De repente vuelves a ver a esas personas que puedes llamar amigos en toda la amplitud de la palabra. Esas personas a las que no dudarías en hacer un favor y a las que tampoco dudas mucho a la hora de pedirles tú uno.
Con ellas has compartido algunos de esos momentos que recordarás con una sonrisa en la boca cuando tengas ochenta años. Son aquellos con los que tienes una confianza que te parecía normal conseguir, pero que con los años empiezas a valorarlo como algo extraordinario que hay que conservar.
Esas personas son las que aparecen con un libro que tú no habrías comprado y en el que normalmente no te fijarías.
Ese libro es Sapiens. El largo camino de los homínidos hacia la inteligencia.
De repente, cuando mucha gente a tu alrededor trata de convencerte de cosas con mucha vehemencia y pocos argumentos, lees algo con muchos argumentos y poca vehemencia.
De repente vuelves a encontrarte, como un soplo de aire fresco, con la búsqueda de la verdad. La verdad por sí misma, sin ánimo de tergiversarla ni de manipularla, ni siquiera con ánimo de convencer sobre ella, sino simplemente por el viejo y bonito afán de conocer.
De repente, cuando mucha gente sin mucho conocimiento habla con una gran seguridad, disfrutas leyendo a gente que con un gran conocimiento habla con humildad y vuelves a recordar que la sabiduría suele ser humilde y hasta en algunos casos dubitativa, mientras que la ignorancia suele ser altanera y segura de sí misma.
Sapiens es la apasionante historia de la evolución de la humanidad desde sus primeros tiempos. Contada de una manera entretenida y asequible.
Sapiens es volver a encontrarte con la ciencia, con la búsqueda del verdadero conocimiento, por mucho que a veces sea incómoda y choque frontalmente con nuestros prejuicios.
Ahora más que nunca recomiendo leer Sapiens.
Gracias de nuevo amigos, gracias por esto y por muchas otras cosas.
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