Pejac, conocido como el Bansky español por el tipo de intervenciones artísticas que realiza, ha querido denunciar la crisis de los refugiados en su última creación. Hasta finales de este mes, se puede observar cómo la iglesia Holy Cross Church del barrio berlinés de Kreuzberg está coronada en su cúpula con la figura de un niño sosteniendo una bengala con un chaleco salvavidas puesto.

Es una imagen que, desgraciadamente, identificamos con mucha facilidad. Todos los días sale en los telediarios y en redes alguna noticia relacionada con ello. Recientemente es nuestro país también tuvo lugar el estreno del documental Mediterráneo, cuyo punto de partida comienza con aquella terrible fotografía del niño ahogado en la costa que se hizo viral.

Arte para ayudar a personas que «incluso en tierra, se sienten a la deriva»

Y es que los números son descorazonadores. Según datos proporcionados por Naciones Unidas, en 2020 había 82,4 millones de personas en el mundo desplazadas a la fuerza. Lejos de mantener una política de tolerancia y empatía, la Unión Europea construye sus muros cada vez más altos. Paga auténticas barbaridades a países fronterizos para que ejerzan un primer bloqueo, lavándose las manos, y permite las conocidas como “devoluciones en caliente” sin que importe la situación personal de cada individuo.

Para sacar adelante este proyecto, el artista ha contado con la ONG alemana Sea-Watch, con DOJO Cares y con la iglesia sobre la que se ha creado la escultura, que acoge a refugiados y personas sin recursos.

Pejac, conocido por la fuerza poética de sus obras, consigue crear conceptos originales y con una mensaje social efectivo. A través de la síntesis de ideas, como un mapamundi escurriéndose por una alcantarilla, consigue que el arte se convierta en denuncia. Su arte es provocativo y crítico, busca el impacto en todo aquel que pasa por delante para levantar los ojos del móvil y ponernos a reflexionar.