Recorrer Madrid de una forma diferente. Entrando de lleno en su historia gracias a las Artes Escénicas y, de paso, conocer a fondo la vida de aquellas personas, tan relevantes para la cultura como Federico García Lorca o Las Sinsombrero, por los lugares donde pasaron sus días. Es lo que nos permite la iniciativa Rutas Teatrales, creada hace 5 años por María Belén Cantenys, por entonces argentina recién llegada a Madrid especializada en estudios de historia aplicados a las Artes Escénicas.
Tan entusiasta era que nos cuenta para Más de Cultura que Rutas Teatrales tuvo su primera salida un catorce de agosto en Madrid. Para cualquiera que resida o haya estado en la capital en esas fechas, sabrá que es todo un ejercicio de valor salir a pasear por la ciudad un día como ese. Pero de esa fuente revosante de ilusión, han venido después todos los logros de Rutas Teatrales, con la Salida del Mes para los clientes habituales, cursos online para los no residentes en Madrid e incluso colegios y cursos de verano que nos llevan por la vida de numerosas personalidades como Galdós o María Teresa de León.
Una experiencia tan inmersiva la de llevarse a una guia a un grupo de actrices a revivir la historia de las calles de Madrid que, a veces, el público puede dudar si os extras que aparecen por la vía pública son parte de la representación o no. Se abre el telón.
¿Cuántas sois y en qué momento decidís poner en marcha esta iniciativa?
El equipo es pequeño pero valioso (risas). Empecé el proyecto yo, que soy historiadora de Artes Escénicas y soy quien se encarga de la investigación y la dramaturgia de las rutas. A su vez llevo toda la logística.
Luego están las actrices que tenemos colaborando a Raquel Pardos, Tamara Berbés y Elisa Espinosa que son quienes se encargan de los momentos teatralizados. Todas las rutas son con actrices profesionales. Y luego está Feña Ortalli, asesor en la dramaturgia de las rutas y Limón Cantenys que se encarga del diseño gráfico y audiovisual. Cada uno se encarga de lo que mejor le sale.
Este año cumplimos 5 años. Comenzamos valientemente. Yo creo que tiene que ver con que yo era argentina y hacía poco que vivía en Madrid. Porque la primera ruta fue un catorce de agosto del 2017 (risas). Osea, antes de un festivo con el calor… creo que esa inconsciencia fue la que me hizo decir: «Bueno, venga, hoy empiezo». Por suerte no hemos parado.
Contáis con varios tipos de actividades. ¿Cómo es la planificación desde la fase de la documentación hasta que todo se pone en la calle?
El objetivo de Rutas Teatrales es dar a conocer las artes escénicas. Eso lo hacemos tanto desde la escuela de espectadores, los clubes de lectura, pero también con visitas guiadas o teatralizadas por Madrid.
Para las visitas guiadas y teatralizadas el «detrás de escena» suele partir de una inquietud personal, como fue el Madrid de Lorca, que fue a partir de llegar a vivir a Madrid y buscar los sitios donde Lorca había vivido en Madrid pero desde un entusiasmo mío. Como una persona que recién llega a una ciudad y la está descubriendo.
Me di cuenta de que Madrid no daba cuenta de sus placas en sus itinerarios. De que Lorca había vivido aquí diecisiete años. Ahí fue cuando me puse a investigar. También es lo que terminó motivando a la gente que hace las rutas, porque esas ganas de descubrir dónde vivió Lorca es lo que convoca a la gente que hace las rutas.
Además, es gente que vive en Madrid. Eso es algo que me sorprendió mucho cuando empecé le proyecto porque creí que iba a ser algo más destinado a turistas y la gran sorpresa es que hace 5 años que la gente que hace nuestras rutas es gente que vive en la Comunidad de Madrid y quiere conocer su propia ciudad y las historias que esconde.
Eso también es lindo, porque el turista viene y se va, en cambio aquí hay algo de que mes a mes vamos compartiendo juntos todo ese proceso de aprendizaje. Queda el contacto luego y nos vamos enviando información. Acabo de recibir un whatsapp de alguien que encontró una entrevista sobre Lorca y me la envía. También se genera un lindo ambiente.
El resto de las rutas han nacido de inquietudes personales tanto mías como de las actrices. También de escuchar las demandas de esa comunidad que se sigue retroalimentando día a día. Escuchar qué personajes u obras les intrigaban y ponernos a abordarlas. También este año tuvimos la suerte de que las bibliotecas de la Comunidad de Madrid le dedicaran el mes de Marzo a Elena Fortún y ese fue el primer encargo: hacer una ruta teatralizada en torno a ella.
¿Habéis ido introduciendo matices en las rutas en estos años?
La elección de las rutas fue evolucionando junto con la evolución del proyecto. Suele haber una etapa de investigación y de documentación que puede llevar hasta 1 año. Y luego está toda la etapa de pasarle el guion a las actrices, el proceso de dramaturgia… Es todo un trabajo de dramaturgia el poder colocar lo histórico y que no se te haga pesado cuando estás caminando o paseando. Los ensayos y luego el estreno.
Por primera vez también este año con la ruta de Elena Fortún tuvimos la posibilidad de hacer un ensayo general con público. Elegimos a nuestros quince clientes más fieles y les invitamos a un ensayo general. A pesar de los nervios fue muy bonito compartir el proceso creativo con ellos y ellas. Lo disfrutamos por ambas partes.
¿Está todo atado antes de salir a la calle o hay espacio para la improvisación?
Por un lado yo soy una persona muy estructurada (risas). Me gusta estar atenta al mínimo detalle. Uno de mis problemas es cuándo termina la investigación porque siempre quieres seguir buscando información antes de estrenar. Algo que me ha enseñado Rutas Teatrales es que las rutas se completan al hacerlas.
Hay algo mágico. Tú puedes tener todo atado y al pie de la letra pero un día vas andando y observas un dato en la calle, una cartelería, un número… y ese es el dato que necesitabas. Hay mucho de «hay que estrenar», porque al hacerlo, es cuando la magia sucede.
Con las actrices, ¿Cómo es esa labor? Porque no es lo mismo actuar en un recinto adaptado al teatro que salir a la calle y estar preparada para una posible interpretación o interacción con el público.
Es verdad, no cualquier actriz ni actor puede trabajar en Rutas Teatrales o directamente en la calle. Tenés que tener desde ya lo que nos gusta de trabajar con actrices profesionales: el lado de la interpretación. Eso de que cuando empiecen a hacer una escena de Lorca se te ponga la piel de gallina aunque estés en el medio de la Gran Vía con un montón de incentivos y motivaciones. Pero también que la actriz sepa que puede aparecer algo que no teníamos pensado e incorporarlo a la ruta.
De parada a parada la actriz sabe que tiene que fijarse por dónde cruza, si hay sombra, si el grupo está cómodo… no te puedes abstraer como en un teatro y estar a lo tuyo. Aquí hay un montón de estímulos. Tenés que estar atenta al grupo, que el grupo se sienta participante haciendo preguntas o incorporar sus emociones a la ruta. Eso, para mi, es fundamental.
¿Alguna anécdota de esas en las que lo no previsto irrumpe en escena?
Pues tengo dos de distintos tipos para que elijas.
Mejor las dos.
Una nos pasó en la Plaza del Rey donde está el Liceo Club Femenino y hablamos de cómo Lorca representa una obra de guiñol para las socias del Liceo Club Femenino entonces el grupo está conmigo e irrumpe una titiritera con una marioneta para representar esta obra. La gente piensa que como Plaza del Rey es una plaza de botellón y hay miles de incentivos, creyeron que era una actriz callejera pero al rato se dieron cuenta y la incorporaron y empieza a hacer la intervención.
La obra que ella narra con la marioneta es de una jovencita que se casa con un viejo borracho y justo apareció un borracho típico de esa plaza de botellón y la gente creyó que era parte de la ruta (risas). Así como asumió el código y decidió incorporar a Raquel con la marioneta, en un momento creyeron que ese borracho era Cristóbal el de la obra de Doña Rosita y hubo que mediar para decírselo a la gente.
Otra cosa que nos sucedió fue haciendo una ruta para institutos, hablando en la plaza de Federico García Lorca en el metro Goya, alguien nos interrumpió y se presentó como familiar de Lorca y se nos puso allí a recitar poemas de Federico.
Es lo que tiene la calle y también el estar abierto a recibir eso. Tenemos muchísimas más. Pero es que cada ruta es diferente y siempre hay algo que te hace recordar a ese grupo.
¿Os planteáis exportar esto a otras ciudades?
Inconscientemente está. Me encantaría. Porque además tengo ideas pero lamentablemente cada cosa tiene su tiempo para una correcta ejecución. Pero sí pienso en Barcelona, Granada, Buenos Aires, también, es inevitable que no piense en hacer un Rutas Teatrales en Buenos Aires que es quién me dio la idea y me formó educativamente para que yo hoy pueda estar haciendo mi trabajo. Ojalá llegue. Por qué no.
Imagino que es difícil sostener iniciativas como estas a nivel rentabilidad. Porque todo esto es muy divertido pero alguien tiene que sostenerlo ¿no?
Exacto, totalmente de acuerdo. Yo durante mucho tiempo tuve que seguir formándome como historiadora y crítica pero también tuve que aprender de marketing, de finanzas, de email marketing, algoritmos, administrador de anuncios… y lamentablemente es lo que nos sucede a las personas que nos dedicamos a lo creativo.
Ojalá tuviéramos un trabajo en el que nos llamase un teatro y nos propone hacer las actividades pedagógicas con un contrato indefinido. Ante esa adversidad y las ganas de dedicarte a lo que te apasiona tienes que formarte en diferentes campos y lo mejor es lo que decíamos al principio, que cada uno se encargue de lo que le corresponde.
Por suerte, hay partes que ya puedo delegar a gente que sabe y se dedica a eso. Mientras tanto, para que sea rentable, hay momentos en los que esa famosa frase «dedícate a lo que te gusta y nunca trabajarás», bueno, lamentablemente no es así, es un trabajo y tienes que vivir.
Y nosotras también tenemos que trabajar para sacar la precarización. Nos quejamos pero cuando nosotras damos trabajo, cuando pensamos en nuestros sueldos, tenemos también que contribuir a eso. Que las actrices ganen bien, que la diseñadora gráfica gane bien, que trabajen en condiciones saludables, respetuosas… eso es algo que hay que tener presente.
¿Más de Cultura y menos de qué?
No puedo escindir la cultura del pensamiento crítico o la reflexión así que más de Cultura y menos ignorancia, menos autoritarismo, menos entretenimiento rápido. Yo estoy a favor del entretenimiento pero no del consumo rápido que nos nubla o nos bloquea.
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