El cannabis siempre ha sido objeto de polémica. Su uso recreativo está prohibido en la mayor parte del mundo. En cambio, su uso medicinal cada vez cuenta con más seguidores, entre ellos, numerosos científicos que han verificado las propiedades terapéuticas de esta planta a través de diversos estudios. En este sentido, cabe señalar que en el mercado se puede encontrar marihuana de dos cepas: indica o sativa.
Según el blog Royal Queen Seeds, estas dos cepas, además de diferenciarse por el tamaño y la forma de sus hojas, también se distinguen por sus efectos. La cepa índica es conocida por tener un efecto sedante considerable. En cambio, la cepa sativa destaca por sus efectos energizantes y motivadores.
Tampoco hay que olvidar la cepa og kush. En el blog explican que este tipo de marihuana tiene su origen en el Norte de California y se diferencia de la cepa sativa y la cepa indica por su intenso aroma y por sus potentes efectos físicos y mentales.
¿Qué beneficios medicinales tiene la marihuana?
Como se ha dicho anteriormente, el uso recreativo de la marihuana está prohibido en numerosos países de todo el mundo por su alta adicción, entre otros aspectos. No obstante, hay muchos que sí han legalizado el uso medicinal del cannabis. Esto se debe principalmente a que cada vez hay más estudios que comprueban su eficacia para el tratamiento de enfermedades.
Tal es así que hace unos meses, la ONU reconoció los beneficios terapéuticos de la marihuana y la ha eliminado de la lista IV de la Convención sobre de drogas de 1961. Esta lista está compuesta por las sustancias más peligrosas para la salud y sin estudios médicos verificados.
Pero ¿qué propiedades medicinales tiene el cannabis? Esta planta ya se usaba desde hace aproximadamente 5.000 años para diferentes fines terapéuticos. Por ejemplo, es muy conocida por actuar contra las células enfermas y para aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia tales como las náuseas o la falta de apetito.
De hecho, según un estudio liderado por Manuel Guzmán, investigador en la Universidad Complutense de Madrid, el cannabis es capaz de ralentizar el crecimiento de los tumores cancerígenos en el cerebro gracias a su principal componente cannabinoide. Además, el equipo de Guzmán vaticina que la marihuana también puede ser eficaz en otros tipos de cáncer como el de páncreas o el de hígado.
Eficaz para el glaucoma ocular, los pulmones y las crisis epilépticas
Además del cáncer y el proceso de la quimioterapia, el cannabis también se utiliza como método para tratar y evitar el glaucoma ocular. Una enfermedad que incrementa la presión del globo ocular provocando deterioros en la vista y en el nervio óptico.
De hecho, el Instituto Nacional del Ojo afirma que en los años setenta se demostró que la marihuana ayudaba a disminuir la presión interna del ojo tanto para las personas con una presión común como para las que tenían esta enfermedad. Además, el cannabis puede retrasar el glaucoma y evitar la ceguera.
Por otra parte, la marihuana también ayuda a restablecer los efectos dañinos del tabaco en los pulmones. Tal es así que un artículo publicado en la revista Journal of the American Medical Association afirma que el cannabis no deteriora los pulmones, sino que puede incrementar la capacidad de estos.
También, cabe señalar que, según un estudio realizado por el Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics, consumir cannabis ayuda a evitar las crisis epilépticas. Esto se debe a que la marihuana ayuda a dominar las convulsiones gracias a uno de sus principales componentes que se une a las células del cerebro encargadas de controlar la excitación y normalizar la relajación.
Útil para el cáncer, la ansiedad y el Alzheimer
Como se ha dicho anteriormente, el cannabis es muy útil para tratamientos con tumores cancerígenos. De hecho, según un grupo de expertos del California Pacific Medical Center en San Francisco, la marihuana ayuda a impedir que el cáncer se propague por el resto del cuerpo.
Esto es posible porque uno de sus componentes desactiva el Id-1, un gen característico de la enfermedad. Por otro lado, en 2010, unos científicos de la Facultad de Medicina de Harvard mencionaron que el cannabis podría reducir la ansiedad debido a su efecto sedante en dosis bajas y a una mejora en el estado de ánimo de la persona.
Eso sí, en dosis altas no controladas, el individuo puede mostrarse ansioso e incluso paranoico. De igual forma, cabe destacar que, según unos investigadores del Scripps Research Institute, el cannabis permite frenar la progresión del Alzheimer.
Este beneficio también es recogido en un artículo de la revista Molecular Pharmaceutics, que señala que uno de los principios activos de la marihuana ayuda a retrasar la creación de placas amiloides. De esta forma, se impide la enzima del cerebro que las genera. Estas placas son las causantes del Alzheimer, ya que destruyen las células del cerebro.
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