Bueno, ya sabemos qué película ganará los próximos Goya.

Egeda, o sea los productores españoles, y su presidente futbolero, Enrique Cerezo, han decidido que la mejor película española de 2013 es «La Herida» de Fernando Franco. Una película que ha costado menos de un millón de euros, producida por un grupo de profesionales del audiovisual de diversas ramas que no eran productores, y rodada con pocos medios, muchos de ellos pertenecientes a la ECAM, Escuela de Cine de Madrid, quien desde el principio les apadrina cediendo sus instalaciones como oficina de rodaje entre otras cosas, ya que muchos de los componentes de su equipo son profesores y ex alumnos de la escuela.

Como directora de comunicación de la APPA me tengo que alegrar, Koldo Zuazua, uno de sus productores es socio, y creo con sinceridad que hoy en día hacer una película, la que sea, tiene mucho mérito y cualquiera que lo logre merece todo el respeto del mundo. Asi que mi enhorabuena vaya por delante 🙂

Pero los que me conocéis sabéis mi opinión acerca de este tipo de películas, entiendo que son necesarias y tienen su público, y admiro a la gente que se busca la vida para hacerlas, aunque yo nunca iría al cine a verlas. Lo que realmente me impresiona es que los productores la consideren la mejor película… ¿No se trata de crear industria?¿No se supone que es eso lo que persiguen entidades como EGEDA?. «La Herida» puede hincharse a ganar festivales de prestigio, ganar los Forqué y los Goya, y unir a toda la crítica (menos a Boyero, claro), pero no va a llenar los cines, nunca.

Esta noche le han dado la medalla de Oro a Agustín Almodovar y el hombre se ha marcado un discursito muy bueno dádole donde duele al Wert, y luego ha salido Cerezo y ha hecho lo mismo pero con mucha menos gracia. Y los dos han hablado, por ejemplo, del IVA. Ya me contaréis de que le va a servir a la industria que se baje el IVA al 5% si a partir de ahora todo el mundo se pone a hacer películas como «La Herida» que no interesan al gran público. Si no se venden entradas no hay industria y esta peli tampoco iría a verla la mayoría de la gente al cine aunque se la pongas gratis. Yo lo veo así de sencillo.

Los productores deberían votar a películas que sí venden, que han hecho taquilla y que pueden seguir haciendo taquilla si les das un premio, películas que hacen que sus productoras ganen dinero para seguir haciendo más películas, y que un día no muy lejano esos productores no necesiten ayudas ni subvenciones, ni protección gubernamental de ningún tipo para levantar un nuevo proyecto, y si les apetece se marcan una peli de autor, por eso de que el cine también es arte. Un circulo que en España no funciona así y que apoyando proyectos como este jamás funcionará así. Hasta el mismo Koldo, completamente alucinado con el premio lo dijo en su discurso: «…esta no es una película de industria…»

El futuro pinta muy negro para las productoras independientes y los técnicos españoles que dependen de que se hagan películas, cuantas más mejor. Pero entre el puñetero cine low cost rodado en un fin de semana, y las televisiones volcando sus esfuerzos económicos en 2 pelis al año, la cosa pinta muy mal. Las películas entre 1,5 y 3 millones de presupuesto van a desaparecer, y son estas las películas que en otros países europeos crean industria, aunque sea pequeña.

Si estuvieramos en época de bonanza, y el dinero no faltara para hacer películas, seguramente todo lo que está consiguiendo «La Herida» sería hasta poético: David venciendo a Goliat. Pero lo cierto es que esto puede resultar muy peligroso ya que el mensaje que lanzamos a la gente nueva que quiere hacer cine es «ey tios, con dos duros podemos ganar el Goya», y lo que es peor, la cartelera se llenará de pelis de autor que venderán 5 entradas al día (si es que llegan al cine), y luego lloraremos porque no entendemos que el público tenga esa desafección tan brutal con el cine español.

Hay una frase genial de Philip Kotler, el que llaman padre del marketing moderno, y que desgraciadamente no se puede aplicar al cine español: “El marketing no es el arte de vender lo que uno produce, sino de saber qué producir”. Es muy romántico pensar que los que producimos cine somos tan artistas como lo puedan ser el guionista o el director, pero no olvidemos que también somos empresarios, y en mucho casos hay gente que depende de nosotros.

Queridos amigos productores, la próxima vez , antes de votar, dejemos el romanticismo para nuestras parejas.