“El arte es estar en casa un domingo por la mañana, con sandalias, camiseta y calzoncillos”. Una máxima como esta no da lugar más que a investigar minuciosamente quién es el artista que está detrás.

Es Juan Hidalgo. Artista y excepcional músico canario absolutamente inclasificable y adelantado a su tiempo sobre el que queda mucho por descubrir y mostrar. Dijo de sí mismo que era “hijo de John Cage y nieto de Marcel Duchamp”. John Cage famoso compositor vanguardista que creó “4,33”, la pieza insonora que consiste en que un virtuoso al piano no toca ni una sola tecla durante ese tiempo. Marcel Duchamp, artista dadaísta que pintó bigotes a la Gioconda, exhibió un urinario en un museo e hizo grabar en su tumba “Por lo demás, siempre mueren los otros”.

Si efectivamente Juan Hidalgo se reconoció como producto final de estos dos artistas “al margen”, lo podremos ver en Tabacalera que realizará una generosa muestra de este artista brillante hasta el 21 de noviembre.

Será el momento de acercarnos y hacernos una idea propia de lo que quiere contarnos. No se plantea como retrospectiva sino como exhibición, en su forma y en su fondo, de la libertad creativa con la que tanto disfrutó hasta su fallecimiento, en febrero de este mismo año.

Fotografía, videoarte, instalaciones, composiciones y objetos, quedan expuestos para que el espectador se plantee cuestiones, le genere sensaciones, pero sobre todo para que se divierta mucho.

Juan Hidalgo fue un gran disfrutón de la vida y en esta exposición se demuestra. Fotografías que realiza en colaboración con amigos, vídeos de un viaje que convierte en poesía visual y muchas composiciones coloristas realizadas con objetos cotidianos: pañuelos, corbatas, guantes de fregar, sillas tradicionales de su Ayacata natal… y extrañas composiciones sonoras fruto de su libertad creativa musical, como sus “suspiros congelados en instantes de plástico”.

Original, irónico, explorador de la sencillez como sabiduría de vida, un viaje a Japón le introdujo en la filosofía zen que le acompañaría siempre e influiría definitivamente en su arte. Con una trayectoria artística marcada por John Cage, Marcel Duchamp y la meditación, fundó el movimiento musical Zaj, que después se convirtiría en artístico, junto a Ramón Barce, Walter Marchetti, Esther Ferrer y el escritor José Luis Castillejo.

Sólo decir que corría el año 1967 y representaron una obra en el Teatro Infanta Beatriz de Madrid. El primer acto consistía en un intérprete que mordía una manzana. Ese día no consiguieron acabar la función.

Suele ocurrir con los adelantados a su tiempo. Veamos cómo estamos de preparados para adentrarnos en su muestra en Tabacalera. Pongámonos a prueba.

«Juan Hidalgo y etcétera»
TABACALERA PROMOCIÓN DEL ARTE
C/ Embajadores, 51. Madrid