La obra de José María Báez tiene que ver con la provocación a través de las palabras. No para escandalizar, aunque algunas veces sí, las utiliza sobre todo para crear sensaciones. En un mundo donde impera lo visual, nuestros ojos parecen haberse acostumbrado a lo más extremo, sórdido o espectacular y casi ni nos inmutamos. Ante tal indolencia, llegan las palabras de Báez para que al leerlas nos estremezcamos. Vuelve así el ser humano, al principio, a recrear su propio imaginario a través de la palabra.

La vena artística de José María Báez latió en su juventud a partir de la poesía y, como vemos, continúa en plena forma. Pronto quedó integrada la fuerza de la poesía a la potencia de lo pictórico y lo extraordinario de un soporte como son muros y paredes de instalaciones.

Tal espectacularidad de formato la ha mantenido Báez a través de las décadas para gritar a los cuatro vientos su discurso artístico. Esta fuerza fue más evidente en un período oscuro de nuestro tiempo, cuando a finales de los años 80 y principios de los 90 el SIDA arrasó entre sus propios amigos. Entonces, las citas de José María Báez  se apagaron, se decoloraron, trascendían tristeza y, a su vez, triplicaron su potencia a través de los mensajes.

La exposición del artista que se está llevando  a cabo ahora en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga: «La vida es como un viento»es un compendio de obras de diferentes épocas. Y aunque planteada sin orden cronológico, está concebida como una narración lógica en las paredes que la acoge.

La tipografía romana-renacentista que caracteriza las citas que incorpora Báez, otorgan a su obra un aire de eternidad equiparable al contenido. El artista elige frases o palabras evocadoras, creadoras de figuras retóricas que van más allá de un contenido concreto y que penetran en la sensibilidad del espectador/ra sin que éste/a registre, al momento, su significado. Sin embargo la lectura completa le llevará a cierto bien o malestar, dependiendo del caso. En palabras del artista:  «En la selección de los textos intentaba eludir lo descriptivo y explícito y potenciar que tuvieran capacidad metafórica y algún voltaje de misterio».

 

«La vida es como un viento». José María Báez