El Cine quinqui español podría definirse como ese tipo de películas que se adentraron en las entrañas de una generación que vivió en medio de la España convulsa durante los ochenta, representando la cara menos bonita de la Transición.

Introducción al Cine quinqui español

Jeringuillas, sirenas de policía, fechorías, robos, heroína, pobreza y SIDA. Estas son las palabras que nos vienen a la cabeza cuando hablamos de estos jóvenes pandilleros cuyos relatos personales quedaron congelados para siempre en la gran pantalla. En ocasiones a través de sus propios rostros, ya que muchos protagonistas de las películas sobre cine quinqui también lo eran en la vida real. Como decían Los Chichos, en una de las canciones más emblemáticas del cine quinqui:

“Es feliz aunque vive errante, vive. Como un fugitivo siempre.
Siempre va narrando, siempre. Siempre perseguido”

Las mejores películas de Cine quinqui

Este fugitivo del que hablan Los Chichos, es el protagonista de las películas más auténticas sobre Cine quinqui que vas a encontrar online: la trilogía de El Vaquilla. Dirigida por José Antonio de la Loma, cuenta la historia de un delincuente real cuya infancia fue muy turbia. Sus numerosos delitos y episodios carcelarios tuvieron muchísimo eco en la prensa. El Torete, como se hacía llamar esta figura, fue el quinqui que interpretó el papel protagonista en la primera entrega. Porque que el propio Vaquilla se encontraba preso al iniciarse el rodaje. El Torete, se convirtió en el primero de esos rostros jóvenes pillos reconvertidos en actores fatales por el cine quinqui de los ochenta. Y al que la muerte vino a visitar cuando cumplió la treintena a causa del SIDA. En la siguiente entrega, Yo, el Vaquilla, el propio Vaquilla se interpretaba ya a sí mismo.

Otro de los nombres que resuenan cuando hablamos de películas sobre cine quinqui es el de Eloy de la Iglesia, el otro gran director de este género. Este autor, contó entre su reparto con otra serie de nombres míticos como El Pirri y El Jaro. Este último interpretado por José Luis Manzano, su actor fetiche. El cine de Eloy de la Iglesia estuvo marcado por la provocación, la transgresión y la denuncia. Todo ello en el contexto de la delincuencia juvenil y las drogas. Su primer éxito llegó con Navajeros, donde José Luis Manzano interpreta al Jaro, un muchacho de quince años que sobrevive a base de robar y que acaba muriendo por un disparo. Desgraciadamente, el propio actor también sufrió esa condena que se propagaba por esta generación. Murió antes de los treinta años de sobredosis a los pocos días de haber salido de un centro de desintoxicación.

Otra de las mejores películas sobre cine quinqui que encontramos de Eloy de la Iglesia, es Colegas, que además contó con la participación de los hermanos Flores, Rosario y Antonio. Y sus dos obras cumbres, que podéis ver online, son las dos entregas de El Pico. Protagonizadas por Manzano, arrasaron en taquilla causando gran revuelo entre los críticos. ¿Por qué? Porque trataba de una forma muy visceral la adicción a la heroína entre dos amigos que viven en Bilbao. Con el trasfondo político añadido de esa España convulsa de los ochenta. En la segunda entrega aparecía El Pirri, un secundario que llegó a trabajar como crítico de cine y consiguió labrarse una carrera interpretativa apartada del cine quinqui. Su vida personal en cambio, fue igual de desgraciada. Después de ser arrestado varias veces, intentó suicidarse, y su cadáver acabó encontrándose en la carretera por motivos desconocidos.

Y ya por último, destacar la inclusión de Carlos Saura en el género quinqui con Deprisa Deprisa. El retrato de cuatro jóvenes del extrarradio madrileño que se llevó el Oso de Oro de Berlín en el 81 y que fue prohibida en varios países europeos por hacer apología de la ultraviolencia. Con el tiempo, se descubrió, o eso dicen las malas lenguas, que Carlos Saura había pagado a sus intérpretes con drogas duras. Nos quedarían en el tintero películas como La estanquera de Vallecas, Chocolate o El Lute, pero creemos que la mención especial debe ser para Perras Callejeras.

Porque aunque las mujeres, como habéis podido comprobar en este texto, se quedaron a la sombra de sus homólogos masculinos, dejaron su firma en el cine quinqui con esta película. Una gitana, una drogadicta y una ex convicta que intentaban superar sus conflictos personales a base de atracos. Con los ecos de la dictadura todavía resonando por las calles.