Muy celosa de su intimidad, Vallentine Stantik nos recibe en su estudio en la madrileña calle Ave María. Siento unas ganas irreflenables de cantarle «cuándo serás mía», pero dudo si estará familiarizada con las canciones de David Bisbal y no quiero empezar esta entrevista con mal pie.

La personalidad y obra de Vallentine Stantik no se puede catalogar en un estilo, ni tan siquiera en una disciplina. En ella todo es más, multi, súper.

Tras su paso por el Festival COLUNS y su retrospectiva en el MEF, la obra de Vallentine Stantik suena como favorita para abrir la nueva temporada del Museo Expedientes de Costumbres de Arkansas. Un honor poder acercarnos más a la obra de esta artista con ascendentes soviéticos.

¿Qué te inspira?  

Creo que la inspiración proviene de las cosas mundanas. Por ejemplo, mancharse los dedos porque le chocolate se ha derretido, inventarse palabras para referirse a cosas nuevas y ponerlas de moda. Me cansa un poco que se siga considerando arte el arte clásico. Creo que el arte debe definir a una sociedad y está claro que unos nenúfares difuminados no definen nuestra sociedad por mucho que estén expuestos en el MoMa de Nueva York.  

Te refieres a Claude Monet, uno de los pintores más importantes, inventor del impresionismo 

Lo que me impresiona a mí es que se siga venerando a un tipo que le pidió dinero a su familia humilde para terminar sus estudios y que luego se presentaba como burgués y usaba camisas finas para que le tomaran como un dandi. No sé vosotros, pero yo a eso lo llamo farsa.  

“Unos nenúfares difuminados no definen nuestra sociedad por mucho que estén expuestos en el MoMa de Nueva York”

Yo en mi caso no me escondo. Quiero decir, esto lo podéis poner tal cual cuando redactéis la entrevista, a mi no me interesa maquillar mis respuestas para que esto quede más bonito o menos, me interesa la verdad, como en las obras en las que trabajo.  

¿Cuándo decidiste que querías ser artista? 

A día de hoy creo que todavía no lo he decidido nunca. Mi primer contacto con el arte fue en un campamento de verano. Fue la primera vez que vi a un compañero desnudo. Me pareció arte y comencé a pintarle con un rotulador. Me castigaron y no entendí por qué, yo solo estaba mostrando mis capacidades artísticas sobre un lienzo humano.  

Hemos leído que tienes ascendencia soviética, ¿el pasado nos marca?

Tengo familia que vivió en la peor época de la Unión Soviética. Mi nombre es un homenaje a ellos. Durante un verano quise volver sobre los pasos de mi familia, ver qué es lo que vivían, sentía, hacían. No encontré nada. Un vacío enorme. Mi nombre es Laura Puente Mesa, ¿dónde voy yo con ese nombre? ¿qué carta de presentación es esta? Necesitaba un apodo, algo artístico. Y bueno,… lo del verano soviético quedaba muy bien.

¿Lo digital prostituye la cultura?  

Sinceramente, lo que prostituye la cultura son cosas como el esmalte de uñas de Rosalía o las zapatillas Fila de Aitana. Se están implantando unas modas basadas en todo lo que se viraliza en redes sociales y estamos utilizando esos escaparates para el “todo vale”.  

Antes, en un concierto de las hermanas Goggi uno descubría el maillot estampado en lentejuelas y se convertía en tendencia, pero para eso había que currarse el ir al evento, pagar la entrada o consumir la cultura de una manera más lícita que hacer scroll en el móvil.  

A mi no me da miedo decir en voz alta que pirateo la cultura, que imprimo láminas de otros artistas y que me descargo contenidos audiovisuales. No creo que con eso esté prostituyendo la cultura, al final, en un burdel te vendes al mejor postor y te arriesgas a que el gerente haga lo que considere contigo. Si hoy en día los gerentes de los productos culturales permiten que ocurran cosas como esas, el consumidor no es el culpable.  

Entonces quieres decir que tampoco te incomoda decir a quién le pirateas… 

No, para nada. Me encanta Superbritánico, por ejemplo, pero si tiene todas sus láminas en redes sociales ¿por qué considera que alguien va a pagar por ellas? Lo mismo ocurre con las películas. Si navego por Internet y me encuentro con una película con una marca de agua que pone “copia exclusiva para la academia de cine” ¿tengo que sentirme culpable?  

“A mí no me da miedo decir en voz alta que pirateo la cultura”

En mi caso es más complicado piratearme, son diseños a otro nivel, no me interesa que estén en formatos digitales y no hay uno igual a otro. Un profesor me dijo una vez que si hacía arte tenía que hacer arte exclusivo para el cliente, piezas únicas. Hoy en día así es, y es la clave de mi éxito.  

Es quizás el único consejo que he mantenido de aquella etapa, no comparto el 90% de los principios del sistema educativo actual, y menos en el mundo del arte.  

¿Cuánto puede costar la pieza más cara de tus diseños? 

No me interesa hablar de cifras. Muchas veces establezco la tarifa en función de las vibraciones que me da el cliente, la opinión que tiene de mi trabajo… etc.   

¿Cuáles son los colores y materiales que no pueden faltar en tu estudio? 

Pero, ¿qué mierda de pregunta es esta? ¿No tienes otra cosa mejor que preguntarme?

¿Qué nuevos proyectos tienes en mente?  

Ahora mismo estoy experimentando nuevas texturas y contexto. Por ejemplo me interesa mucho el pelo de animal, y estoy investigando con tejidos que imitan el pelo animal 

“Si me encuentro con una película con una marca de agua que pone “copia exclusiva para la academia de cine” ¿tengo que sentirme culpable?”

Es verdad que se han hecho muchas obras relacionadas con los animales en múltiples disciplinas artísticas y también existen polémicas sobre la utilización de animales en proyectos artísticos. Yo quiero ir más allá, demostrar que uno de los elementos que hace al animal único, por ejemplo su pelaje, es capaz de ser imitado a la perfección como ya se hace en prendas de ropa sintéticas y demostrar que el arte, al igual que el día a día, no tiene por qué ir reñido con el respeto al medio ambiente y a los animales.  

¿Te consideras animalista?  

No. Con esto no quiero decir que sea animalista. Creo que hay cosas más importantes ahora mismo por las que volcarse al cien por cien y la causa obsesiva por defender a los animales no es una de ellas. Por lo menos de momento. No obstante, creo que el ser humano es hipócrita al decir que no se puede ser respetuoso en el día a día sin intentarlo.  

Lo que quiero demostrar es que igual que nos dejamos influenciar por lo artificial de las modas, tachándolo todo de naturalista y más puro sin serlo, es aplicable a una obra de arte, que puede ser igual de pura e imitar la pura naturaleza desde tejidos artificiales.  

¿Cómo ves el mundo del arte dentro de 10 años?

Derruido, derrumbado, devastado.

¿Más de Cultura y menos de qué?  

Más de Cultura y menos de Vox, en todo caso, más Box, más cajas de cartón donde poder guardar la cultura para compartirla con las generaciones futuras.