Presenta su libro «Secreto de confesión» de manera atípica. Basándose en las puntuaciones de Amazon. Un modelo cada vez más utilizado que a Ramón Calatayud le viene de su experiencia trabajando en Jot Down.
Me llamo Mario Conde y soy tu confesor.
Si tienes un problema, te escucho.
Nunca pensé que una absurda apuesta me cambiaría la vida.
Secreto de confesión. Ramón Calatayud.
La novela se publicó bajo el sello del medio pero tras recuperar sus derechos y creyendo fielmente en el cambio en el sector literario, considera que los autores son los que más tienden a implicarse en los proyectos literarios y por lo tanto la promoción va asociada a los autores: «para que una novela empiece a darse a conocer, el primer paso es la auto-edición».
Hablamos con él de esta novela, de su labor a la hora de crear historias y de esta nueva forma de auto-promoción.
¿Por qué Amazon?
Por lo que yo aprendí en mi paso por Jot Down, todo es escalonado. Antes de ir a una editorial clásica, tienes que «pagar la novatada» y conocer cómo funciona. Para eso Amazon es la herramienta perfecta para empezar.
Una de las cosas por las que te guías es por la recomendación. Queramos o no queramos, entre un millón de libros que puede tener la base de datos de Amazon, la gente al final sólo se guía por la sinopsis, la portada y las recomendaciones.
Te dan un reporte diario de ventas por localización, te permiten estar en su biblioteca… tiene una segmentación muy buena para empezar.
Una de las cosas con las que tiene que pelear el autor es con el anonimato. Da igual si escribes bien o mal. Si no tienes un grupo de lectores fieles es absurdo.
La forma de narrar y el personaje recuerda al Henry Chinaski de Bukowski… ¿hay algo de inspiración?
Yo lo único que pretendo con la novela es entretener y divertir. Hay muchos autores a los que les gusta reivindicar o mostrar un problema social.
«Lo importante de la historia es que al final todo concuerde»
Es cierto que a mis personajes siempre les pasan cosas buenas y malas. Siempre hay una pequeña carga política, nociones de empresa, nociones sociales…pero el objetivo no es reivindicar nada. Simplemente entretener.
Por eso siempre lo narro en primera persona. Te permite esa rapidez, ese misterio de no saber qué está pasando.
El protagonista dice que “hay algunas historias que tienen demasiado detalle para ser puramente inventadas” ¿El libro se basa también en experiencias personales?
No, todo es ficción. Hoy en día «por suerte», pones la televisión, te metes en Internet… puedes ver todo tipo de información.
«utilizar ciudades te ayuda mucho a la hora de construir la historia»
Lo que ocurre es que de toda esa información te quedas con cuatro o cinco cosas que pueden llamar la atención al lector. Por eso lo de coger el caso de la familia, el intercambio político, corrupción, intercambio de papeles… Lo que quieres es que sean historias distintas para que también enganche.
En el texto encontramos referencias muy actuales. ¿Es importante que los textos se sitúen con las propias referencias?
Lo importante de la historia es que al final todo concuerde. Por ejemplo, yo voy esta tarde a ver la película de «Érase una vez en Hollywood» de Tarantino. Y va sobre el mundo de Hollywood del 69. Si dices que vas a hablar de esa época del cine, todo tiene que concordar.
Situarlo en una ciudad, un signo muy característico de la novela negra, ¿Por qué Sevilla?
Viví tres años en Sevilla. Siempre me gusta utilizar ciudades porque aunque luego internamente los edificios los retoques, o no sean fieles a la realidad, te ayudan mucho a la hora de construir la historia.
Si juegas con lugares emblemáticos o calles pequeñas muy características, eso te ahorra páginas de descripción y te vas directamente a la acción. Dos líneas para que el lector no se pierda o detalles que para que si el lector algún día pasa por el lugar, los vea.
¿Nos recomiendas a otro autor?
Te recomendaría un caso atípico. Cuando me compré el Kindle, me hice la licencia «Al límite» de Amazon y hubo un autor que me llamó mucho la atención: Sam Baker. Tiene tres libros que son parecidos a la trama de «El código Da Vinci«.
Te lleva por varias ciudades, te mezcla escenarios y los personajes principales son unos profesores de Arte e Historia. Me llamó la atención porque era un autor desconocido, pero engancha.
¿Más de Cultura y menos de qué?
Menos precipitación, menos impaciencia. Vamos muy rápido y no nos paramos. La cultura es muy importante pero vemos nada más que el árbol que tenemos delante pero no vemos el bosque.
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