Coincidiendo con estas fechas tan señaladas, Casa de México ya ha puesto en marcha su famoso altar de los Muertos. Hasta el ocho de noviembre, existe la posibilidad de visitar esta obra de arte en directo. El problema es que consigas entrada. Como todo lo gratuito que acontece en la capital, se agota en un abrir y cerrar de ojos.
Por eso en Más de cultura no queremos que pierdas la oportunidad de conocer un poquito más de esta festividad. El Día de Muertos es una fecha que se celebra en México el último día de octubre y los dos primeros de noviembre. Considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, su fama ya es de carácter mundial y casi supera a la festividad yanqui de Halloween. Quizás porque su propósito es mucho más tierno.
Esta tradición, que se practicaba ya en la época prehispana, celebra la visita de aquellos seres queridos que han pasado a otra vida. El altar de Muertos es una forma de recibir y celebrar este reencuentro.
Para comenzar a crear nuestro altar debemos tener en cuenta la base porque cada una tiene su significado. Podemos hacerlo de un solo piso (el llamado altar de cementerio) donde se colocan todos los elementos de la ofrenda. Si le colocamos otro nivel más tendríamos que representar el cielo en la base, con agua (por la lluvia), y en el segundo piso la tierra, donde iría la comida.
Si ya estás motivado puedes hacer uno de tres estancias, representando el cielo, la tierra y el infierno. En la parte de arriba se colocan las imágenes religiosas, en el medio fotografías de nuestros seres queridos fallecidos y en la base las ofrendas. Y ya si quieres hacer un altar digno de Casa México, existe el de siete niveles. En este caso recrearíamos los siete pecados capitales simbolizando todos los escalones por los que tiene que pasar un difunto para llegar al Mictlán. Una vez elegida la base…
Los elementos que debe llevar nuestro altar de Muertos
El copal: Una resina aromática para purificar el alma. El aroma que desprende atrae a nuestros difuntos y les ayuda a encontrar el camino. Si no tienes a mano esta resina (llámame loca) enciende un poco de incienso.
Agua: todo altar que se precie debe llevar un poco de este elemento encima. El agua, además de calmar la sed, es un elemento de purificación.
Flor de cempoalxochitl: Esta planta, conocida vulgarmente como “tagete” o “flor de veinte pétalos”, representa la luz del sol, el calor y la vida. A no ser que hayas sido previsor y plantaras semillas hace unos meses, lo más seguro es que te cueste encontrarla. Prueba con unas caléndulas, unos pensamientos o unas dalias, de color naranja por supuesto.
Objetos artesanales de la cultura popular: calaveras, juguetes, gremlins… Lo que se te ocurra.
Objetos personales de tus difuntos: algo que todavía conserves o que te recuerde ellos.
Papel picado: Se utiliza más como ornamento, pero por su textura sumada a la interacción con el aire, da la sensación de movimiento y parece que las almas están llegando para disfrutar de la ofrenda. Si no encuentras este tipo de papel puedes buscar algún otro material parecido, pero siempre que sea ligero y colorido.
Cruz de sal: hacer una cruz de sal sirve para evitar que el alma se corrompa y no encuentre su camino de vuelta.
Calaveritas: además de quedar monísimas, pueden ser comestibles y personalizables. Hay personas que escriben el nombre de sus difuntos en la frente.
Alimentos y bebidas: que le gustaban a tus difuntos.
Semillas: para que nuestros muertos tengan alimento seguro durante todo el viaje.
Velas: esenciales para iluminar el camino.
Pan de muerto: además de estar riquísimo, su forma representa el ciclo de la vida y la muerte. En España tenemos algo parecido, los huesos de santo, que también son típicos en estas fechas.
Escultura de un perro xoloitzcuintle: para ayudar a las almas a cruzar el inframundo. Aunque esta raza tiene mucho de misticismo, puedes colocar cualquier otro objeto que pueda echar un cable a tus difuntos. Como si es la figurita del puente que pones en el Belén para cruzar el papel de plata.
Fotografías de tus seres queridos: de aquellos seres queridos a los que se les dedica el altar.
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