Cuando se acerca el final de una etapa tendemos a hacer balances. Llevamos semanas viendo como los medios de comunicación hacen un recorrido por los mejores y peores momentos del año. El 2020 ha sido atípico, nos ha cambiado en todo. Empezamos el año con una lista de nuevos propósitos que cumplir y tres meses más tarde vimos como el mundo se paraba. Nos encerramos en nuestras casas y nuestras vidas se pusieron en pausa. Descubrimos cómo nos costaba estar con nosotros mismos y recurrimos a la cultura como comodín y refugio. Este año el cine nos ha salvado más que nunca. Y dentro del mundo del cine, 2020 tiene un nombre: El año del descubrimiento.

El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco es la película que lo ha cambiado todo. Es el ejemplo que demuestra como está cambiando el mundo del cine. Como las fronteras entre la ficción y la no ficción son cada vez más difusas. Como el público necesita otro tipo de cine. Y como lo disfruta.

En un año en el que el mundo del cine se ha visto profundamente perjudicado por el parón cultural, el cierre de las salas de cine, la poca recaudación en taquilla y la falta de producciones, fueron muchos los espectadores que recurrieron a las plataformas. El público seguía disfrutando de las películas, aunque no fuese en las salas de cine.

Recorrido internacional

El año del descubrimiento empezó 2020 compitiendo en uno de los festivales de cine más importantes de Europa, en la sección Tiger Award del Festival Internacional de Cine de Rotterdam. Ahí consiguió unas críticas espectaculares por parte de público y crítica y empezó a sonar con fuerza en el sector más cinéfilo.

En febrero, la película de Luis López Carrasco viajó a Francia, al Festival Cinema du Réel. El certamen de cine documental más importante del país galo. Ahí se hizo con el Premio a Mejor Película y el Premio del Jurado de las Bibliotecas. Después viajaría a Corea del Sur, al Festival de Cine de Jeonju, donde se llevó el Premio Especial del Jurado a Mejor Película; Grecia, al Festival Internacional de Thessaloniki, donde ganó el Premio a Mejor Película; Portugal, al Festival de Cine IndieLisboa.

También llegó a Brasil, al Festival Internacional de Cine Olhar de Cinema,  donde ganó el Premio a Mejor Película en la Sección Nuevas Miradas; Colombia, al Festival Internacional de Cine de Bogotá, con Premio a Mejor Película; México, al Festival de Cine Contemporáneo Black Canvas, con Mención Especial del Jurado.

Pasó también por Toulouse, New York, Valdibia, Hamburgo y Berwick y al final del verano era la apuesta de cine español más fuerte del año. Entonces llegó el Festival de Mar del Plata, el único certamen de clase «A» de Sudamérica, y premió al filme de López Carrasco con el reconocimiento de Mejor Largometraje. El año del descubrimiento había batido récords de premios.

Su llegada a España

Tras la impresionante trayectoria internacional de la película, en noviembre El año del descubrimiento llegó a España. Una película documental de tres horas y veinte minutos que hablaba sobre la historia de la reconversión industrial de Cartagena, sobre un parlamento quemado, sobre un bar, sobre la clase obrera y sus conflictos. Una película que hablaba de España y de sus problemas había enamorado a la crítica y al público internacional y era el momento de que el público español pudiese descubrir el producto que contaba su historia.

Su llegada a España fue por la puerta grande. El Festival de Cine Europeo de Sevilla sirvió como escenario para su estreno en España. Se llevó el Gran Premio del Jurado y llegó a las salas de cine que apostaron por proyectar el documental. Y el público reaccionó.

Los espectadores demostraron que no solo buscan superproducciones en las salas de cine. Que un documental con una duración que en un principio puede asustar también es un reclamo. Quizá las plataformas, que han servido como ventana para el cine documental han acercado y acostumbrado al público a ver este tipo de productos cuando las salas todavía no se atrevían a apostar por este tipo de cine. Este año 2020 el cine documental ha irrumpido con fuerza en la sala, España ha demostrado la calidad de sus creadores con documentales soberbios.

Este año ha servido para que la no ficción demostrase que es el momento de romper las fronteras con ese cine más comercial. Ha sido el año de descubrir que ese otro cine existe y gusta, gracias a películas como El año del descubrimiento.

Empezamos ahora la temporada de premios patrios y estamos viendo cambios ahí también. El año del descubrimiento cuenta con una nominación a Mejor Película Documental en los Premios Forqué y con cuatro nominaciones en los Premios Feroz, Mejor Película, Mejor Documental, Mejor Dirección y Mejor Guion.

En breves conoceremos las nominaciones de los premios Goya, ¿romperán la barrera los académicos y nominarán El año del descubrimiento en la categoría de Mejor Película?

Pronto descubriremos si la Academia de Cine apuesta también por ese otro cine. Mientras, celebramos que películas que hablan sobre nosotros, que nos enseñan que existe otro tipo de historia y otro tipo de cine, se siguen haciendo. Que hay creadores que apuestan por ellas, productores, distribuidoras, festivales, prensa y público que demuestran día tras día por qué el cine nos sigue salvando.