La pantera negra que ruge en contra del maltrato, la cocaína y la explotación laboral
Fotografía: Ainhoa Muñoz @rebelarte_
JazzWoman
Se llama Carmen pero se presenta como JazzWoman (@jazzwoman.music). Acaba de dejar el Machete en Boca, el grupo valenciano con el que empezó a recorrer los escenarios y ha creado un disco sobre mujeres que sacan los dientes: [amazon_textlink asin=’B07D6F9L74′ text=’Bagheera‘ template=’ProductLink’ store=’masdecultura-21′ marketplace=’ES’ link_id=’acb078d7-7538-4802-9a63-238361f0e6b2′].
Al indagar sobre ella, nos enteramos de que cuando era estudiante de Tanatopraxia, tuvo que financiar sus estudios trabajando en un almacén. Y aunque su fuente de inspiración no ha sido la precariedad laboral de sus primeros años en el sector del almacenaje, si le ha hecho reflexionar sobre lo complicado que es querer estudiar y tener que pagar los estudios con un trabajo.
De este punto de partida, nacen sus canciones. Una mixtape con todo tipo de estilos en la que no pierde la esencia de Machete en Boca, un estilo agresivo para cantar que sus componentes han definido en alguna ocasión como «bruto» o la forma de cantar de «mujeres enfadadas».
Por eso, en su charla con Más de Cultura reconoce que está de acuerdo en que la música urbana siempre se ha caracterizado por su denuncia pero no siempre en el aspecto político: «una denuncia a todo porque representa la represión del pueblo. Es una herramienta para poder exponer tu malestar y gracias a la música urbana muchos artistas están sacando la realidad o su visión».
¿Su esencia? «Si y no» porque ella ve la música urbana como un elemento de comunicación con el que poder expresar algo que no puede de otra manera, y eso no siempre conlleva una connotación de denuncia.
Tras su marcha del grupo Machete en Boca continuó su carrera en solitario bajo su mismo seudónimo: «sigo siendo la misma jazz pero si he notado el cambio a poder hacer realmente mi música. Aportar mi visión, porque Machete en Boca tenía una visión en conjunto, no tan personal».
Y para seguir decide acompañarse de su sello habitual, Periferia Norte, el sello independiente que apostó por ella desde el primer momento: «no veía lógico no seguir con ellos y crecer si sigo formando parte de Periferia Norte».
Cançons d’ ofrena
Justo antes de ese salto en solitario, surge “Cançons d’ ofrena” una apuesta muy potente a nivel musical y audiovisual en la que colabora con el grupo, también valenciano, ZOO, en la que «es sobre algo malo que tienes dentro y lo expulsas, con rabia, con liberación. Al final tienes que superar que te has quitado eso de encima y tirar para adelante».
La inspiración para esta joven artista, de todo lo que pasa por su cabeza. Hay días en los que una base instrumental le da la clave para seguir, otros, el bloqueo mental se suple escuchando canciones de otros.
Sus sonidos son característicos, su voz rasgada por la rabia, susurrante cuando trata de enfatizar algo, han marcado un estilo propio que bebe y se comparte con otros grupos emergentes de rap, hip hop, jazz, R&B o soul. Nos recomienda varios como Lauren Nine, Tríbade,IRA, KeTeKalles, Mckea… la mayoría de ellas mujeres, que para ella, «lo parten». Son las nuevas olas de la música urbana.
A ella le inspira mucho el R&B, Soul, Jazz, Reggae o el Dancehall urbano «porque dentro del hip hop hay un montón de variantes», sin embargo no se olvida de los primeros sonidos que escuchó provenientes del Rock o el Hardcore Metal que también son fuentes de inspiración para su sonido.
Se enternece ante la pregunta de a cuál de sus canciones es la que recuerda con más cariño, y nos sorprende al contestar que no se trata de ninguna de las conocidas por su público: «La canción que le hice a mi abuelo, que se llama Basilio. Fue como la carta de despedida que no le pude escribir».
«los hombres a mí no me van a decir lo que he pasado, cuando tienen que ver con lo que yo denuncio»
Sobre la polémica de si el feminismo es una moda, se muestra tajante: «No creo que sea una moda para nada porque es el día a día de todas nosotras. Debemos luchar, porque si lo has pasado mal, nadie tiene que oprimirte para no expresar lo que sientes».
En su caso, el de una mujer maltratada, reconoce que lo que quiere es exponer todo lo que ha vivido para que otras puedan sentirse identificadas y luchen.
Cree que las nuevas generaciones deberían denunciar estas situaciones a través de la música porque es una herramienta idónea para desahogarse y expresar.
Reconoce que la mayoría de los comentarios relacionados con la percepción del feminismo como una moda pasajera, le han llegado en su mayoría de hombres y «los hombres a mí no me van a decir lo que he pasado, cuando tienen que ver con lo que yo denuncio».
El hip-hop, el trap, todo lo que viene de ritmos y letras urbanas de denuncia, siempre está en el ojo de lo “políticamente correcto” ¿La libertad de expresión es ciencia ficción entonces? «Mientras haya gente juzgada por lo que quiere opinar en cualquier tipo de arte…»
Se refiere a los que han tenido que huir del país por las letras de sus canciones. Como Valtonyc, condenado a tres años de cárcel por un rap en el que mencionaba a la familia real: “Monarquía es su ideología, no desea catalán pero sí esta porquería, quiere recortar la lengua, llegaré a la nuez de tu cuello, cabrón, encontrándonos en el palacio del Borbón con un kalashnikov”, rezaban sus versos.
«Él quiere expresar lo que siente y evidentemente que no pueda hacerlo en España quiere decir que no hay libertad de expresión», resalta la artista autora de ese disco de mujeres que sacan los dientes.
Un disco cargado de colaboraciones interesantes como la de Mississippi (Marta Rgaryen), un poema muy interesante sobre la opresión hacia la mujer durante todos estos años que se incluye como una pista más llamada «Adán y su mujer».
Es curioso porque aunque el disco Bagheera aglutine letras en castellano y en valenciano (algunas canciones viran de un idioma a otro de estrofa en estrofa), cuando quiere hablar sobre feminismo prioriza el castellano.
Sin embargo es algo puramente anecdótico puesto que reconoce que ve «muy bonito poder cantar en las dos lenguas maternas porque mi familia es valenciana y manchega». Una manera de componer que no tiene tanto que ver con un idioma sino con la manera en la que nace, por eso también tiene temas en los que las dos lenguas se entremezclan para decir lo que quieren.
Ya hemos escuchado una bachata en su disco y sabemos que controla el saxo, de ahí su nombre artístico, pero la Carmen del futuro le queda lejana y aunque no descarta retomar su pasión por el instrumento no tiene nada fijado.
Sería complicado encontrar un tema que le atormente a Carmen y que no haya tocado en sus canciones. No obstante «siempre hay más temas de los que hablar» y su objetivo es no callar ante temas conflictivos.
Ante nuestra clásica pregunta, no duda, y con un una sonrisa, lo suelta:»Más de cultura y menos de machirulos«.
Para escucharla, su disco, donde hay espacio para la denuncia a la droga, al maltrato, a la explotación laboral y que esconde, lo más sincero de su cantante.
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