Con mucha más ciencia ficción que su primera versión, la serie de El internado Las Cumbres era una de las más esperadas de este año puesto que ya encandiló a muchos en aquel 2007 cuando descubríamos a Yon González, Ana de Armas, Elena Furiase y Martiño Rivas como los protagonistas adolescentes del momento en El internado Laguna Negra. 

Del mismo modo que su predecesora, un equipo de elenco joven y desconocido en su mayoría, componen el reparto de esta nueva versión de la historia. Un nuevo lugar, nuevas tramas misteriosas y una nueva lectura más mística y terrorífica. Daniela Rubio forma parte de este joven elenco, siendo, de hecho, una de las actrices más jóvenes. Ella interpreta a Adele, hermana de Paul, dos alumnos del internado con un pasado familiar turbulento y cuya relación se verá afectada por los acontecimientos en Las Cumbres.

La incursión de Daniela en la televisión llegó de la mano de pequeños papeles en series de televisión como Cuéntame, Presunto culpable, Caronte o Acacias 38. En cine, la hemos podido ver en La influencia, pero no ha sido hasta El internado Las Cumbres, hasta que muchos la han conocido. Un reboot de la serie original del 2007 que ella no pudo ver: «Había escuchado hablar de El internado Laguna Negra, mi padre se había visto algunos capítulos y le gustó bastante. La tengo pendiente pero no la había visto».

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Español, inglés, alemán un poco de chino, pero ni idea de francés, el idioma que domina a la percepción su personaje en El Internado: «no tenía ni idea de francés. Me parece un idioma muy elegante y además tuve la suerte de que a parte de tener una coach, tuve la suerte de tener a mi compañera Claudia Riera que sabe francés y se ofreció para ayudarme y estuvimos aprendiendo francés las dos juntas. Ella me estuvo enseñando cómo pronunciar. En realidad estaba un poco nerviosa pero al final fue muy bien».

Sobre si se ve haciendo cosas en otros idiomas, la actriz asegura que está abierta a nuevos retos, como los que le plantea la segunda temporada de la serie. Confiesa que ya les han ido contando cosas que aun no pueden desvelar: «Tengo mucha curiosidad».

Su personaje, Adele, ha sorprendido a muchos por el giro LGTBI, sobre esos temas, Daniela lo tiene claro: «Desde pequeña siempre he sabido que eso es amor y no hay que tratarlo de una manera diferente. Estoy contenta de que la sociedad lo haya normalizado porque no es nada malo, ni feo, ni hiriente. Es como una pareja heterosexual, totalmente normal». Misma sociedad, que, por ejemplo, participa en el juicio abierto de las redes sociales. La actriz reconoce que el boom le vino tras su aparición en la serie, cuando pasó a acumular más de 30.000 seguidores: «Estoy muy contenta porque a mucha gente le ha gustado mi trabajo. Conlleva esfuerzo hacer el papel de Adele y estoy muy contenta del resultado».

Precisamente una de las secuencias que destaca, es la que comparte con su hermano en la ficción (Albert Salazar), cuando ambos se despiden: «En general ha sido complicado meterme en la piel del personaje porque Adele es como una montaña rusa; pero tal vez el resultado de la despedida con mi hermano. Era mi favorita cuando la leí porque podíamos dar mucho juego y creo que nos salió muy natural».

Entre castings, Daniela aprovecha su tiempo para tocar el piano, dibujar y escribir, sin embargo, tiene claro que los estudios son lo primero: «Para hacer esto te tiene que gustar, los estudios son lo primero y si queremos centrarnos en esto tampoco hay que dejar atrás la formación porque a mi me gustaría dedicarme también a la psicología y las dos cosas me van a ayudar a mi futuro».