A lo largo de la historia, se ha visto que las fronteras son un foco de conflictos que el cine ha sabido retratar en mayor o menor medida. Y por ello, en Más de cultura queremos hablar de aquellas personas que viven entre dos muros, en la llamada “tierra de nadie”, en la frontera. El 25 de marzo llega a las salas de cine uno de estos ejemplos. Álvaro Pulpeiro dirige Un cielo tan turbio subido en un coche que bordea los límites de Venezuela en el marco de una crisis política y humanitaria.

Si hablamos de territorios fronterizos que han traspasado la pantalla, una de las más conocidas es la que separa Cuba de Estados Unidos. En 1994 un grupo de cubanos conocidos como “los balseros”, se echaron al mar buscando una vida mejor en el país vecino. Carlos Bosch y Josep María Domenech lo retrataron en un documental con música de la artista Lucrecia que optó al Oscar en 2004.

Para hablar de fronteras que atraviesan mares tampoco tenemos que irnos muy lejos. Basta con echar un vistazo a las nominaciones de este año en los Premios Goya para encontrarnos con Mediterráneo. La historia de una realidad sobrecogedora que logró notoriedad tras la publicación de la famosa fotografía del niño ahogado en las aguas de este mar.

Algunas fronteras no sólo se levantaron para aislar países, también para partirlos en dos. Y esta vez no me refiero a la división con escuadra y cartabón que se hizo de África. Hablamos del famoso Muro de Berlín. Esta huella negra de la historia de Occidente se ha plasmado en el cine hasta la saciedad. Pero hay una película a la que es imposible resistirse por su guion magistral, y es Good Bye Lenin! Daniel Brühl protagoniza esta dramedia que vio cómo el Telón de Acero se resquebrajaba. Con las notas de Yann Tiersen pululando por la pantalla, dejamos para el recuerdo esa magnífica secuencia de la estatua de Lenin sobrevolando Berlín en helicóptero.

¿Y cuál es el mayor problema de levantar fronteras? Que estas desencadenan guerras. Sólo tenemos que echar la vista atrás para contemplar los horrores ocurridos, por ejemplo, en la franja de Gaza. Hernán Zin lo mostró al mundo a través de los ojos de un niño de diez años en Nacido en Gaza.

El concepto de frontera y lo que supone vivir en ella, este concepto de alteridad constante, lo retrata Samarth Mahajan en el documental Borderlands. También es interesante el punto de vista de organismos internacionales como la ONU y sus campos de refugiados, que también viven en esa “tierra de nadie”. Esto lo podemos apreciar en la película Quo Vadis, Aida? En el contexto de la ocupación serbia en la ciudad de Srebrenica (Bosnia), en julio de 1995.

Para ahondar en el tema transfronterizo, os recomendamos la serie documental Al otro lado, con cuatro capítulos y cuatro localizaciones distintas que se van entrelazando durante todo el metraje. Pero si lo que queréis es ahogar vuestras penas con una superproducción yanqui de final feliz, tenéis la historia de Victor Navorski y su “medicina para cabra”.