Reivindicando una vez más la falta de referentes en relación a la B del colectivo, en este Día Internacional de la Bisexualidad queremos recordar a Hannah Höch. Esta artista plástica, de alma dadaísta y pionera en el fotomontaje, luchó de forma activa contra la misoginia de sus compañeros de profesión. Höch no sólo rompió los estereotipos del régimen artístico establecido, también los de la vida en sociedad. Construyó un nuevo arquetipo de mujer independiente y libre, que no escondía su orientación sexoafectiva.

Hannah Höch destacó especialmente por sus collages y fotomontajes de carácter político, fue una precursora en este campo. Creaba sus obras a partir de la apropiación de imágenes y textos que aparecían en los medios de comunicación. Criticó la situación de desempleo, crisis económica y tensión social de la República de Weimar en el periodo entreguerras, y también los roles socialmente construidos con los que cargaban las mujeres.

En Indian Dancer: From an Ethnographic Museum, por ejemplo, examina las complejas facetas de la feminidad en esos años 20 donde la mujer era supuestamente “igual” al hombre. Echando un simple vistazo al cuadro, podemos apreciar fragmentos de una máscara camerunesa tradicional sobre el rostro de Falconetti, estrella del cine mudo, que lleva además, un tocado compuesto por utensilios de cocina.

«La mayoría de nuestros colegas masculinos continuaron considerándonos durante mucho tiempo como amateurs encantadoras y talentosas, negándonos implícitamente cualquier estatus profesional real»

En 1917, gracias a su relación con el escritor Raoul Hausmann, Höch entró a formar parte en grupo Dadá en Berlín. Incluso teniendo a la crítica de su parte, vivió los comentarios condescendientes de sus homólogos masculinos, que negaban su status profesional y la relegaban al amateur.A día de hoy conocemos que su habilidad técnica es indiscutible, y que marcó un antes y un después en la técnica del collage, introduciendo todo tipo de materiales a la hora de crear, yendo más allá de la simple composición fotográfica.

A principios de 1920, el grupo dadaísta se fractura pero Hannah sigue creando obras de crítica social. Y es en esta época donde encontramos una de sus obras más prolíficas: La novia (Pandora). Un retrato irónico al óleo con tintes de collage que muestra la imagen estereotipada de una pareja heterosexual el día de su boda. La mujer en cuestión, está representada con una cabeza de bebé que vislumbra la posición dominante del hombre en el matrimonio.

Durante el régimen nazi, a Hannah se le prohíbe exponer y decide refugiarse en la clandestinidad. Aguanta en Alemania durante toda la Segunda Guerra Mundial y continua trabajando en una casa en el campo a las afueras de Berlín. Es en 1945, con la ciudad sitiada por el Ejército Rojo y el clima de incertidumbre de posguerra, cuando Hannah Höch vuelve a exponer. Su aportación a las corrientes artísticas de vanguardia y el trabajo crítico y rebelde que llevó a cabo durante toda su vida fue reconocido en 1976 a través de dos retrospectivas en París y en Berlín.