En Más de Cultura tenemos el corazón contento porque nuestra querida Marisol ha sido la elegida este año por la Academia de Cine español para recibir el Goya de honor 2020, un galardón en reconocimiento a toda su carrera.

La actriz y cantante Pepa Flores, conocida por todos como Marisol, sigue siendo la niña prodigio de España. Sus ojos azules, su desparpajo, soltura ante la cámara y su talento innato conquistaron al público desde sus primeras apariciones a principios de los sesenta y su retiro de la vida pública en 1985 no hizo más que intensificar el mito de su personaje.

La niña prodigio

Pepa Flores nació el 4 de febrero de 1948 en Málaga y siendo solo una niña entró a formar parte de la organización «Coros y Danzas» de la sección femenina de la Falange. En un viaje a Madrid con su grupo fue descubierta por el productor Manuel José Goyanes y en 1960 ya recogía el premio a mejor interpretación femenina en la Mostra de Venecia por su papel en «Un rayo de luz».

El director de «Un rayo de luz», Luis Lucía Mingarro, la dirigió también en «Tómbola», «Las cuatro bodas de Marisol», «Ha llegado un ángel» y «Solo los dos».  La artista también trabajó con directores de la talla de Juan Antonio Bardem, Carlos Saura y Mari Camus.

A su talento interpretativo se une su gran voz, que puso banda sonora a la España de los años sesenta y setenta. Marisol llegó a representar a nuestro país en el primer Festival OTI, donde logró el tercer puesto con el tema Niña.

Obrera de la cultura

Más allá de su vida bajo los focos, Marisol se implicó profundamente en la vida política y a pesar de ser una estrella de la España franquista, ella se definía si misma como una «obrera de la cultura» y militaba en el partido comunista. De hecho, entre los detalles fascinantes de la inmensa biografía de Pepa Flores, destacan curiosidades como que el expresidente cubano Fidel Castro fue el padrino de su primera boda en 1969 con Carlos Goyanes.

Pepa Flores dejó atrás a Marisol y a la imagen impuesta de perfección en la que se vio envuelta desde niña para dar paso a una joven revolucionaria que se convirtió de nuevo en símbolo de la transición. Y como todo buen icono, Pepa Flores viene rodeada de un halo de misterio ya que en 1985 decidió abandonar la vida pública y retirarse de los focos.

Goya honorífico

El próximo 25 de enero en Málaga, ciudad natal de la artista, en la gala de entrega de la 34 edición de los premios Goya podremos disfrutar de Pepa Flores en una de las pocas ocasiones en las que se dejará ver después de haberse alejado de la esfera pública. La emoción está servida ya que la artista recogerá el galardón en su ciudad, acompañada de amigos, compañeros y admiradores de su trabajo así que no podemos prometer que los más nostálgicos consigan contener alguna que otra lágrima.

En la pasada edición, fue el maestro del terror Chicho Ibáñez Serrador quien recogió este galardón.

Con la noticia del premio, las redes sociales se han llenado de felicitaciones y nos ha sorprendido ver que todos los comentarios eran unánimes. Pepa Flores demuestra que sigue siendo la niña prodigio infinita de España y en cuestión de talento, no hay discusión posible. Ya lo decía Amaia en Operación Triunfo, su referente y su inspiración siempre será Marisol.