Carmela Caldart es una ilustradora brasileña afincada en Barcelona. En sus obras da voz, movimientos y volumen a las mujeres. Hablamos con ella de arte, inspiración y feminismo.
¿Cómo comienza tu “andadura” en la pintura?
He dibujado desde siempre – quizás empezó cuando pinté todo el suelo de mi habitación a los dos años de edad. Pero dibujar siempre fue mi pasatiempo favorito, y cuándo llegó la hora de escoger lo que quería estudiar, el arte y el diseño fueron opciones obvias para mí.
¿Qué te lleva a dejar Brasil e instalarte en Barcelona?
Fueron muchos factores. Desde pequeña mi familia se mudó muchas veces, entonces lo de cambiar de ciudad siempre fue algo normal para mí. Había venido a Barcelona cuando tenía 17 años y me enamoré de la ciudad, entonces cuando mi novia y yo decidimos salir de Brasil, la primera idea fue Barcelona. Luego descubrimos que Barcelona tiene muchísima arte, cultura e ilustración, ¡lo que fue una sorpresa muy agradable!
¿Cuál es tu principal fuente de inspiración?
Es cliché, pero todo. El mundo alrededor de mí, las personas, mi trayectoria como persona… creo que como artistas estamos siempre muy abiertos y atentos a la inspiración, y cualquier detalle puede servir de inspiración.
Viajar y vivir en diferentes sitios, conocer nuevas culturas y lenguajes es algo que ha sido siempre parte de mi vida y que me ha inspirado mucho desde pequeña. Creo que es importante salir de nuestra zona de confort, tanto en la vida cuanto en nuestro trabajo.
Carmela Caldart: mi proceso creativo incluye mucho de “no pensar demasiado”.
¿Cómo es el proceso creativo de tus obras?
Depende, si es un encargo, hago una búsqueda sobre el tema y leo artículos, y luego empiezo a hacer muchos bocetos libres, sin pensar mucho. Intento no mirar al Pinterest o Instagram para no tener ideas que vengan de otros artistas. Luego, después de los bocetos y de hablar con el cliente, voy a la ilustración final.
Si es algo personal, es menos sencillo. A veces tengo un tema en mente, y en este caso hago algunos bocetos también antes de decidir en uno final. La mayoría de las veces con trabajos personales, empiezo poniendo una música y dibujando lo primero que venga a mi cabeza, sin pensar demasiado en lo que quiero hacer. A veces sale algo que me gusta, y a veces me lleva algún tiempo hasta llegar en algo bueno.
Al final, creo que mi proceso creativo incluye mucho de “no pensar demasiado”.
¿Qué piensas de lo que se denomina “ilustración femenina”? ¿Crees que esa etiqueta es positiva o negativa?
Creo que puede ser las dos cosas, poner las cosas en cajas es siempre un poco negativo porque es algo que limita. Decir que algo es “ilustración femenina” ya lo limita y crea un prejuicio. Pero también creo que es importante y muy válido explorar temas importantes (como de la feminidad o el feminismo) dentro de la ilustración, que es lo que intento hacer en mi trabajo. No creo que eso necesariamente transforme mi trabajo en “ilustración femenina”, pero sí que crea una temática que está siempre presente en mi trabajo.
Al mismo tiempo, creo que es importante abrir espacio para las mujeres (o para cualquier minoría) en el mundo de la ilustración. En ese sentido creo que la etiqueta puede ser positiva, porque da espacio y una voz a personas que a veces pueden ser ignoradas en la ilustración.
Si echas la vista atrás, ¿tienes alguna ilustración de la que guardes un recuerdo especial? ¿Alguna de la que te sientas más orgullosa?
Guardo un recuerdo especial de una serie de pinturas llamada Self Love que hice para una exposición. Hacía mucho tiempo que no pintaba fuera del digital, y esa serie me despertó otra vez el amor por la pintura. También fue un trabajo más personal en que empecé a explorar las temáticas del cuerpo femenino y la presencia de la mujer en mis piezas, algo que hoy está muy presente en mi trabajo.
Uno de los encargos que más me dejó orgullosa fue una colaboración con Society6 y Time’s Up porque juntó muchos factores que son importantes para mí: tuve mucha libertad creativa; fui llamada porque mi trabajo se encajaba en la temática perfectamente; y una parte de lo que fue vendido de los productos de esta serie fue hacia trabajar para la igualdad laboral.
Vemos que a través de Internet se pueden comprar tus obras, ¿cómo gestionas esta parte más comercial del artista?
¡Con un poco de dificultad! Todavía estoy aprendiendo a gestionar todos los lados de la vida del ilustrador, porque involucra mucho más que dibujar. La parte comercial de ser artista da mucho miedo, porque tienes que lidiar con aspectos del trabajo que no son nada confortables – emails, ventas de productos, redes sociales, presupuestos, facturas… es mucha cosa para hacer sola. Pero poco a poco voy aprendiendo a mejorar la gestión del tiempo y aprendiendo a manejar toda la parte que no es sólo dibujar.
Las redes sociales son un altavoz para llegar a más gente, pero ¿cómo es tu relación con tus seguidores en RRSS?
Las redes sociales pueden llevar a mucho estrés y ansiedad, como bien sabemos. Yo al final sólo mantengo el Instagram actualizado (así como mi web y Behance). Dedico todo mi Instagram a mi trabajo, pero me gusta a veces poner algo más personal – he percibido que me gusta saber de la vida de mis artistas favoritos, y me imagino que a mis seguidores también les gusta saber un poco de mi vida.
Con mis seguidores, intento ser lo más autentica y personal posible y siempre contesto a comentarios y mensajes, pero ignoro los comentarios negativos. Nunca he tenido muchos negativos, pero es algo que puede realmente ser muy pesado. Creo que hay que tener un equilibrio con las redes sociales – pueden ser una herramienta muy útil, pero también pueden ser nocivas para nuestra salud mental.
Creo que no podemos ser “mujeres orquesta”, porque es imposible hacer todo sola a la misma vez
Además vemos que das clases en Skillshare, ¿nos encontramos ante un momento que como artista tienes que convertirte en “mujer orquesta”?
Creo que sí, como decía antes, ser artista involucra mucho más que sólo hacer ilustraciones. Pero es muy fácil querer hacer de todo y perderse. Cómo es algo que tenemos como pasión pero también como trabajo, al final queremos hacer de todo – encargos, vender productos, exposiciones, clases de Skillshare, mantener las redes sociales actualizadas – y no paramos nunca de trabajar. Y como hay muchísimos ilustradores y artistas increíbles, nos comparamos a ellos y tenemos la sensación de que nunca estamos haciendo lo suficiente.
Creo que no podemos ser “mujeres orquesta”, porque es imposible hacer todo sola a la misma vez. Pero sí que podemos intentar tocar un instrumento por vez – algunos días hago contactos con clientes; algunos días paso la mayor parte haciendo bocetos; algunos días actualizo mi web; algunos días organizo los productos para mi tienda online; y algunos días (eso es lo más difícil y lo más importante) hago días libres y no hago nada.
Me ha encantado en tu descripción cuando dices que “te gusta darle vida a tus ilustraciones convirtiéndolas en GIFs animados”. ¿Ha cambiado la manera de entender el proceso creativo, la difusión y el consumo de las obras?
¡Sí! Cuando empecé a hacer GIFs animados, se abrió un nuevo mundo en que las ilustraciones se mueven, pero al mismo tiempo tiene sus limitaciones. Con los GIFs, la obra queda en el ordenador o móvil – es algo que solo existe en el digital. Con ilustraciones que no se mueven, puede ser digital pero también puede ser algo físico (impreso, pintado, etc).
Me encanta aprender cosas nuevas y aplicarlas a mi trabajo, me ayuda a salir un poco de la rutina y del conforto de hacer siempre lo mismo.
¿Alguna vez has recibido algún encargo al que hayas dicho que no por tratar algunos temas o valores con los que no estabas de acuerdo?
La verdad es que no, he dicho que no a algunos encargos que no pagaban bien, pero por temas o valores no me ha pasado. Creo que dejo muy claro mis valores personales en mi trabajo, entonces los encargos que recibo normalmente son relacionados a estos valores.
¿Cuáles son los referentes que tienes como artista?
Me gusta mucho el arte contemporáneo por tener el conceptual por detrás de todo. También me encanta la fotografía y animación.
¿Algún plan de futuro que nos puedas contar?
Ningún plan concreto y nuevo todavía, pero planeo seguir trabajando en proyectos emocionantes y haciendo colaboraciones con empresas y artistas. Seguiré en Glashaus, que es un estudio donde comparto espacio con otros artistas increíbles aquí en Barcelona. En la vida personal, ¡vamos a adoptar un gatito así que más de esto en redes sociales!
¿Quién es Carmela cuando no estás en tu estudio?
Soy una persona muy tranquila, me gusta mucho leer, viajar, conocer y aprender cosas nuevas. Es un poco difícil separarme de mi trabajo, porque pongo mucho de mí en mis ilustraciones. Me importan mucho con los temas de mi trabajo, de igualdad y derechos iguales para todas las personas.
Nos gusta descubrir artistas nuevos, por lo que, ¿podrías recomendarnos algún artista que deberíamos conocer en nuestra revista?
¡Sí! Primero mis colegas de estudio en Glashaus que son todos muy increíbles: Adrià Molins, Petra Eriksson, Nanda Type, Isaac Claramunt, Òscar Medina, Kim van Vuuren, Carlos Alfredo, Janni Valkealahti, Mariano Pascual, Aleix Font y Vasco Mourão. También la fotografía de mi novia, Betina Dalla Rosa.
Algunos otros ilustradores que me encantan también son: Helena Sbeghen, Henri Campeã, Pri Barbosa, Willian Santiago, Silustra, Eugenia Mello, Karolin Nusa, Ulises Mendicutty, y ¡muchos otros!
¿Nos puedes recomendar el último libro,canción, película, obra de teatro, o cualquier expresión artística que te haya emocionado?
He visto un documental brasileño sobre la situación política llamado “Democracia em Vertigem”, que es buenísimo. También me encantó “Sex Education”, que habla de temas muy grandes e importantes de manera liviana y sencilla.
De libros, “Cantoras”, de Carolina de Robertis; “We Have Always Been Here” de Samra Habib (también sus fotografías son increíbles); “Patsy” de Nicole Dennis-Brown. No sé si están todos traducidos para el Español, pero son libros lindos e importantes.
Nuestra revista se llama Más de Cultura, por lo que nos gusta preguntar, Más de Cultura y ¿menos de…?
Menos de aburrimiento.
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