Javier Hernández Simón dirige la obra de teatro Mariana Pineda. Inspirada en la obra de Federico García Lorca, Simón lleva a las tablas la historia de una mujer revolucionaria, que decide ser fiel a si misma y a la revolución en la que cree. Una mujer que se ha convertido en mito y en símbolo de libertad.
La obra funciona como canto de esperanza y trae un mensaje de lucha que encaja a la perfección con los momentos que vivimos. Protagonizada por la actriz Laia Marull, la obra está de gira por España y se puede disfrutar estos días en el Teatro Español en Madrid. Con una puesta en escena impresionante y un discurso que apela a las emociones del público, Mariana Pineda es una de las propuestas más interesantes que se pueden disfrutar sobre las tablas. Hemos hablado con su director, Javier Hernández Simón, para conocer qué es lo que se va a encontrar el espectador en Mariana Pineda.
Para quien no conozca la historia de Mariana Pineda, ¿cómo la describirías?
Para mi Mariana es el paradigma de la integridad respecto a unos valores. Es una mujer que se rebeló contra la injusticia del reinado de Fernando VII, que era un reinado muy dictatorial. Se rebela contra este sistema. Cuando fue detenida, y ante la amenaza de pena de muerte, decidió morir antes que delatar a sus compañeros de revolución.
En ese aspecto, nos encontramos con una mujer que vivió en el siglo XIX, una época muy difícil para las mujeres. Nos da un ejemplo de valor que traspasa el tiempo.
La pandemia causó un parón en la obra pero ahora habéis retomado la gira, ¿cómo ha sido la vuelta a los escenarios?
La pandemia nos pilló camino de Bilbao, teníamos función al día siguiente cuando se decretó el estado de alarma y el confinamiento. Nos tuvimos que volver y estuvimos parados hasta agosto. Empezamos a hacer funciones como hemos podido. Mucho aplazamiento, mucha dificultad y mucho trabajo para sacar adelante las funciones. Hay mucho compromiso por parte de las productoras, de los actores, de los técnicos y de todo el equipo. Ha sido complicado pero muy bonito poder reencontrarse con el público y hemos vivido momentos muy emocionantes en ese aspecto.
¿Cómo está siendo la acogida por parte del público?
Se genera algo bastante especial. El virus nos ha quitado algo tan humano y tan teatral como es el reunirnos para contarnos historias. El poder volver a encontrarnos en esos templos que son los teatros es muy emocionante. La verdad es que la gente no nos está abandonando. Yo creo que al final necesitamos reunirnos, estar juntos y juntas en esta situación, y el teatro es un lugar perfecto.
La obra se basa en el texto de Federico García Lorca, ¿podemos encontrar muchas diferencias respecto a la versión original?
He sido muy fiel al texto original. Sí hay algunos cambios porque hemos quitado alguna escena y hemos insertado algunos de los poemas de Lorca pero no hay ni una sola palabra que no sea de Federico. Hemos versionado de cara a que la historia llegue mejor a un público actual pero he sido muy fiel al texto.
La gente va a ir a ver Mariana Pineda y Mariana Pineda de Federico García Lorca es lo que se va a encontrar.
«Mariana Pineda decide morir por amor a unos ideales»
Planteas la duda de si Mariana era una mujer revolucionaria o una mujer enamorada. ¿Con cuál de las dos versiones nos vamos a encontrar en la obra?
No hay duda de que Mariana Pineda fue una mujer profundamente política y profundamente comprometida con sus ideas. El amor que profesó era un amor de cara a la idea de la libertad. No era una mujer que se movía por amor a un hombre sino porque al final, cuando ella ya está sola y tiene que decidir si delatar o no, decide morir por amor a unos ideales y a unas convicciones políticas.
En ese aspecto me parece una mujer profundamente revolucionaria y de una valentía abrumadora.
¿Se te ocurre algún personaje actual con el que consigas hacer paralelismos con Mariana Pineda?
Supongo que para encontrar un personaje de estas características nos tendríamos que ir fuera del primer mundo. Alguien que pone en riesgo su vida por la libertad de un colectivo. La historia nos ha dado muchos ejemplos. Son seres excepcionales que nos tienen que servir como referentes a la hora de comportarnos en sociedad y de no pensar tanto en uno mismo sino en un bien mayor. Una sociedad en la que todos podamos vivir nuestras vidas de la manera más justa posible.
Para llevar esta historia al teatro, ¿te inspiró la propia vida de Mariana o la obra de Lorca?
Pues un poco las dos cosas. Me resulta difícil separarlo. Evidentemente la obra de Lorca no es exactamente fiel a lo que fue la vida de Mariana porque se tomó algunas licencias poéticas pero creo que en el imaginario colectivo se nos mezcla la Mariana Pineda real con la Mariana Pineda que soñó Federico García Lorca.
¿Qué tiene Lorca que tanto nos atrapa?
Yo soy un apasionado de este autor. Me parece que tiene unas obras de una belleza y de una profundidad que llegan al alma humana de una forma en la que casi ningún otro autor ha sido capaz. Yo siempre logro soñar a través de las palabras de Lorca.
Mariana Pineda es uno de los primeros textos de Lorca. No ha sido especialmente representado y creíamos que era el momento de volver a poner en valor, no solo el personaje sino también la propia obra de Lorca.
Lo que logra Lorca no es ya solo la belleza de las palabras y de los textos que utiliza sino el tipo de personajes que compone. Están llenos de aristas y de complejidades pero los podemos entender. Son historias en las que todos podemos vernos reflejados porque nos va hablan de libertad, de la necesidad de buscar un camino propio, de la lucha contra los contextos sociales que no nos permiten ser quienes queremos ser o quienes somos.
¿Por qué tiene que animarse el público a disfrutar de esta obra en el teatro?
Creo que hay varios valores en la obra que merecen la pena. En primer lugar nos vamos a encontrar un texto maravilloso sobre un personaje menos conocido de lo que debiera ser. Interpretado además por uno de los grandes talentos interpretativos del país, Laia Marull. Logra hacer una interpretación desgarradora y conmovedora y llena de alegría y esperanza. Es un texto que hoy en día nos viene bien porque no deja de ser un canto a la esperanza para seguir creyendo que podemos tener un mundo mejor.
Este binomio que se ha configurado entre las palabras de Lorca y Laia Marull es algo muy digno de verse. Además está acompañada por un elenco de actores y actrices espectacular. Es una producción que yo creo que merece mucho la pena ver.
¿Cómo ha sido el trabajo con Laia Marull?
Ha sido una maravilla. Es una actriz muy generosa en el trabajo y muy generosa con sus compañeros y conmigo. En cada ensayo y función se abre en canal para poder encarnar un personaje tan importante. Es una persona que está llena de humildad en el trabajo. Al final, poder acompañarla en los ensayos y crear juntos a Mariana Pineda ha sido un privilegio. Es una actriz que es un prodigio de la naturaleza.
Acabamos con nuestra clásica pregunta, ¿más de cultura y menos de qué?
Más de cultura y menos de intolerancia.
Deja tu comentario