Que nuestro pasado esconde ciertas incógnitas que intentamos resolver sin lograrlo, es un hecho íntimamente humano. Cómo lo lleva cada uno, es otra historia, pero lo cierto es que cuando se consigue expresar este nudo interior logramos, al menos, cierto alivio.

Cuando uno desarrolla habilmente su creatividad y le da salida, esta experiencia, ya digo tan generalizada, puede convertirse en materia artística y lograr trascender y ya de paso, resolver el entuerto en cuestión.

El hombre y el lienzo es una propuesta teatral que abarca todo este embrollo existencial. El hombre, personalizado en este caso en el actor Javier Ruiz de Alegría, cuenta con un lienzo y una búsqueda de respuestas.

Para ello él, Javier Ruiz de Alegría, en la piel de alguien que vive cierto desatino, pintará un autorretrato. El resultado del cuadro tendrá mucho que ver con las preguntas que se hace así mismo, indagando en lo más íntimo para sacar a relucir -pictóricamente- las respuestas ocultas.

Una imagen de El hombre y el lienzo

Una imagen de El hombre y el lienzo

Si bien el planteamiento es, de primeras, interesante, lo es más si pensamos que Javier Ruiz de Alegría además de actor, es pintor. Y su trabajo en escena resulta tan rotundo en su faceta actoral como en su faceta artística sobre el lienzo. Como resultado de esta combinación prodigiosa, cada función acaba con un cuadro único, diferente al de la función anterior, exclusivo como lo es cualquier obra de arte.

El hombre y el lienzo supone una puesta en escena con mucho contenido filosófico, humano y claramente artístico. Propuesta que llega desde el Teatro del Barrio con un mensaje contundente:

«Llevo toda la vida intentando autorretratarme. Para saber quién soy.
Para poder mirarme cuando observe el lienzo. De verdad.
Para poder mirarme de verdad».

 

El hombre y el lienzo

Dirigida por Alberto Iglesias

Desde el 16 de mayo

En el Teatro del Barrio. C/ Zurita, 20. Madrid