Esta es la historia de un magnífico teatro construido en los años 50 con todo el arte y glamour que la rica sociedad veraneante de Cercedilla requería. Con 600 metros cuadrados repartidos en 3 niveles, el Teatro Montalvo albergaba también un Café-Casino, tenía pantalla de cine y la taquilla se encontraba en el interior del teatro, en un precioso vestíbulo, para resguardar al público de las frías noches de la sierra de Madrid. Corazón creativo y cultural de un pueblo famoso por su espectacular entorno natural, dejó de latir durante años, retomando el pulso en alguna ocasión y últimamente esperando la extremaunción.

En sus años de gloria la alta burguesía se acomodaba en el patio de butacas, aunque era conocido que desde la parte superior se veía mucho mejor el escenario, pero ya saben, la distinción de clases también formaba parte de las zonas de un teatro. Y si importante era acudir a los estrenos teatrales o cinematográficos, también lo era disfrutar del Café-Casino cuya amplitud permitía organizar bailes en invierno. El acceso al café se hacía desde la calle a partir de una escalera exterior que finalizaba en una hermosa terraza-velador con vistas al mediodía.

Pues bien, una compañía de teatro de la zona, consciente de la existencia de este tesoro arquitectónico y en plena búsqueda de una sede para convertirse en Centro Dramático, se ha quedado con él y ya ha comenzado a insuflarle vida. Valientes y admirables, Le Corps d’Ulan, están realizando una “operación a corazón abierto” para devolver a esta joya su carácter y su brillo perdido.

Los artífices de esta arriesgada aventura son David Julián y Cecilia Anahí, almas creadoras de Le Corps D’Ulan, proyecto artístico que comenzaron hace más de 10 años y a través del cual representan dramaturgias donde a veces el escenario es un pueblo entero por el que transitan junto a la obra otorgándole un carácter único. Lejos de parecer asustados, viven el proceso con una emoción envidiable. Es precioso ver la evolución de este laborioso trabajo en Facebook y cómo lo llenan de alegría por los logros y esperanzas depositadas.


David Julián y Cecilia Anahí fundadores de Le Corps D’Ulan.

Un ejemplo es la imagen que encabeza este artículo. Pertenece a la escalinata que va hacia el anfiteatro. Puede verse cómo desemboca en un balcón que pertenece, a su vez, a un espacio suficientemente amplio para denominarlo sala de estar. Ellos comentan “La luz es preciosa. Será renombrada como SALA BLANCA. Todo el zócalo es de una cerámica catalana preciosa”.

Semejante esfuerzo e ilusión no puede caer en saco roto. Necesitarán ayuda, la que les brindará un crowdfunding que están a punto de poner en marcha. Parece que las recompensas serán tan elegantes y chic como este precioso Teatro fue hace décadas y, con toda probabilidad, vuelva a ser dentro de unos meses.


Una de las recompensas del próximo crowdfunding.

Si todo va bien parece que la inauguración está prevista para el próximo otoño. Allí estará MÁSDECULTURA ayudando a que este magnífico sueño sea una realidad.