Los Teatros Luchana reactivan su programación con las medidas restrictivas necesarias y lo hacen con una programación variada. Entre las obras que se pueden disfrutar estos meses, se encuentra el título Una gaviota con pinta de llamarse Margaret, un título sugerente escrito por Carlos Sánchez Lequerica, guionista de El hormiguero.

Una pieza dirigida por Jaime Pastor y el propio Carlos Sánchez Lequerica que plantea, a través de una historia cotidiana, algunos de los conflictos políticos que azotan a nuestra sociedad.

Con guiños a la situación actual, con algún que otro comentario sobre las mascarillas, o algún que otro gesto con los geles hidro-alcohólicos, las funciones se adaptan estos días también a la nueva normalidad.

En este contexto, los protagonistas son dos amigos. Uno del PP y otro de VOX que, yendo en un crucero por el medio del mar, se toparán con una refugiada de un país que ya no existe. Su aparición les hará plantearse cosas y darse cuenta de otras.

Una obra que se construye solamente con los diálogos de los personajes y los conflictos que éstos van atravesando. Todo sucede en una única localización y el objetivo es llegar al planteamiento de la eterna pregunta: “¿Qué pasaría si los dos mundos se encuentran en una situación desesperada?”

Un compendio de situaciones, en ocasiones absurdas, que van poco a poco desmontando a los protagonistas. Con unos Rafa Martyn y Rafa Rojas que lideran el texto de la propuesta y una Irene Guindal que aporta frescura y rompe la comedia para aportar el poso del discurso de Una gaviota con pinta de llamarse Margaret.

La cultura es segura

El teatro se reactiva orgulloso estos días. Con ánimo y mucha esperanza, por eso, al terminar la función, un elenco agradecido se dirige al público para agradecerle un gesto que ahora, más que nunca, cuenta mucho.

La gaviota Margaret, que hace las veces de maestra de ceremonias, bien podría ser la conciencia de muchos, que ante situaciones complejas, prefiere volar, ponerlo todo patas arriba, enfadarse o, simplemente, desentenderse.