En qué momento pasamos de considerar un avance tecnológico un sintetizador virtual a que existan hologramas y androides que sean estrellas internacionales de la música. No sé vosotros, pero yo me he sentido un poco David en A. I. Inteligencia Artificial flipándolo en Rouge City mientras me documentaba para escribir el artículo.
La tecnología avanza tan rápido que cuesta gestionar todo lo que ha evolucionado en tan poco tiempo. Y no digo que volvamos a los tiempos del fonógrafo pero considero que la concepción de lo que es música se está desvirtuando en cierta forma. Ya no sólo por lo aberrante de cosas como el famoso Auto-Tune que utilizan actualmente infinidad de “artistas”, si no por la pérdida de creatividad en general. Nos preocupamos más por conseguir que un holograma se convierta en estrella del pop japonés que por desarrollar temas realmente novedosos.
Sentenciada ya mi opinión, os voy a hablar de una serie de “avances” que me han provocado entre risa y terror, y otros que me parecen realmente asombrosos.

Compressorhead: Una banda de rock formada por robots de metal reciclado

Sus componentes no pueden ser más graciosos. Entre ellos hay un batería de cuatro brazos que parece un Teleñeco despeluchado y un guitarrista de 78 dedos. Más allá de su aspecto cómico, si se puede alabar la idea original de su creador, Frank Barnes, que empezó el proyecto como una labor de reciclaje. Lo que pasa es que se la ido de las manos y claro, el dinero es el dinero. El grupo pasó de ir de feria en feria a grabar su propio álbum: Party Machine, en colaboración con el músico canadiense John Wright. Dicen que son “el grupo más heavy metal del mundo”, pero permítanme que discrepe.

Alter 3, el director de orquesta

Esa orquesta moderna que fundó Berlioz, y que se consideraba una de las innovaciones más importantes de la música clásica se quedó en un segundo plano cuando apareció la noticia de que un androide había dirigido por primera vez una orquesta. Este androide se llama Alter 3, tiene rostro humanoide y unos brazos que mueve controlando el tempo y la intensidad de los instrumentos según su propia voluntad. Hasta canta cuando le apetece.
Interpretó en vivo la ópera Scary Beauty de Keiichiro Shibuya y las impresiones fueron diversas. Muchos recalcaban que el toque humano se había perdido. Aunque es emocionante verlo, para mi no hay nada como la pasión que desprende un director de orquesta batuta en mano en las últimas notas de una sinfonía.

Hatsune Miku, la cantante virtual japonesa que conquistó Europa

Agotó entradas la primera vez que este holograma pisó nuestro país y la curiosidad de los que no la conocíamos se disparó. Un anime con el pelo color turquesa, minifalda y unas calzas que le llegaban hasta el muslo se había convertido en una estrella internacional de la música. Hatsune Miku que tendrá 16 años eternamente es un producto que desarrolló la empresa japonesa Crypton Future allá por el 2007 como un software de síntesis vocal. Este software funciona bajo licencia Creative Commons y permite que cualquiera pueda desarrollar canciones sin conocimiento musical alguno. Podría decirse que Hatsune Miku es una obra colaborativa. Tanto que miles de hombres se han “casado” de forma virtual con ella. Tengamos en cuenta que es una adolescente de 16 años… ¿Debería considerarse delito siendo un holograma?
Más allá de las connotaciones éticas, lo que está claro es que la fama le precede. Hatsune ha aparecido en anuncios de Toyota y ha cantado como telonera de la mismísima Lady Gaga.

Revivir a un cantante a través de un holograma

Quizá el avance tecnológico en la música más asombroso a simple vista de este artículo sobre androides y hologramas musicales. Recordemos ese vídeo que se hizo viral en el que el difunto Tupac se subía al escenario. Aunque ahora nos parezca un poco “cutre”, en 2012 fue todo un bombazo entre los fans del rap.
Hoy en día el uso del holograma está mucho más extendido y roza la perfección. No hay más que observar el Hologram Tour de Maria Callas que ha triunfado en el Teatro Pleyel de París y que podemos disfrutar en Madrid en el Gran Teatro Bankia Príncipe Pío. Un diseño 3D de la empresa americana BASE Hologram que nos trae a la mítica cantante lírica casi en carne y hueso.

 

¿Llegará un día en el que no podamos distinguir a un cantante humano de los androides y hologramas? Evidentemente.