Construir un personaje es una de las tareas más fascinantes con las que se encuentra un actor o actriz. No es que sea una respuesta recurrente, se trata de la esencia de una interpretación. En ocasiones he escuchado a grandísimos actores reconocer que, incluso, es la parte del proceso que más disfrutan. Cómo bucean en la intrahistoria del personaje en cuestión, cómo pasean por los lugares que imaginan que podían habitar -en el caso de representar personajes reales, incluso viajan donde nacieron, crecieron o buscan los rincones donde sucedieron hechos que marcaron sus vidas.

Si pensamos en cómo realizaron Alberto Berzal y Luis Rallo este proceso, debemos concluir que ellos, en vez de pasear por paisajes, lo que hicieron fue indagar en la psique y las emociones de dos personalidades -la de Winston Smith y O’Brien– y darles entidad en la versión teatral de 1984 que Carlos Martínez-Abarca y Javier Sánchez-Collado han llevado a cabo con enorme éxito de crítica y público y que George Orwell perfila de manera minuciosa y terrorífica en su inmensa novela.

Ambos trabajos, el de Alberto Berzal como protagonista y el de Luis Rallo como uno de los actores secundarios, han conseguido las nominaciones de los Premios Unión de Actores que celebran su 28ª edición el próximo 11 de marzo.

Unos premios especialmente bonitos por quiénes los otorgan, los propios actores/actrices a sus propios compañeros/as. De entre 1800 candidaturas, 66 han sido los nominados/as. Serio filtro para tanto talento.

1984 en escena

1984 en escena

Las interpretaciones de Alberto Berzal y Luis Rallo no han escapado a los ojos de sus compañeros/as de profesión. El miedo incrustado en la piel de Winston Smith, junto a la grieta por la que sale un hilillo de esperanza. La crueldad de O’Brien disfrazada del colaboracionismo que Winston persigue desesperado. Ambos perfiles ante los que, como espectador, asistes con ojos como platos, a sus encuentros, están elaborados de una manera tan rotunda y verídica que dan ganas de saltar al escenario para intervenir y evitar la tragedia.

Por tanto 1984 consigue su objetivo. Se ha repetido en medios de comunicación que es una obra que sigue vigente y así es, porque nuestra realidad no es mucho más limpia que la que presenta 1984, sólo menos extrema, aunque apunta maneras. Sólo falta que se produzca esa reacción natural ante la representación, intervenir. Algo que el espectador no lleva a cabo por respeto a la obra, pero ojalá sí se haga manifiesta en la vida real.

Alberto Berzal y Luis Rallo con su trabajo azotan conciencias. Ojalá la nominación se traduzca en premio y sirva de acicate para no dormirnos en los laureles.

1984 se representa este fin de semana en Teatro La Rambleta. Valencia.

1984 es una producción de Paradoja Teatro y ArteGB es productora asociada.