.
Por cierto…Feliz Navidad.
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