Alien, el octavo pasajero es una de las más grandes películas de terror y del espacio jamás rodadas. La genialidad de este clásico, dirigido por Ridley Scott, depende de una conjunción de improvisaciones y sobre todo de haber juntado a un grupo de talentos en su producción. En MDC os recordamos 40 anécdotas para rendir homenaje a una obra única e inolvidable:

1. En el primer guión el título de la película era Star Beast (La bestia estelar), pero Dan O´Bannon, creador de la historia, convenció a Ridley Scott para cambiarlo por Alien, mucho más directo y sencillo.
2. Hubo demanda por plagio: el escritor A.E. van Vogt dijo que Alien era un calco de su libro The Voyage of the Space Beagle.
3. Parte de aquel grupo de talentos se conoció en una ruinosa producción de Dino De Laurentis. En la cancelada Dune trabajaron los cuatro ases de Alien: O’Bannon, el artista conceptual Chris Foss, el dibujante Moebius y el siniestro diseñador H.R. Giger. Ronald Shusett, guionista de Desafío total junto a O’Bannon, fue otro hombre clave en la creación de Alien.
4. El siniestro diseñador H.R. Giger, al que le fascinó el proyecto, empezó a trabajar cuando O’Bannon le mandó 1000 dólares para empezar a dibujar.
5. Pero Giger no fue bien recibido por el equipo de Scott. El tipo daba miedo. Siempre vestido de negro, parecía Drácula y trabajaba rodeado de huesos. Contaba que guardaba en casa el esqueleto de su novia, que se había suicidado.
6. De la imaginación de Giger nace el alien, pero no por su propia iniciativa. Cuando O´Bannon vio su obra Necronom IV supo que así sería el monstruo.
7. Giger fue también el creador de los escenarios principales (el equipo de escayolistas de los estudios Shepperton trabajaron a destajo), de los huevos y del monstruo. Para los decorados empezó usando huesos de un matadero, pero su olor era repugnante y acabó optando por huesos secos y plastilina.

8. Además, Giger diseñó el traje del alien que se puso el gigante Bolaji Badejo.
9. El genio suizo tuvo serios problemas con el estudio (Fox). Al ver sus primeros bocetos, sexualmente explícitos y muy desagradables, quisieron despedirlo.
10. Los guionistas no se limitaron a entregar su material escrito a Scott y al estudio, les dejaron trabajar codo con codo con Giger y con genios de los efectos especiales como Ron Cobb, experto en aparatos mecánicos.
11. Uno de esos mecanismos fundamentales fue la complicada boca del alien. Carlo Rambaldi, padre de E.T. y que venía de crear a King Kong y a los aliens de Encuentros en la tercera fase, se encargó de la boca del monstruo.
12. Para hacer funcionar aquella boca los técnicos debían lubricarla con aceites. Ese material les dio la idea de la baba del bicho, que fue pura improvisación.
13. El capo de Fox entonces era Alan Lad. Jr, responsable de éxitos como La profecía o La guerra de las galaxias. Tenía sus dudas sobre la producción, pero cuando visitó el plató y vio las prótesis y los decorados quedó encantado.
14. Pero no todo fue buen rollo con Fox. El presupuesto asignado era muy bajo y los ejecutivos del estudio aparecían cada día en el set y repetían la misma cantinela: Scott no rodaba casi nada y llevaban un mes de retraso.

15. La tarea de Scott en su segunda película fue titánica: tuvo que definir la estética final en pocos días y rodar muy rápido. Un día, eso sí, perdió los estribos y mandó al carajo, y a gritos, a un par de señores trajeados.
16. La primera idea para el alien era que fuese transparente y por lo tanto invisible, pero Fox no lo vio viable técnicamente. La idea la usaron ocho años después los hermanos Thomas. ¿Les suena, verdad? Sí, en Depredador, también de Fox.
17. Scott hizo como Kirk Douglas en Cautivos del mal, en la que interpreta a un productor que explica cómo se rueda cine de terror sin medios: con oscuridad y haciendo que el espectador no vea al monstruo, sino que lo imagine.
18. Además de hacer que solo se intuyera hasta el final, donde ya se ve más nítidamente, otra idea visual que se descartó es que el alien tuviese ojos.
19. Cuando estaban construyendo los decorados, Scott y su equipo lo vieron claro demasiado pronto: los 8,2 millones asignados no iban a ser suficientes.
20. En los estudios Shepperton no veían unos decorados con aquellas dimensiones y aquel detalle desde el ambicioso rodaje de 2001, de Stanley Kubrick.
21. Uno de las escenografías más caras fue aquella en la que se recreó al “jinete del espacio”, un astronauta gigante y fosilizado. Costó 500.000 dólares de la época. El personaje del “jinete del espacio” se retomó en Prometheus.

22. Ante las quejas de Fox al ver semejante suma de dinero para un solo decorado, los hombres de Scott les dijeron: “Hay que gastarse todo eso para que no crean que esto es una película de serie B de Roger Corman”. Aceptaron.
23. Las condiciones fueron duras: rodaron en un gigantesco plató en plena ola de calor (a 45 grados) y con trajes de astronautas y escafandras. Los actores se desmayaban y contaron con una enfermera con una botella de oxígeno.
24. Las jornadas eran tan intensas que Tom Skerritt (Dallas) tuvo varios encontronazos con el frío Ridley Scott, más preocupado por la complicada puesta en escena y los movimientos de cámara que que por sus actores.
25. Eso sí: todos, Skerritt incluido, alabaron el admirable perfeccionismo de Scott, empezando por sus elaborados storys y siguiendo por su evidente conocimiento sobre cámaras y objetivos. Scott venia de rodar muchísima publicidad.

26. Pasando del frío y británico Ridley, los tripulantes de la nave estaban todo el día juntos, desde el desayuno hasta las inevitables pintas nocturnas.
27. En ese reparto destacaba Sigourney Weaver (en su debut como absoluta protagonista y encima en una película de acción) y Yaphet Kotto, un actor loquísimo que se pasaba el día vacilando a Scott hasta tal punto que el día en el que tocaba rodar su muerte se acercó al director y sin inmutarse le dijo: “Mira, no voy a morir hoy, voy a matar a ese hijo de puta”. A Scott casi le da algo.
28. Sigourney era la más joven y la novata del reparto y se sentía muy insegura. Cada día le pedía a Scott ver las tomas rodadas, pero él siempre se lo negó.
29. En aquellas tomas diarias los productores vieron enseguida que tenían algo muy grande entre manos. La buena noticia corrió pronto por los estudios.
30. En una escena en la que discuten, Veronica Cartwright le dio a Weaver una sonora bofetada. Weaver lloró y se cabreó. “¡Ripley nunca lloraría!”, sentenció.
31. Las dos actrices fueron sorprendidas en la escena del bicho que sale de la tripa de John Hurt. Se rodó con 4 cámaras y sus expresiones de susto son reales.
32. Ian Holm, que interpretaba al androide Ash, también sufrió. Odiaba la leche y en su muerte le tocó lidiar durante horas con litros del blanco líquido.
33. Gran parte de los decorados de la nave Nostromo (homenaje a la novela de Joseph Conrad, autor del que Scott había adaptado Los duelistas en su ópera prima) salieron de un cementerio de aviones de la II Guerra Mundial.
34. Scott vistió a sus hijos pequeños de astronautas para que en las tomas generales los decorados pareciesen más grandes.
35. La niebla y el láser que vemos en algunas tomas era un aparato que la banda británica The Who estaba utilizando cerca de los estudios.
36. El primer montaje fue de 192 minutos y Fox dijo que ni hablar, había que reducirlo. Acabo en una duración de 116 minutos.
37. Una de las escenas eliminadas en montaje fue la de Dallas almacenado como comida por el alien y la decisión de Ripley de incinerarlo vivo.
38. En un primer momento el único superviviente acababa siendo el gato Jones y Ripley era decapitada por el monstruo. Fox dijo que ni hablar.
39. La película acabó costando 11 millones de dólares y recaudó más de 105.
40. Alien, el octavo pasajero se estrenó en España en septiembre de hace 40 años, concretamente en el Festival de San Sebastián.