Pachu Torres se describe a sí mismo como un «coleccionista de cuentas censuradas en Instagram». Y es que a pesar de su gran número de seguidores, esta red social parece no apreciar su talento artístico. En Más de cultura siempre tendrá un lugar para expresarse, por eso aprovechamos para charlar con él sobre sus ilustraciones, proyectos futuros y libertad sexual.

En primer lugar nos gustaría que nos hablaras un poco de tu carrera profesional. ¿Cuándo nace tu interés por la ilustración, y en concreto este estilo cargado de erotismo? ¿Cómo fue el cambio de dibujar en ABC a ser ilustrador de Playboy?

En el diario ABC comencé a realizar ilustraciones (además de reseñas literarias, críticas y crónicas teatrales y musicales) una vez terminados los estudios universitarios de Filología hispánica, allá por el año 2008. En 2012, gracias a la aparición de Instagram, empecé a compartir ilustraciones más personales y que disfrutaba haciendo. Y precisamente el primer dibujo erótico que subí allí en ese año obtuvo más de 5 mil interacciones (cuando mi media por aquel entonces era de 500). No me esperaba que esos dibujos, de corte más personal, tuvieran ese tirón, así que me centré en ellos. Con el paso de los años, pude dedicarme solo a hacer lo que realmente me gustaba y dejé todo por mi página web y redes sociales (desde luego son el mejor escaparate para artistas gráficos).

Gracias a ellas, en 2016 me contactaron para colaborar en la alfombra roja de los Critics Choice Awards y en 2017, para realizar ilustraciones para la web oficial de la tercera temporada de Twin Peaks. Ese mismo año, Cooper Hefner (hijo de Hugh Hefner), se puso en contacto conmigo a través de Instagram para pasar a formar parte de la revista Playboy y colaborar con ellos como ilustrador. En resumen, el punto de inflexión fue dejar un trabajo de poca creatividad o plazos de entrega absurdos, para poder dedicarme a mí mismo, a lo que me gustaba realmente.

Tus diseños están marcados por esa luz crepuscular con tonos rosados y trazo grueso. Respira una personalidad muy propia. ¿Cómo llegaste a definir tu estilo? ¿Te inspiraste en algún referente?

Me encanta el uso de colores de neón. Me apasiona el contraste que generan con los temas eróticos y sexuales que trato en los dibujos; es una sinestesia (retóricamente hablando) que realza el trazo limpio de los cuerpos que diseño con el pincel. Hasta entonces no era muy habitual ver ilustraciones eróticas coloridas (ya no te digo las que tratan el tema del BDSM, género más asociado a la predominancia del negro), y eso era algo que quería mezclar: el placer visual del sexo y el de la variedad cromática del neon.

Por aquel entonces los referentes que tenía eran Milo Manara, Ana Miralles, Tomer Hanuka, Serpieri o Bernet. Pero vamos, cada autor siempre tiene algo que te deja un poso y te inspira de una u otra manera.

 

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¿Qué se siente al haber sido censurado tantas veces en Instagram? ¿Consideras que las redes sociales están «anticuadas» por así decirlo, en cuanto a libertad sexual?

¡Qué te voy a contar de esto! Es la mayor de las impotencias que generan las redes sociales: verse aplastado por la doble moral y la falsa globalización. Desde el 2012 me han bloqueado 12 cuentas en Instagram, y en ese tiempo he podido comprobar que cada año que pasa, son más opresores con la censura. Escudados en que hay niños en esas aplicaciones (menores en lugares masivamente frecuentados por adultos, ¿y la culpa es de los adultos por ser libres? La culpa será de los padres que no vigilan dónde se meten sus hijos), o que hay usuarios de países menos permisivos con la sexualidad (¿no sería precisamente este un mejor motivo para hacer que se abran a un mundo menos cargado de represión?), he visto casos a cada cual más absurdo en cuanto a la censura y bloqueo de usuarios con contenido artístico. Pero es que ya no afecta solo a Facebook y subsidiarias; por favor, ¡si hasta Disney acaba de censurar el culo de Daryl Hanna en Un, dos, tres… Splash!

Sin embargo, y sirva este ejemplo de la película como una muestra más de lo que voy a decir, la censura es mucho mayor con el cuerpo de la mujer: los pezones femeninos, las imágenes de maternidades lactantes, según las normas de Facebook los culos de mujeres desnudos (!) y, en mi caso, el sexo oral femenino. Me explico: en mis ilustraciones las que reciben placer son mujeres, son ellas el centro de atención de las imágenes (el hombre mayoritariamente se representa solo con manos o caras que, de una u otra manera, dan placer a la mujer). Pues bien, los dibujos en los que se intuye que ellas dan placer oral, permanecen sin problema en mis cuentas de IG; sin embargo cuando son ellas las que reciben ese placer, curiosamente esas ilustraciones sí son denunciadas y borradas. Así pues, no es que estén anticuadas las redes sociales en cuanto a libertad sexual, sino que su problema de base es la moral que aplican, machista en su totalidad.

 

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Muchas de tus ilustraciones están enmarcadas dentro del BDSM, ¿has recibido comentarios machistas de gente que desconoce este tipo de prácticas?

He recibido pocos comentarios fuera de tono, pero algo ha habido. Desde hombres que acosan a mujeres por el simple hecho de dejar comentarios en mis publicaciones (a quienes bloqueo en mis redes sin miramientos) o mujeres que no son capaces de separar la vida privada de la social, e interpretan el BDSM o la vida sexual como una representación del machismo en la sociedad.Que una persona disfrute, independientemente de su género, de un sexo más violento, «kinky» o duro, no implica que sea un maltratador o una víctima. Sin embargo, como artista, los comentarios que más me molestan son más bien los de usuarios y usuarias que pretenden que el arte sea educativo, que cumpla las expectativas personales de cada uno o que exigen sin pudor que literalmente represente sus ideales. Y para todo esto, lo que falta es educación (a nivel de conocimientos y de habilidad social).

No te vamos a preguntar directamente si te sueles basar en experiencias propias para crear tus ilustraciones pero, ¿cuánto dirías que hay de Pachu Torres en cada ilustración?

Hay mucho de mí en ellas, de hecho en la mayoría de casos es una manera exhibicionista de mostrar mi vida privada. No es algo que me ruborice reconocer. De hecho creo que representar mi vida íntima hace que sea más fácil transmitir ciertas sensaciones.

 

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En nuestra revista nos gusta descubrir a artistas desconocidos para el gran público, ¿podrías recomendarnos a algún artista actual que te llame especialmente la atención?

Me fascinan Little Thunder (una artista de Hong Kong que hace magia con sus acuarelas), Bastien Vivès (un dibujante francés que con cuatro pinceladas hace las más sugerentes viñetas de la BD actual), Tula Lotay (me encantan los lápices de esta ilustradora) o Alpha Channeling (un nortemaericano que hace diseños eróticos vanguardistas), por ejemplo. ¡Son brutales todos ellos!

¿Qué proyectos futuros tienes en mente? ¿Hay algo que nos puedas adelantar?

Estoy preparando un libro de ilustraciones para colorear que está basado en la manera de sentir placer por parte de algunas de mis seguidoras durante la cuarentena. Me mandaron sus historias y yo las ilustré durante estos meses de encierro. Es lo más inmediato que tengo como proyecto. Las exposiciones, con todo esta situación, no puedo confirmarlas hasta que se sepa bien cómo vamos a funcionar a partir de estos meses…

Haciendo referencia al nombre de nuestra revista, ¿Más de cultura y menos de qué?

Mojigatería (me encanta esta palabra jajajaja).