Jessica Chastain y Jimmy Fallon nos muestran en un vídeo a todo lo que hoy en día se enfrenta una actriz de Hollywood por un papel.

Nos lo enseñó Lalaland: esas audiciones por las que el personaje de Emma Stone iba pasando sin pena ni gloria, teniendo que soportar los “no” o los “ya te llamaremos”. Son las audiciones a las que se tiene que enfrentar cualquier actriz de Hollywood que buscan un hueco en el abanico de producciones audiovisuales.

Pero muy pocos saben lo que se esconde realmente en esas “muestras” de talento. Jessica Chastain y Jimmy Fallon nos muestran en formato vídeo a todo lo que hoy en día se enfrenta una actriz de Hollywood para conseguir un papel. Y les avisamos, este post puede cabrearles.

En este simulacro de casting, Jessica Chastain repite una y otra vez la frase “Hola, mi nombre es Ángela. Es un placer conocerte”, a lo que repite numerosas indicaciones de una voz masculina tales como “¿puedes leerlo otra vez, pero más sexy?” o “fuerte como una jefa pero sexy como Wonder Woman”. Hasta aquí, todo podría resultar hasta normal. Uno puede pensar: “ok, si el papel es para interpretar a alguien sexy ¿qué problema hay?”. Precisamente el problema llega cuando Jimmy Fallon aparece en escena. El director de casting le pide lo mismo, y en un intento, sin necesidad de afinar el tono a “sexy”, se escucha un: “Perfecto”.

Estaríamos hablando entonces de que lo imperfecto es precisamente la industria, que en matices como este inclina su balanza siempre a favor de los hombres. Precisamente Jessica Chastain es una de la voces que se ha pronunciado dentro del escándalo de los abusos sexuales en el que se ha visto envuelto Hollywood. Ella misma ha declarado que para ella el silencio implica conformidad y quiere, a través de acciones como esta, resaltar el poder de comunicar a todos la situación.

Pero también es importante que se sumen los hombres a la causa. En este caso, uno de los más carismáticos presentadores de la televisión Estadounidense que abandona el humor en el programa The Tonight Show  para hablar de algo muy serio.