¿Se puede hacer un espectáculo de música regional extremeña con bases electrónicas? ¿Puede uno combinar una vestimenta propia del folclore con unas gafas de sol futuristas? ¿Pueden acaso las señoras del pueblo participar en un videoclip cantando copla sobre una base de house?  Se puede, es lo que está creando Sergio Gómez (elgatoconjotas), intentando cohesionar la sabiduría popular con los tiempos millennials a golpe de un nuevo concepto, la electrojota.  

Músico desde nacimiento y amante de la música regional. Sobretodo la de su tierra, Extremadura. Pero también rockero, puesto que de adolescente, Sergio conoció lo que es recorrer la carretera con un grupo: Los Abulia: «Grabamos dos discos, nos íbamos de conciertos. Estuvimos de gira. Fuimos teloneros de bastantes grupillos como Barón Rojo, Mamá Ladilla… viajábamos mucho y fue una experiencia maravillosa».

Estudió producción audiovisual e imagen y probó el mundo de las orquestas durante 5 años. También hizo sus pinitos en el mundo de la televisión, como por ejemplo participando en el programa La batalla de los coros con la cantante Soraya Arnelas. 

Y de todo ese cóctel nace el proyecto gatoconjotas y la electrojota: «Con este proyecto me lancé un poco a la piscina porque yo vengo de lo puro, de la raíz, la seguidilla, el folclore, las jotas… desde los cuatro años ya estaba tocando las castañuelas». De su experiencia con la banda cacereña El Redoble, nace un proyecto con el que planea, cuando el coronavirus nos deje, recorrer los escenarios demostrando que se pueden hacer cosas muy actuales partiendo del legado cultural de la música tradicional.

Nos cuenta que «La idea es darle una vuelta, una sobre-lectura a la música tradicional, para poder hacerla más visible el panorama de hoy. No todo el mundo se pone a escuchar una rondeña o una jota. Pero como nos lleva a ese recuerdo, eso, contarlo con la música electrónica: electro, house, drum and bass, es una fusión muy divertida y muy agradable». A modo de espectáculo también se puede desarrollar mucho más.

Forma parte del movimiento imperante estos días en el cual, a menudo, vemos cómo canciones procedentes de la música tradicional o géneros más clásicos conviven con otras nacidas en la era digital: «todos esos sonidos de antes mezclados nos llevan a otro sitio y nos hacen ver que tenemos un pasado y que hay una cultura musical y unas bases que hay que seguir. De algún modo, hay que experimentar con ellas. Yo soy muy fan de la música tradicional del este de Europa, por ejemplo. He viajado a esos países pero en concreto a Serbia he ido seis veces con festivales internacionales de folclore. La música tradicional es muy rica en cultura».

Él y Aída Pérez, forman el show en los escenarios: «todo comienza con un pequeño teatrillo para poner a la gente en contacto con el folclore y de repente la cosa cambia y empezamos a volvernos locos dentro del escenario. Empezamos a acoplar dentro de las bases de música electrónica, las coplas tradicionales. Mi idea es crear un buen espectáculo de todo esto. Donde juegue la electrónica con las luces, las proyecciones de vídeos antiguos, editados muy espídicos, con bailarines ataviados. Jugar con la moda dentro de los espectáculos».

Además del propio espectáculo, Sergio también tiene en mente combinar ese trabajo con su experiencia en el audiovisual: «quiero grabar a gente mayor y que ellas sean las protagonistas con bases electrónicas. Ya tengo alguna cosa por ahí. Con gente que conozco del pueblo (Peraleda de la Mata – Cáceres). La idea es ataviarlas con vestimenta tradicional y con su canto y con unos vídeos que yo pueda hacer, que ellas sean las protagonistas de dentro de esa música electrónica».

No podemos desaprovechar la ocasión de que nos recomiende una de esas letras que tanto le gustan: «Por ejemplo, una picaresca de letra. «Una vez que te quise fue por el pelo y ahora estás pelona ya no te quiero. Ya no te quiero niña, ya no te quiero, y una vez que te quise fue por el pelo». Un símil al interés de algunas personas por el dinero de la pareja. Define mucho como se comportaban antes. Es como un back to the basics porque hay cosas que hoy en día ya no cuajan, porque somos diferentes, pero hay otras que sí».

Todo para reflexionar sobre los temas sobre los que habla el folclore: amor, desamor, labores del campo, la muerte, la vida.

Eso sí, reconoce que todo esto es posible gracias a las redes sociales: «Antiguamente se rodaba más la carretera. Hacíamos mucho por movernos en la zona. Ahora sin las redes sociales esto no sería muy visible. Me ayuda mucho el poder crear piezas aunque sean muy pequeñas que la gente pueda ver bajo un hashtag». 

Ante nuestra clásica pregunta, no se olvida de su tierra: «Más de cultura y menos perrunillas». Porque no se cree tanto interés por la salud en la gastronomía estos días: «Está toda la gente que es super healthy y mira, no, nadie está healthy en casa. Y yo no hago nada más que comer».