Hay un lugar donde se puede escuchar el silencio, el silencio completo y absoluto.
Hay un lugar donde se puede disfrutar de un paisaje sin presencia del ser humano. Sin luces en el horizonte de noche, sólo agua y bosque de día.
Hay un lugar dónde se puede disfutar de una buena película en una pequeña sala de cine como las de antes, con pantalla grande y unas butacas recuperadas de un antiguo cine de Santiago.
Donde puedes ir al pueblo de al lado a comer el que dicen que es el mejor pulpo de toda Galicia, el de la Pulpería Ezequiel.
Donde si lo deseas puedes quedarte y disfrutar de su maravillosa piscina y de la agradable conversación y amable atención de Xosé; que te indicará un restaurante para cenar en el que se entra por la cocina y suele haber unas abuelas preparando la cena como si estuvieran en su casa. El sitio no es muy grande ni tiene una decoración espectacular pero, por favor, déjese aconsejar y soprender por su calidad.
Hay un lugar donde descansar del Camino de Santiago, hacer una parada reparadora, darse un buen baño, lavar y secar la ropa, disfrutar de una maravillosa cena y un reconfortante desayuno antes de emprender camino.
Hay un lugar de piedra y madera, donde está cuidado todo hasta el último detalle para que desconectes del ritmo elevado. Sin televisiones, sin móviles.
Hay un lugar para perderse y que no te encuentren durante un tiempo, hay un lugar para disfrutar y para tomar consciencia de lo que es disfrutar de la vida y por qué está uno levantándose temprano a trabajar durante todo un año.
Ese lugar se llama Casa da Igrexa y se encuentra a 40 kilómetros de Santiago de Compostela, en Arzúa.
Casa da Igrexa
Lugar da igrexa, 1,
15819 Viñós, Arzúa, A Coruña
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