La dedicatoria en un libro es algo tan imprescindible como la elección de la portada, el perfil de la autora o autor o la sinopsis de la obra. A mi, personalmente, me encanta. He oído decir a autores que tienen la dedicatoria pensada mucho antes de empezar a escribir su libro, para otros es un asunto delicado, otros un mero trámite. Por mi parte me encantaría encontrar a alguien que escribiera el libro sólo como excusa para poder dedicarlo…
En la historia de la literatura hay dedicatorias de todos los colores y esta vez, desde Más de cultura, hacemos nuestra propia selección:
La más familiar:
“A mi esposa Marganit, y a mis hijos Ella Rose y Daniel Adams, sin los cuales habría podido acabar este libro dos años antes”. An Introduction To Algebraic Topology, de Joseph J. Rotman.
La más oscura:
«¿Qué puedo decir sobre un hombre que sabe cómo pienso y todavía duerme a mi lado cada día con las luces apagadas?». Lugares oscuros, de Gillian Flynn.
La más bella:
«Para el alma que ella dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi cuerpo y en el nombre por el que me llamaba». Nubosidad variable, de Carmen Martín Gaite.
La más inquietante:
«Este libro es para Frank Muller que oye las voces de mi cabeza». Lobos del Calla, de Stephen King.
La más romántica:
«En la vastedad del espacio y en la inmensidad del tiempo, mi alegría es compartir un planeta y una época con Annie». Cosmos: A Personal Voyage, de Carl Sagan.
Les animamos a que nos ilustren con más, seguro que algunas bailan en su cabeza por su brillantez y quizá hasta hayan olvidado el libro que las acompañaba. Porque en ocasiones el talento de una autora o un autor aparece donde menos te lo esperas. Sigan abriendo libros, aunque sólo sea para descubrir la dedicatoria, ganarán siempre.
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