El abanico de géneros musicales es más amplio que la paleta de colores de Pantone. Rap, trap, pop, rock… hay vida más allá de eso. Gracias al auge de la música urbana, en los últimos años, hemos visto como nuevos artistas se han atrevido a experimentar con los sonidos más clásicos, a traer nuevas propuestas, a recuperar otras que parecían olvidadas y a enriquecer el panorama musical. Hoy os queremos hablar del raggamuffin, género que bebe del reggae y que inspira a artistas como Morodo, Babi o incluso Bad Gyal.

Qué es el raggamuffin

La música raggamuffin, también conocida como ragga, es para algunos sinónimo del dancehall. Bad Gyal es una de las figuras más mainstream que nos ha familiarizado con este concepto. El dancehall es un género tradicional de música popular jamaicana que proviene a su vez del reggae. ¿Qué diferencias hay entre estos géneros?

Al pensar en reggae lo más seguro es que nuestra cabeza reproduzca automáticamente la imagen de Bob Marley y empiece a tararear los acordes de One Love. El reggae es un estilo musical de origen jamaicano derivado del rock. Sus canciones se caracterizan por tener ritmo alegre, repetitivo y marcado y unas melodías suaves. Cuando la instrumentalización del reggae se compone de forma electrónica estaríamos hablando de ragga o dancehall.

La canción Under Me Sleng Tend, de Wayne Smith, se considera la primera canción de raggamuffin.

El origen del dancehall

El nombre de dancehall toma el nombre de las salas de baile populares en Jamaica en la década de los setenta. Debido a los cambios sociales y políticos de la década, las salas de baile se trasladaron de los barrios acomodados de las ciudades a la periferia por lo que empezó a predominar un estilo más local. Se empezó a tocar en directo por lo que estilo buscaba provocar nuevas sensaciones en el público. El cambio político del gobierno socialista de Michael Manley al gobierno de derechas de Edward Seaga también hizo que las letras de injusticia social y del Movimiento Rastafari fueran sustituidas por letra sobre baile y violencia, más centradas en la sexualización.

La popularización de nuevos nombres y las ganas de explorar de los jóvenes ha hecho que el escenario musical se amplíe mucho. Algunos géneros que hasta hace no tanto desconocíamos, se han popularizado de tal manera que ya los tenemos integrados hasta en las radios musicales más comerciales. Hace una década, el trap ni nos sonaba y hoy C. Tangana es uno de los personajes patrios más conocidos.

La música urbana domina y las mezclas y la experimentación de ritmos electrónicos es cada vez más común. Así, géneros como el raggamuffin vuelven a ganar protagonismo y se hacen un hueco fuera de las fronteras de Jamaica.