Resulta muy difícil comenzar esta guía hablando de industria cinematográfica y audiovisual con la que nos está cayendo. La llegada de importantes cambios tecnológicos, y la terrible situación económica debida a una profunda crisis generalizada en el país, y también, por qué no decirlo, lo mal que nos estamos adaptando a todo esto, hace cada día más difícil que podamos llamar al sector audiovisual «industria«, sobre todo por la falta de financiación, que ha provocado un brutal empobrecimiento en el tejido empresarial del que resultará difícil recuperarse. A día de hoy, cada vez son menos los que pueden decir que viven de esto.

Visto el panorama, muchas de las cosas que cuente en esta Guía de Producción de Cine quedarán obsoletas tarde o temprano, y aunque propongo alternativas, sobre todo en materia de financiación, distribución y promoción, que ya funcionan en otros países y se adaptan a los nuevos tiempos, supongo que no sabremos si lo harán aquí hasta que las ponga en marcha en los dos proyectos que actualmente tenemos en nuestra productora Centuria Films. Renovarse o morir, dicen.

Aún así, para entender lo que está pasando es necesario conocer cómo ha funcionado la industria audiovisual hasta ahora, y cómo (todavía) se hace y se vende una película profesional.

Hasta ahora el audiovisual, como industria cultural que incluye el cine y la televisión (además de otros medios emergentes en internet), ha sido una pieza clave dentro de nuestra cultura. Contaba con una estructura sólida que permitía la producción de contenidos y su adecuada distribución, lo que facilitaba el acceso al mayor número de gente posible.

Producción, distribución y exhibición: los tres sectores básicos de la industria audiovisual.

En cualquier caso, lo que es indiscutible, es cómo debería funcionar la Industria cinematográfica y audiovisual, la cual siempre se asienta sobre tres pilares básicos: Producción, Distribución y Exhibición.

Una obra audiovisual, como cualquier otro producto, tiene que fabricarse, labor de las empresas productoras de contenidos (películas, series…) ; ponerse a disposición de público, papel de las empresas de exhibición (por ejemplo un cine); y para lo cual se necesita de unos intermediarios expertos en las diferentes plataformas de explotación que distribuyan el producto de la mejor manera posible, las distribuidoras .

Para todo este proceso además es necesaria una adecuada gestión de los derechos inherentes a una creación audiovisual, que nos permitan llevarla al mayor público posible a través de los diferentes medios de exhibición.

Pero estas empresas no son las únicas que participan del sector. Junto con las empresas productoras, distribuidoras y exhibidoras en sus diferentes plataformas, la industria audiovisual se nutre de todas aquellas empresas técnicas indispensables para llevar a cabo los objetivos de cada sector a buen fin, y lo que es más importante de cara a la industrialización del audiovisual, de una gran red de profesionales que desempeñan sus funciones en las diferentes áreas.

Como apunte más académico os dejo la definición de Industrias Técnicas en la Ley de Cine Española (Ley 55/2007): “El conjunto de industrias necesarias para la elaboración de la obra cinematográfica o audiovisual, desde el rodaje hasta la consecución de la primera copia estándar o del máster digital, más las necesarias para la distribución y difusión de la obra por cualquier medio”.

Aquí es donde a día de hoy podemos decir que está el quiz de la cuestión del empobrecimiento de la industria, porque como ya he comentado antes, la falta de financiación, no sólo provoca una disminución en el número de obras audiovisuales que se hacen al año, también está provocando un empobrecimiento en la calidad de la producción de esas obras audiovisuales. El llamado cine «low cost» y otros productos audiovisuales similares, muchas veces realizados por amateurs, no ayuda a la profesionalización del sector, lo que está haciendo que muchas de estas empresas cierren y muchos profesionales tengan que reciclarse en otros sectores empresariales. Una auténtica masacre.

Y este es el verdadero peligro al que nos enfrentamos: que la desaparición paulatina de esa estructura sólida en la que se debe basar la Industria del cine y el audiovisual, haga que deje de llamarse Industria para simplemente ser el negocio de unos pocos, los que tienen dinero. No parece muy buena premisa para un sector cultural que debe estar ahí para todos.

Pero hay soluciones y las vamos a ver en próximos capítulos. Y sabéis, por el cine español.

GUÍA DE PRODUCCIÓN DE CINE

  1. La industria del cine o lo que queda de ella: producción, distribución y exhibición.
  2. Las ventanas de explotación y sus plataformas.
  3. Las Empresas Productoras: Funcionamiento de una productora:
  4. Definición de Productor, Productor Ejecutivo y Director de Producción.
  5. Fases de una producción: Desarrollo, Producción, Explotación
  6. Los equipos de una producción.
  7. La Distribución cinematográfica: Funcionamiento de la empresa distribuidora
  8. La exhibición y análisis de sus diferentes plataformas.
  9. Panorama del sector audiovisual y sus instituciones en España
  10. Un cuarto subsector: El espectador/consumidor.