De un excedente de lámparas en casa a un programa de televisión en Francia
En 2019 no nos sorprende hablar del éxito de la carrera o del talento de alguien a través de Internet. Estamos acostumbrados a ver blogs, perfiles, canales…Menos común es lo que Leticia Blanco (@soyleticiablanco) inició en 2008, cuando las redes sociales eran solo un prototipo de lo que serían y en España la única manera de acceder a los temas relacionados con la decoración y el interiorismo eran las revistas en papel.
Primero con un blog sobre bodas, después con otro de decoración, en 2008 nació Vintage & Chic (@vintageandchic), un espacio que aunque fue concebido como blog, se terminó convirtiendo en una tienda, el modo de vida de Leticia y es seguido actualmente por personas de todo el mundo.
Se toma unos minutos para charlar para Más de Cultura sobre su profesión, sus inquietudes y su manera de ver la cultura. Reconoce que el ser madre autónoma que vive de Internet, le hace tomarse las redes sociales de manera diferente. La historia de lo que surgió como un excedente de lámparas y terminó con un programa de televisión en la cadena pública francesa.
Todo esto parte de 2008, cuando prácticamente estaban naciendo las redes sociales…
No existían las redes sociales. Yo empecé en abril de 2008 con el blog porque me tomé dos años sabáticos. Estaba en un trabajo que me exigía ponerme a viajar mucho, con niños pequeños, nos acabábamos de comprar una casa y yo tenía ganas de tomármelo con calma.
Un día, navegando en casa descubrí dos blogs: uno australiano y otro americano, que ellos sí que nos llevan ventaja, ellos van como 3 años por delante en todo lo que tiene que ver con Internet y redes sociales. Y aluciné.
Descubrí una plataforma y abrí mi blog con wordpress, no sabía de qué iba. Sí que había blogs de gente vinculada a la informática o algunas personas que tenían lo que llamaban bitácoras personal. Pero blogs de decoración o un sitio donde poder mostrar…no había.
En época de usar y tirar surge el reutilizar objetos antiguos y llamarlos vintage
Yo cuando empecé me fijé en los blogs y estaba la palabra vintage y me pregunté qué sería. Porque nadie usaba la palabra en España.
Nosotros pensamos que es una palabra francesa, no lo es. Es inglesa. En realidad la palabra se utiliza, o ellos la utilizaban para cosas con historia. Objetos recuperados… Sobretodo es una palabra que en inglés se adaptó, se sacó del tema de los vinos y los coches, que es donde más se usaba, para utilizarla también en decoración y en ropa.
Nosotros tenemos un lío catástrófico. La gente piensa en cualquier cosa que tiene un parecido con algo antiguo. Entonces dejé de usar la palabra vintage.
El blog es Vintage & Chic porque lo puse en inglés pensando en una audiencia internacional. De hecho, al poco de empezar, uno de los blogs que sigue funcionando hoy en día, que es uno de los más potentes a nivel internacional de decoración, en seguida me enlazó, y entonces empecé a escribir en inglés y estuve escribiendo en inglés y en español, un montón de tiempo.
«La decoración a veces tiende a lo superficial. No tanto en la historia de los objetos»
Sí es verdad que en un mundo de usar y tirar a mi nunca me pareció bien. La verdad es que yo llevo usando ropa de segunda mano toda la vida, porque me encanta.
Descubrí los mercadillos de Londres con 19 años y dije «esto es lo que a mi me gusta». Mezclar antiguo y nuevo. Y cuando tuve la ocasión de empezar con el blog era la idea.
Descubrí que la gente no tiene ni idea de todo eso y me dio mucha rabia. Dije vamos a empezar a contar y ver si hay forma de recuperar y de utilizar lo que tenemos y poner en valor los muebles de herencia y de todo lo que es antiguo porque ya todo está inventado y además de mejor calidad.
Normalmente los objetos hechos en los años 20-30-40 o 50 o 60 tienen muchísima más calidad que lo que se hace ahora. Porque si tienes que pagar ahora la calidad de antes, entonces te vas a precios de 3.000/4.000 euros. Que hay tiendas que ofrecen ese producto, pero hay que pagarlo, claro.
«La única tendencia que me gustaría provocar es la de no tirar los muebles que heredamos de nuestros padres»
La decoración a veces tiende a lo superficial. No tanto en la historia de los objetos. Además, otra palabra que jamás me verás utilizar es «tendencia». Detesto profundamente las «nuevas tendencias», no las entiendo. Es como en el vestir, si como tendencia entendemos el reutilizar las cosas, eso sí que es una tendencia. Y es una tendencia que va a más.
La gente se ha dado cuenta de que merece la pena invertir un poco más cuando son piezas antiguas que tienen un valor. Si como tendencia hablamos de eso genial, Ahora, si como tendencia usamos la moda de usar y tirar… yo no la entiendo. Nunca la he entendido.
La única tendencia que me gustaría que mi blog pudiera provocar es la de no tirar los muebles que heredamos de nuestros padres, la de reparar esa lámpara o darle una segunda oportunidad, mezclarla con cosas nuevas, mezclar nuevo y antiguo. Esa es la tendencia que quizá a mi me gustaría que llegue para quedarse.
¿Cuándo te diste cuenta de que podías vivir de esto?
Tengo un recuerdo de un día estando en la cocina con mi marido. El blog debía tener como un mes. Me acuerdo que le decía a mi marido «alucina, tengo 100 personas que me han leído hoy».
Me di cuenta de que si 100 personas me leían yo podía contarles cosas y la idea de comunidad vino a mi mucho antes de saber qué era una comunidad.
«Mis hijos vieron crecer este mundo conmigo y quiero protegerles. Soy todo lo contrario a una mamá influencer»
Y sí es verdad que lo que ocurrió fue que en ese momento (en 2007/2008), yo empecé a comprar objetos para mi casa, por la que empecé el blog, buscando información en webs internacionales, que es lo que había de aquella.
Las revistas seguían siendo en papel. El mundo 2.0 estaba en mantillas. Recuerdo que compré muchas lámparas, y no tengo casa para 70 lámparas y pensé en venderlas a través de eBay.
Fue ahí donde empecé a hablar de ellas y me dí cuenta de que las podía vender yo. Ahí es cuando empezó la parte de negocio. Descubrí que efectivamente yo podía vender lo que encontraba porque la única forma de comprar alternativa a la mía era ir a tiendas en Madrid o en Barcelona o anticuarios de toda la vida. Pero no eran las que yo traía. Empecé a comprar piezas en Alemania, Italia, Francia… y fue así. Empecé a vender muy pronto.
La tienda al principio era un blog donde la gente me escribía y hacía una transferencia y enseguida me tuve que montar mi pequeña empresa porque vi que había una idea.
Y también me di cuenta de que si las empresas querían entrar y que yo hablara de ellos yo no lo podía hacer gratis, no me parecía justo. ¿Y quién habla gratis de mí? ¿no? Te puedo decir que fui una de las primeras que se hizo su mediakit y les dijo a las empresas: «si queréis estar aquí. Cuesta dinero». Y son 11 años más tarde que nos sigue tocando educar a la gente.
¿Cómo surge tu colaboración con el programa francés Affaire Conclue?
Muy alucinante. La tienda implica mucha inversión personal y profesional y mucho tiempo, el blog es mucho más fácil. Cuando me llamaron además fue un día personal muy intenso, fue el día que murió mi padre.
Recibí un mensaje y lo miré ya de noche y vi que estaba en francés. Fui a la entrevista en francés, buscaban un comprador internacional para un programa que estaba empezando y que empezaba a funcionar bien en Francia.
Yo no entendía nada. Y resultó que era la primera cadena pública francesa y que la presentadora es la «Ana Rosa Quintana» francesa.
Mis compañeros son todos coleccionistas y anticuarios y es un regalazo porque soy la única extranjera. Poner un pie ahí es muy divertido y además es que está batiendo todos los récords.
Ahora mismo vengo de Bélgica, de tener un encuentro con nuestros seguidores en Bélgica porque también se emite por la televisión pública belga todos los días y allí venimos de tener un momento fan divertidísimo porque no contábamos con ello.
Eres una influencer sobre decoración pero también madre. ¿Crees que tus hijos se dedicarán también a Internet o no te gustaría?
Sí y no. No se van a dedicar a Internet y se van a dedicar sin querer. No puedes vivir sin las redes sociales, no puedes vivir sin Internet. Es imposible. Hagas lo que hagas, te dediques a lo que te dediques, vas a tener una conexión directa con las redes.
«Me tomo tan en serio las redes sociales que me las tomo muy en broma. No tienen ninguna importancia y la tienen toda».
Mis hijos lo van a tener más maduro, porque mis hijos vieron crecer este mundo conmigo y les llevo protegiendo desde entonces. Soy todo lo contrario a una mamá influencer.
Soy la anti-mamá influencer. No verás a mis hijos en ninguna foto, quizá solo en las de mayores. Quiero que vean esto como una profesión, como algo que hay que tomarse muy en broma y en cuanto a la parte personal muy en serio. Cuidado con las redes.
Mi hijo tuvo el móvil con 15 años y mi hija con 13 y ninguno de los dos tiene redes sociales. Están empezando ahora y con cosas muy privadas porque quiero protegerles.
Conozco casos terribles y no hablo de ellos ni he hablado de maternidad… creo que los niños deberían estar completamente fuera del tema. En mi opinión. No juzgo. Conozco casos pero yo no me siento cómoda. Luego no soy madre influencer, soy madre autónoma que tuvo que trabajar y encontró un trabajo en Internet.
Porque a lo mejor a esas edades el mundo influencers es más complicado…
Claro, yo prefiero que se las tomen con calma. Cuando mi hijo me dice que quiere ser youtuber le pregunto que para hablar de qué.
Porque le tendrá que contar a la gente algo que le interese. Es lo que les digo: «¿De qué queréis hablar? Y yo os ayudo a lo que haga falta».
Digamos que me tomo tan en serio las redes sociales que me las tomo muy en broma. No tienen ninguna importancia y la tienen toda.
Para mí son muy importantes porque me dan una audiencia. Si pudiera borrar mañana mi cuenta en Facebook ya no tendría. Pero claro, con esos seguidores no me puedo permitir ese lujo. Pero no la tendría porque no me gusta cómo funciona.
Por deformación profesional, ¿Cuándo te invitan a casa puedes evitar catalogar la decoración?
(Risas) No, que va, me encanta, además me alucina ver las casas. Porque hay casas que creo que están muy poco aprovechadas. Casas preciosas y de repente ves que todo es igual, que todo está amueblado por alguien que no vive allí. Si que tengo ese pequeño defecto.
Pero afortunadamente hay gente con blogs maravillosos, interioristas fantásticas que están empezando a contar trucos y ves que ya hay un interés real por la decoración. Porque además, decorar no tiene por qué ser caro. A lo mejor es simplemente cambiar el color de la pintura. Yo creo que es una cuestión de gusto y de tiempo también.
¿Hay que ser un manitas para ser decorador o no tiene nada que ver?
Yo no se si hay que ser manitas. Yo no soy decoradora pero sí hay que tener ganas para transformar los objetos. Lo que no puedes es no tener paciencia.
Por ejemplo, yo detesto cocinar. Claro, a mi no me puedes pedir que te haga algo rico de comer porque no me gusta, no tengo interés. Entonces decorar es un poco lo mismo. Si quieres vivir en una casa bonita, tienes que dedicarle un poco de tiempo.
Cerramos nuestra charla con nuestra clásica pregunta: ¿Más de Cultura y menos de qué? Donde Leticia nos vuelve a recalcar uno de los factores que más potencia el mal uso de las redes sociales: «Menos de juzgar sin conocer. Más Cultura y menos prejuicios».
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