Cada día aparecen nuevas modalidades deportivas. Siglas, herramientas, entrenamientos que nos abren nuevas opciones para realizar ejercicio físico.
Quizá TRX no signifique nada para ti, pero cuando termines de leer este artículo seguro que por lo menos te pica la curiosidad de saber un poco más. Y si el deporte no es lo tuyo, te lo contaré como una historia.
El protagonista de esta historia es Randy Hetrick, un miembro de la Navy SEAL estadounidense que veía pasar los días allá donde las misiones le mandaban. Tanto él como sus compañeros querían y necesitaban mantener una condición física óptima, que para algo formaban parte de la principal fuerza de operaciones especiales de la Armada de los Estados Unidos. Lo que ocurría es que en los cuarteles, muelles, barcos o submarinos no siempre encontraban los equipos que necesitaban ni el espacio para poder ejercitarse.
Estas circunstancias llevaron a Randy Hetrick a darle a la creatividad y así es como un día se puso a entrenar con un cinturón de paracaídas cosido a mano con herramientas para la reparación de botes de goma. Sin saber y con lo que tenían alrededor, habían creado el germen del TRX o entrenamiento en suspensión.
Las semanas y meses que le siguieron, Hetrick y sus compañeros fueron desarrollando una serie de ejercicios en los que gracias al peso corporal podían ejercitarse. Había nació el TRX y con ello, una revolución en la manera de entrenar. ¿Por qué? Porque los ejercicios y las herramientas para desarrollarlos permitían realizarse casi en cualquier lugar y con mayor facilidad.
Pero el TRX dio otro salto mayor, y de las fuerzas armadas pasó a ser un entrenamiento para todo tipo de deportistas y usuarios. No es de extrañar que Hetrick fundara Fitness Anywhere, convirtiendo esta modalidad en una de las favoritas por encima de aquellas modalidades de entrenamiento de fuerza convencional.
Pero, ¿en qué consiste el TRX? Con el entrenamiento en suspensión el usuario se encuentra con los pies o las manos sostenidos por un solo punto de anclaje, mientras que el extremo opuesto del cuerpo está en contacto con el suelo. De esta manera y dependiendo los ejercicios, el peso corporal recae en la zona que deseamos ejercitar a través de una dinámica de movimiento. Con este tipo de ejercicio conseguimos desarrollar fuerza, resistencia, coordinación y flexibilidad de una manera conjunta.
Hablamos con Pablo Guerra, monitor de TRX en Haro (La Rioja) que nos cuenta cómo llegó él a la práctica de esta modalidad deportiva. “Conocí el entrenamiento en suspensión por unos amigos que lo compaginaban con el Judo. Cuando nació mi segundo hijo el tiempo que tenía para entrenar era muy poco y necesitaba algo que pudiera hacer en casa y que fuera intenso. Así que empecé a hacerlo en el garaje de mi propia casa. Como vi que a mí me ayudaba y que enganchaba, di un paso más y decidí hacer el curso de monitor para poder impartirlo”. De esto hace ya 3 años, y sigue ayudando a “enganchar” a la gente a esto del TRX.
Así que cuando te des a ti mismo excusas sobre tu práctica deportiva y la imposibilidad de desarrollarla, piensa que con el TRX lo único que necesitas son esas cintas y tu propia motivación.
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