Imagínate que mientras caminas por la ciudad o disfrutas de la naturaleza también pudieras estar jugando a una gymkhana con otros usuarios. De eso se trata el geocaching, una actividad que consiste en esconder y encontrar “tesoros” (importante lo de las comillas) en cualquier parte del mundo, y con la ayuda de unas coordinadas de GPS.
El geocaching está englobada dentro de la realidad aumentada, ya que permite al usuario combinar experiencias reales (elementos tangibles) con elementos virtuales que recibimos a través de la tecnología.
Pero, ¿cómo funciona el geocaching? Cualquier persona puede esconder un objeto para posteriormente anotar las coordenadas geográficas en las webs de geochaching. A través de esas coordenadas y diversas pistas que se pueden dar, el resto de usuarios tendrán que encontrarla.
Los usuarios que practican geocaching pueden buscar a través de los sitios especializados (por ejemplo, Apps como Geocaching Spain) los cachés o tesoros escondidos en sus recorridos habituales. Si te animas a comenzar en esto del geocaching deberás saber que cada tesoro tiene un cuaderno o papel donde hay que apuntar y registrar tu visita. Otros tesoros más cuidados pueden tener objetos de pequeño valor (chapas, bolígrafos…) y podrás llevarte alguno, siempre y cuando lo cambies por algo de igual o mayor valor.
Un juego adictivo que tiene adeptos por todo el mundo y una comunidad de seguidores, como la comunidad de Geocaching Spain que además de practicar la afición, organizan diferentes actividades para jugar al geocaching pero también conocer nuevos lugares, hacer rutas, eventos y mucho más.
Desde Más de Cultura te animamos a que ahora que viene la primavera, te atrevas a disfrutar del geocaching y así descubras lugares nuevos o redescubras otros. Por ejemplo, si vas a dar un paseo por El Retiro en Madrid, puedes echar un ojo a la aplicación de geocaching y ver la ruta que se propone para este parque. Lo mismo en otras ciudades o vacaciones.
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