El verano nos hace reconciliarnos con el campo. Y como es habitual en el mes de julio, de momento, que con el calentamiento global nunca se sabe,  los campos de la comarca de Brihuega (Guadalajara) se visten del manto morado y el aroma tan característico de la Lavanda. En este paisaje tan idílico, tiene lugar este fin de semana (días 13 y 14 de julio) el Festival de la Lavanda.

Unos conciertos únicos al atardecer para llenar de color y olor a música el ambiente. Se trata de la VII edición de este festival para la cual se han organizado dos sesiones con las voces de Pitingo y Café Quijano. Para completar la oferta musical, el festival también contará este año con una experiencia gastrónomica diseñada por el chef Dani García, galardonado con 2 estrellas Michelin.

Con el objetivo de descubrir la naturaleza que rodea a este entorno salpicado por flores de lavanda, la organización pone a disposición de los asistentes una experiencia Trail en los campos de lavanda. Las carreras de 7 y 18 kilómetros se podrán disfrutar el domingo 15 de julio.

Ni el mejor equipo de escenografía podría lograr un paisaje como el que permite la naturaleza: invitados vestidos de blanco, campos morados y la puesta de sol. Todo para conseguir, un año más, homenajear la producción que enriquece este lugar situado en pleno corazón de la Alcarria. Con unas 1.000 hectáreas de plantación, estos campos representan el 10% de la producción mundial de lavanda.

De la decadencia de los paños, al éxito de los perfumes

Por si algún curioso lector se interesa por el origen de esta producción de lavanda en esta pequeña localidad, que sepa que todo viene de la época posterior a la guerra civil española. Fue entonces cuando la decadente Real Fábrica de Paños que abastecía al pueblo dio paso a la idea del joven agricultor Andrés Corral, que en una escapada a Francia se dejó seducir por los campos de lavanda.

Descubriendo que era una planta que podía cultivarse en su pueblo, hace casi 30 años fundó  Intercova Aromática, que hoy en día da trabajo a unos 200 agricultores en la comarca y produce altas dosis de lavanda apta para alta perfumería, cosmética, medicina, decoración y restauración. Y hoy, gracias a una buena idea, esa misma empresa es la que organiza el festival y nutre de música y diversión para homenajear a esas plantas que llegaron para quedarse y tantas alegrías le han dado a las familias locales.