Creo que nuestro deber como adultos es el de educar en valores a las generaciones venideras. También creo que el cine y las series son una manera de hacerlo. Del mismo modo, me da la sensación que no se tiene en cuenta el potencial que tiene esta cultura audiovisual para visibilizar realidades sociales y nos quedamos únicamente en el entretenimiento.

Para qué sirve este párrafo introductorio y peñazo, pues el motivo es claro, para justificarme. Y es que hablo de mi experiencia y de cómo he encontrado un filón en el género Young Adult para abrirme paso como si fuera un Caballo de Troya en la educación cinéfila de las generaciones más jóvenes.

Estas películas pueden resultar en ocasiones vacías u ofrecer historias que no hacen más que repetir lo que ya se ha contado mil veces. Pero hay otras veces en las que nos encontramos ante obras cinematográficas que destacan y que nos permite dar algún paso más hacia otro tipo de contenidos y también (por qué no) pensamientos.

Entre ellas hay una que para mí es una joya por varios motivos, The Perks of Being a Wallflower o como se tradujo en castellano, Ventajas de ser un marginado. Se trata de una película de Stephen Chbosky, basada en la novela que él mismo escribió.

Ventajas de ser un marginado nos cuenta la historia de Charlie (Logan Lerman), un chaval tímido que no encuentra su lugar en el mundo. Charlie escribe cartas a un destinatario que no conocemos en las que habla del amor, de la familia, de la amistad, de las drogas, así como de los problemas que vive un chico de su edad. Charlie tendrá que encontrar a las personas con las que encajar y así es como conoce a dos hermanos Sam (Emma Watson) y Patrick (Ezra Miller) con los que vivirá aventuras y desventuras.

Y sí, Ventajas de ser un marginado es una película “de instituto” pero va más allá. Gracias a esta película podemos hablar sobre los protagonistas y de su manera de comprometerse con la sociedad como Watson con el movimiento feminista y Miller con el colectivo LGTBI. Porque tener referentes es importante para saber dónde podemos llegar.

Pero además, Ventajas de ser un marginado puede echarnos una mano para crear una red de  conocimiento cultural que se aleje de las obligaciones que te dan en clase y se acerque más a recomendaciones con un toque clásico como la novela de Harper Lee, Matar un ruiseñor, películas de serie B como The Rocky Horror Picture Show y por supuesto zambullirnos en el universo musical de David Bowie.

Por todo esto, creo que deberíamos dejar los prejuicios a un lado e intentar explotar las oportunidades que este tipo de películas nos dan, para inculcar no sólo valores, sino también el hábito y el gusto por el cine, la lectura, la música. Por compartir un rato junto a estos chicos y chicas que vienen por detrás, por intentar aconsejarlos (siempre y cuando podamos), y encontrar algo en común, que seguro tenemos.

Y si en una parte del mundo un adolescente se emociona al escuchar por primera vez “Heroes”, ya ha merecido la pena.