Vaya por delante que me considero una persona optimista por naturaleza. Me crezco con el buen ambiente, la gente franca y los ambientes amables. Me produce rechazo la mala hostia, la desconfianza y, ni digamos, la falsedad y la mentira -diferentes conceptos.
No sé manejarme en situaciones que contienen dobleces, esto es así. Pasados los 45 a veces me pregunto si no tendré cierta tara mental que me impide dilucidar las dobles intenciones o la mala baba… a veces las percibo, no siempre, pero me es imposible decodificarlas. No las entiendo.
Teniendo la naturaleza que tengo, no hay otra, pueden imaginar que toda esta marabunta, que nos llega, desde hace unos años, de psicología positiva me flipa. Los mensajes alegres. Las caritas sonrientes… Crecí con una balada que se titulaba «Don’t give up» y en mi casa nos reímos de nuestra sombra… Sin embargo, llegados a un punto, hasta a mí me están dejando de hacer gracia ciertos asuntos -que se supone que la tienen- y el buenrollismo me está causando algo de indigestión.
Vivimos una época absolutamente precaria, y no sólo me refiero a lo material, que también. Asistimos a injusticias a diario, sin abrir ni un periódico o ver un informativo, porque se están produciendo en el piso de al lado o le está pasando a nuestro pariente, o a nosotros. Nos caemos con todo el equipo…pero ¡eh! todo es cuestión de actitud.
Que no tienes ni para pagar un apartamento cutre, ¡disfruta del Cohousing!. Pero bueno, anda que no es bonito compartir piso a los 50, pero si es la segunda juventud. Ah que tienes familia, bueno, donde comen cuatro comen ocho, ¿no?.
Ah! que sí tienes piso pero no te llega para hacer la compra…vamos a ver, ¿es que no practicas el Freeganismo? No estás a la última…ve a los contenedores. Ni te imaginas la comida que se tira recién caducada, si vas pronto a lo mejor caduca en el día y ni hay riesgo de salmonela ni nada.
También te quejas de que no puedes salir por ahí de cervezas después de trabajar. Desde luego…¿pero no conoces el nesting? Es una moda maravillosa. Nest -nido. ¿Lo pillas? Incluso yo lo pillé a la primera. ¿Para qué salir por ahí cuando en casa lo tienes todo? Disfruta de lo que tienes, mira el vaso medio lleno y no medio vacío, ¡sonríe por favor!
Ya, tu casa está llena de gente con la que compartes piso. Tienes la nevera vacía, con lo cual no tienes ni para llenar medio vaso y todo esto no te hace ni puñetera gracia…
A ver si esto de la psicología positiva tiene más que ver con el conformismo del esclavo que con la actitud. A ver si uno que está enfermo no va a poder cagarse en todo. A ver si además de estar a dos velas, nos van a señalar como resentidos. A ver si estamos así porque lo hemos elegido o porque no nos queda más remedio…
Tengamos cuidado al identificar nuestras emociones y sobre todo al juzgarlas. Porque la ira y la indignación en ocasiones son imprescindibles para recolocar ciertos asuntos y lo afirmo yo que soy optimista por naturaleza. Pero claro hay cosas que claman al cielo.
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